Víctor Alvargonzález, director de estrategia de la firma de asesoramiento financiero independiente Nextep Finance. (Foto: Helena Margarit).

“Se está generando la tormenta perfecta para que el ahorrador pase a convertirse en inversor si quiere sacar el mayor partido de su dinero”, asegura Víctor Alvargonzález, director de estrategia de la firma de asesoramiento financiero independiente Nextep Finance. Considera que tras la decisión del Banco Central Europeo (BCE) de bajar los tipos de interés ha cambiado el escenario de los mercados financieros en los que productos más conservadores como depósitos y letras del Tesoro pierden interés y junto a los fondos monetarios son “pan para hoy y hambre para mañana”.

Recomienda diversificar las carteras con productos más rentables como fondos de inversión de renta variable y renta fija, activos inmobiliarios y oro y cree esencial que los inversores se asesoren bien, lejos de los bancos, ya que “depender del asesoramiento de la banca les puede costar dinero”, debido a que “los bancos no son asesores sino distribuidores, colocan los productos con los que cobran las mayores comisiones, los que más les interesan, no los mejores para sus clientes”.

Pregunta.: ¿Qué consecuencias tendrá para el bolsillo de los pequeños inversores y ahorradores la decisión del BCE de bajar los tipos de interés? ¿Tendrán que despedirse de la rentabilidad que les estaban dando las letras del Tesoro y los depósitos a plazo fijo y plantearse pasar su dinero a otros activos si desean conseguir más rentabilidad por su capital?

Respuesta.: Sí. Incluso los ahorradores e inversores más conservadores tienen que plantearse invertir en otros activos para conseguir mayores retornos. Un inversor conservador va a tener siempre una base muy estable en su cartera formada por fondos monetarios, letras del Tesoro o depósitos, pero esta es la base de la pirámide, a partir de ahí, si quiere batir la inflación y mejorar su rentabilidad, tendrá que invertir en otros activos porque las letras, los depósitos y los fondos monetarios son pan para hoy y hambre para mañana.

P.: En el caso de las letras del Tesoro, la caída de su rentabilidad ha sido más vertiginosa de lo que se esperaba. Se ha desplomado hasta el 2,5% a plazos de un año, mucho más que la de los depósitos. ¿A qué se ha debido esta diferencia?

R.: A que el mayor interés por los depósitos no lo están dando los grandes bancos, sino los pequeños y medianos porque su misión es captar nuevos clientes y atraer capital, y su principal reclamo son los depósitos. Por ello, ofrecen la mayor rentabilidad posible, esto hace que estén tardando más que las letras en bajar sus intereses. Aunque los pequeños bancos saben que van a tener que bajar la remuneración de los depósitos, lo van haciendo lentamente para que no venga otro que aguante más con los tipos actuales y les quite clientes. Pero, a la larga, todos van a tener que adaptarse y bajar la rentabilidad. Al contrario de lo que ocurre con los depósitos, el mercado de letras es muy rápido en bajar el interés. Es rapidísimo e inmediatamente detecta los cambios. Lo mismo ocurrió cuando el BCE subió las tasas de interés. Las letras fueron muy sensibles a la subida de tipos, mientras que los bancos aguantaron todo lo que pudieron antes de subir el de los depósitos.

P.: Tras el giro de timón del Banco Central Europeo, ¿el interés de letras podría remontar o esta posibilidad es remota?

R.: No remontarán, bajarán más. Por ello, a los ahorradores muy conservadores que solo quieren invertir en letras y que quieren comprar más, les aconsejo que lo hagan ahora y a plazos largos, de un año, porque este es el momento de asegurar tipos de interés ante nuevas caídas. Lo mismo ocurre si quiere invertir en depósitos, hay que elegir los plazos más largos para asegurarse unos tipos altos. Si no siguen esta estrategia dentro de un año se pueden llevar una sorpresa negativa y ver cómo los bancos y el Estado pagan por ambos activos mucho menos.

Víctor Alvargonzález en un momento de la entrevista, (Foto: Helena Margarit).

P.: ¿Los pequeños ahorradores se llevarán su dinero de los depósitos en busca de retornos más jugosos o les seguirán siendo fieles como ocurrió antes de 2022 a pesar de que les daban un 0% de interés?

R.: Los españoles ahorran en depósitos aunque apenas les den rentabilidad, esta es una enfermedad crónica que padecen y que se deriva del poder que tiene la banca en España. Además, el ahorrador español es muy conservador y eso no va a cambiar. Le gusta invertir en ladrillo y en depósitos, aunque esta tendencia se ha debilitado en los últimos 20 años. En estas dos décadas han cambiado mucho las cosas. Ahora hay inversores conservadores que, además de ahorrar en depósitos, letras o bonos, también tienen fondos de inversión de distinto tipo, lo que se ha reflejado en el considerable crecimiento del patrimonio de los fondos de inversión en España, y no solo de fondos garantizados, también de fondos internacionales. Hoy en día ya no suena tan raro que un inversor conservador tenga algo de cartera en un fondo indexado al S&P 500. Esto hace 20 años era impensable, como mucho invertían en empresas del Ibex-35 y poco más. ¿Quién hubiera dicho cuando yo empecé que las gestoras internacionales tendrían el peso que tienen ahora en España o que la gran banca española iba a ofrecer arquitectura abierta, es decir, no solo sus fondos de inversión, sino también fondos de un número muy alto de gestoras internacionales y no solo en banca privada. A pesar de ello, es cierto que los españoles vamos a seguir siendo crónicamente adictos a los depósitos, porque la banca, que es la vendedora de los plazos fijos, sigue teniendo mucho peso y le interesa que la gente ponga su dinero en ellos. Aún así, es cierto que la gente cada vez se espabila más y si comparamos su inversión con la de hace dos décadas es muy diferente.

P.: ¿Se está dando la tormenta perfecta para que el ahorrador pase a convertirse en inversor?

R.: Absolutamente y por dos motivos. Uno es de corto plazo derivado de la poca rentabilidad que empiezan a dar depósitos y letras y el otro es el problema de las pensiones. Las personas de 45 años en adelante son conscientes de que si no ahorran van a perder poder adquisitivo en su retiro porque es muy probable que sus pensiones sean peores que las de sus padres, por ello saben que tienen que ahorrar. La mayoría ahorra en ladrillo, pero esto tiene inconvenientes, entre ellos que es un activo ilíquido. Además pueden tener problemas de ocupación o de morosidad por parte de los inquilinos o debido a que el Gobierno decida topar el precio del alquiler, por todo ello son conscientes de que deben diversificar su inversión y de que el ladrillo no puede ser la única solución.

P.: ¿En qué activos pueden encontrar refugio los pequeños ahorradores que quieran sacar partido a su capital?

R.: La misión ahora para el ahorrador conservador es garantizarse tipos de interés. El momento de comprar un bono, es decir, hacerse rentista, es en el momento en que te da la mayor renta y ese momento era ayer, lo digo entre comillas. Es decir, el momento para comprar renta fija fue hace meses cuando te daban un interés por encima del 3%. Los bonos de mayor calidad europeos ahora no te dan lo mismo, te dan algo menos del tres por ciento, pero todavía es mejor que el uno y medio por ciento que te van a dar las letras, los depósitos o los fondos monetarios dentro de un año o de año y medio. Por lo tanto, la misión del ahorrador o inversor conservador es garantizarse tipos altos y la vía para ello son los fondos de renta fija de alta calidad crediticia. No los que está vendiendo la banca porque con ellos pueden tener problemas de liquidez. Los fondos de renta fija de alta calidad crediticia son la mejor opción para el inversor conservador. Los que son algo menos conservadores tienen que considerar la posibilidad de incluir algo de renta variable en sus carteras.

P.: ¿Con esto quiere decir que este es un buen momento para decantarse por la renta variable?

R.: Ahora la renta variable se encuentra en un momento muy especial debido a que coinciden una bajada de los tipos de interés con una revolución tecnológica. Algo así no ocurría desde 1995, cuando coincidieron el desarrollo de los ordenadores personales, los PCs, con la llegada de Internet. Ahora lo que coincide es una bajada de tipos de interés en paralelo con la irrupción de la inteligencia artificial en el tejido productivo. No vamos a tener ordenadores, vamos a tener asistentes. En los próximos cinco años se verán robots en las casas, algoritmos tipo chat GPT adaptados a cada modelo de negocio, a cada empresa, a cada actividad, que serán de pago. Por ello, las mejores alternativas de inversión ahora son asegurar tipos de interés altos vía fondos de renta fija y tener fondos de renta variable porque a las bolsas internacionales les queda margen de subida y no están tan caras. Respecto al resto de activos, probablemente el oro siga funcionando bien, lo que no se sabe es por cuánto tiempo. Con el oro no hay que pasarse porque está muy caliente, hay que tener cuidado de que no te pille una caída. No obstante, el oro va a seguir funcionando bastante bien. En resumen, existen tres activos interesantes para apostar por ellos: la renta fija para asegurar tipos de interés, la renta variable para asegurarte una posición en un mercado muy especial con unos motores muy potentes y el oro.

Víctor Alvargonzález. (Foto: Helena Margarit).

P.: A ellos habría que añadir el inmobiliario, ¿no?

R.: Sí, en España sí. El inmobiliario aquí va a seguir siendo interesante. Lo que pasa es que hay que tener cuidado con invertir en determinadas zonas en que los precios están muy calentados y han subido de una forma que empiezan a alcanzar niveles un poco peligrosos. Pero bueno, como concepto, el alquiler va a seguir siendo rentable, aunque probablemente algo menos. En el caso de España, el inmobiliario va a seguir funcionando en una cartera bien diversificada.

P.: Volviendo a los fondos de inversión, ¿por qué el pequeño ahorrador tiene tanto miedo en España a invertir en ellos cuando hay muchas categorías que se adecúan a cada perfil inversor?

R.: Buena pregunta. Yo creo que me jubilaré escuchando hablar de los fondos de inversión como si fueran un todo, cuando el fondo es el carrito de la compra, todo depende de lo que pongas dentro. Por ejemplo, un fondo de inversión de renta fija de corto plazo es muy conservador, nunca vas a perder dinero, tampoco a ganar mucho. Mientras que un fondo que invierte en la bolsa China es arriesgado. Existe una gran variedad de fondos de inversión indicados para cada tipo de perfil de inversor.

P.: ¿A partir de qué cantidad un pequeño ahorrador puede invertir en un fondo de inversión?

R.: Desde muy poco, en algunos casos desde 100 euros, pero para hacerse con una cartera de fondos diversificada adecuadamente, a partir de 30.000 euros merece la pena.

P.: ¿El mediano y el pequeño ahorrador se sigue fiando de los banco y pidiéndoles asesoramiento a la hora de colocar su dinero? ¿Es una buena estrategia?

R.: Sí se sigue fiando, pero no es una buena estrategia. Cuando yo digo que el inversor español es crónicamente conservador no es algo malo, es una característica. No pasa nada. Ahora bien, depender del asesoramiento de la banca cuesta dinero a los ahorradores y a los inversores. Es un problema. La banca no es un asesor, es un distribuidor, vende fondos de inversión, los suyos y los de terceros, y lo que busca siempre es la mayor comisión posible e intenta colocar los que más ingresos les reporta. Si les da más comisión un fondo de renta variable, van a colocar fondos de renta variable en momentos en los que, a lo mejor, hay que empezar a retirarse de la renta variable, pero no miran eso. Están mirando que la comisión de los fondos de renta variable es la más alta que existe. El banco es un asesor no independiente y ha ofrecido muchas veces un asesoramiento tan malo a sus clientes que estos prefieren quedarse en el ladrillo, en un fondo de renta fija o en un depósito. La gente no es tonta y como ve que la banca no le da un buen asesoramiento se va a los productos más conservadores para evitar cualquier problema. Salvo los que saben que hay asesores independientes, que, desgraciadamente, son una parte pequeña. Los bancos han cogido un papel de asesores cuando no lo son y se ha producido un conflicto de intereses entre el banco como distribuidor de productos y como asesor.

Víctor Alvargonzález. (Foto: Helena Margarit).

P.: ¿Puede poner algún ejemplo de estos casos?

R.: Te voy a poner uno especialmente grave. En 2022 cualquier persona podía ver que la inflación iba a subir porque se estaba encareciendo el gas, el petróleo y las materias primas, en general, estaban disparadas. Por no hablar de que había aumentado mucho la masa monetaria. Cualquiera, simplemente por sentido común, veía que subían los precios y más si se trabaja en el sector financiero. Los bancos sabían que esta subida iba a hacer mucho daño a los fondos de renta fija. Era casi obvio. Es decir, que si bajan los tipos, si sube la inflación, pierden dinero los fondos de renta fija. ¿Qué pasó? Que tanto la banca como las sociedades de valores y todos los que viven de la comisión de un fondo se encontraron con la circunstancia de que si decían a la gente lo mejor para ellos como inversores, estas entidades perderían mucho dinero en comisiones. ¿Qué hicieron? No hacerlo. Dijeron a la gente que se quedara en los fondos de renta fija y los inversores perdieron mucho dinero. Se mantuvo a muchísimos clientes en fondos de renta fija y los inversores conservadores llegaron a perder en sus carteras en torno a un 8% en 2022 porque había un conflicto de interés. Ese año a la banca y a las sociedades de valores no les convenía hacer lo correcto porque viven de las comisiones y no lo hicieron.

P.: En el caso de los planes de pensiones, la decisión del Gobierno de limitar a 1.500 euros la desgravación por las aportaciones ¿les ha restado atractivo? ¿Siguen siendo una buena alternativa de ahorro?

R.: Los planes de pensiones han perdido todo su atractivo. La estadística nos muestra que sus rentabilidades eran mucho peores que el equivalente en fondos de inversión y el único señuelo que tenían era su incentivo fiscal al diferir el pago de impuestos y ya no lo tienen. Desde que el Gobierno quitó esa deducción fiscal, los planes de pensiones han perdido competitividad.

P.: ¿Acabarán desapareciendo?

R.: No creo, pero dejarán de crecer. Los que ya están van a seguir ahí porque el partícipe no puede salir del plan de pensiones salvo en circunstancias determinadas o al llegar a la jubilación.

P.: A partir del año que viene se abre la posibilidad del rescate antes de la jubilación.

R.: Se va a abrir un poquito, efectivamente, y saldrá dinero porque la gente va a aprovechar esas oportunidades para salirse. Solo permanecerá en ellos el dinero que no pueda irse a otro sitio, que esté cautivo. Cuando más se necesitaba ahorrar para la jubilación el Gobierno quitó la deducción fiscal al ahorro. Debería motivar a la gente a ahorrar y con este tipo de medidas no lo hace.

P.: La decisión del Gobierno de eliminar los beneficios fiscales de los planes de pensiones individuales y mejorarlos en los de los planes de empleo no está dando los resultados esperados. ¿Por qué?

R.: Porque es una idea buena pero mal realizada. Por lo menos, los planes de pensiones individuales eran de entidades privadas, podías elegir. Ahora te dicen que entre el Gobierno y cinco entidades van a manejarlo todo. O sea, el Gobierno, que ya vemos cómo administra la Seguridad Social, me va a administrar mi plan de pensiones de empleo, porque indirectamente es el Gobierno el que ha elegido esas entidades. Este sistema no crea confianza, al contrario. Con él se ha imitado un modelo anglosajón que está muy bien, pero se ha imitado sin poner en paralelo unos controles independientes que den garantías a los partícipes., y claro, al final, el modelo anglosajón funciona porque está bien hecho, no como el nuestro.