En un evento que entrelaza la curiosidad infantil con el legado histórico de la humanidad, Zvi Ben-David, un niño de 11 años, hizo un descubrimiento arqueológico extraordinario mientras paseaba con su familia por la región del Néguev, en Israel. Durante una excursión cerca del río Besor, Zvi notó algo inusual en el suelo: un objeto pequeño que parecía una figura de cerámica. Lo que parecía, a simple vista, una piedra cualquiera, resultó ser un “amuleto de fertilidad” con una antigüedad estimada de 2.500 años. Este descubrimiento, según la Autoridad de Antigüedades de Israel (AAI), es tan raro que exista un único ejemplar similar en la colección nacional de tesoros históricos.
Las características del amuleto y su relevancia histórica
El artefacto hallado es una figura de cerámica que mide aproximadamente siete centímetros de alto por seis de ancho. Aunque los detalles se han desgastado por el paso del tiempo, los arqueólogos afirman que representa a una mujer con una nariz prominente, cubierta con un pañuelo que le rodea la cabeza y el cuello. Sus manos, aparentemente cruzadas debajo del pecho, refuerzan la interpretación de que se trata de un objeto relacionado con la fertilidad.
Según Oren Shmueli y Debbie Ben Ami, especialistas de la AAI, el amuleto probablemente fue utilizado entre los siglos VI y V a. C., en el período tardío del Primer Templo o durante el regreso a Sión, épocas marcadas por profundas transformaciones políticas y culturales en la región. Este tipo de figuras no era inusual en la vida cotidiana de las comunidades antiguas en Israel. “Eran comunes en el hogar y aparentemente servían como amuletos para garantizar protección, buena suerte y prosperidad”, explicaron los expertos a través de la Autoridad de Antigüedades de Israel (AAI), la cual publicó sus declaraciones en redes sociales como Facebook.
El contexto histórico y cultural de los amuletos de fertilidad
Los amuletos de fertilidad como el encontrado por Zvi Ben-David ofrecen una ventana a las preocupaciones y esperanzas de las sociedades antiguas. En una época caracterizada por altas tasas de mortalidad infantil y limitados conocimientos médicos, estas figuras representaban un recurso de esperanza para las familias. Aproximadamente un tercio de los bebés no sobrevivía más allá de la infancia, lo que motivaba a las personas a buscar protección divina o simbólica mediante objetos rituales.
En un contexto de tecnología médica limitada, las mujeres que enfrentaban dificultades para concebir recurrían a estos amuletos como una forma de solicitar intervención divina. “A falta de medicina avanzada, los amuletos proporcionaban esperanza y eran una forma importante de pedir ayuda”, afirmaron Shmueli y Ben Ami. Este hallazgo refuerza la conexión entre las prácticas religiosas y las necesidades materiales de la población en tiempos bíblicos.
La reacción de la familia Ben-David y el impacto en la AAI
Tras descubrir el amuleto, Zvi se lo mostró a su madre, Miriam Ben-David, quien trabaja como guía turística profesional. Reconociendo de inmediato la importancia del hallazgo, Miriam se puso en contacto con la AAI, lo que permitió que el artefacto fuera analizado por expertos. “La ciudadanía ejemplar del joven Zvi Ben-David nos permitirá mejorar nuestra comprensión de las prácticas de culto en los tiempos bíblicos y la necesidad inherente del hombre de personificaciones humanas materiales”, destacó la organización en sus redes sociales.
El gesto de la familia Ben-David no solo pone de manifiesto el valor del descubrimiento, sino que también resalta la importancia de colaborar con las autoridades para preservar el patrimonio cultural. En Israel, buscar activamente reliquias sin una licencia adecuada es ilegal, y cualquier hallazgo debe ser informado a la AAI, como hizo la familia Ben-David.
Otros descubrimientos arqueológicos destacados realizados por niños en Israel
Este no es un caso aislado en la rica historia arqueológica de Israel. En enero de 2020, un niño de 13 años llamado Stav Meir encontró una inscripción funeraria mientras buscaba setas en un bosque. “Inmediatamente reconocí que se trataba de algo antiguo”, señaló el joven, quien había recibido formación en arqueología gracias a la AAI.
Incluso niños más pequeños, de apenas siete u ocho años, han realizado hallazgos importantes. Según Yardenna Alexandre, arqueóloga de la AAI, esto no es sorprendente, dado que Israel cuenta con más de 37.000 sitios arqueológicos registrados en su pequeño territorio. La densa concentración de asentamientos históricos hace que sea común toparse con objetos valiosos prácticamente en cualquier lugar.
El río Besor y el sitio arqueológico de Tel Gamma
El hallazgo del amuleto tuvo lugar cerca del río Besor, una región que ha sido objeto de excavaciones arqueológicas durante décadas. Esta área no solo es significativa por su pasado arqueológico, sino también por su mención en textos bíblicos. Según el Libro de Samuel, parte del ejército del rey David acampó junto a este río mientras él continuaba su marcha.
Además, el sitio cercano de Tel Gamma, un asentamiento de la Edad de Bronce, añade una capa más de relevancia histórica a la región. Las excavaciones han revelado artefactos que abarcan varios períodos, desde la Edad de Bronce hasta épocas posteriores, consolidando al Besor como un crisol de historia y cultura.
Un hallazgo que conecta pasado y presente
El descubrimiento de Zvi Ben-David no solo arroja luz sobre las prácticas culturales de una sociedad de hace 2.500 años, sino que también subraya la importancia de preservar y estudiar el patrimonio arqueológico. En una tierra donde coexisten el pasado y el presente, este tipo de hallazgos no solo son una fuente de conocimiento, sino también un recordatorio de las conexiones entre generaciones. La curiosidad y el compromiso de una familia con la historia han permitido que un pequeño objeto capaz de las grandes preocupaciones humanas: la vida, la muerte y la esperanza.