La nueva temporada de Fórmula 1 está a punto de comenzar y quizá vale la pena reflexionar sobre qué es lo que hace que un piloto de carreras se convierta en uno de los mejores. Hay varias cualidades importantes, como mantener la calma bajo presión, contar con el coraje para asumir riesgos, tener buenos reflejos y un excelente sentido de coordinación. Pero, hay una habilidad más oculta que separa a los mejores pilotos –y a otros atletas de alto nivel– del resto. Se trata de la capacidad de hacer que el tiempo pase “más lentamente”.

En 1994, Mark Hughes, un piloto británico, vivió “uno de los mejores días” de su vida cuando comenzó una carrera de último, con 25 autos por delante. Inesperadamente, logró adelantar a 23 autos y terminó de tercero. Mientras conducía, sintió una extraña sensación de desapego, como si estuviera observando lo que pasaba desde afuera de su cuerpo. También sintió una peculiar sensación de atemporalidad.

Le comentó al autor Clyde Brolin en su libro In the Zone (2017): “Es gracioso y suena raro, pero parecía como si estuviera desconectado del tiempo… No es realmente el tiempo… Sentía que podía volver atrás, analizar y echar un vistazo”. Muchos pilotos de carreras relataron experiencias similares.

En otro libro de Brolin, Overdrive (2010), el piloto finlandés Mika Häkkinen contó que, en sus mejores carreras, “todo se vuelve como en cámara lenta, aunque vayas a una velocidad increíble en la pista de Mónaco”.

Algunos científicos creen que el cerebro de Messi es diferente

El piloto escocés Jackie Stewart, que compitió en Fórmula 1 durante los años 60 y 70, le dijo a Brolin que esta habilidad es un requisito esencial para el éxito en las competiciones de automovilismo. “Debés tener una visión muy clara a 313 km/h, casi a cámara lenta, para saber cómo vas a pasar por esa curva y tengas tiempo para frenar, tiempo para alinear el auto, reconocer cuándo hacer un sobreviraje”.

Un juego “en cámara lenta”

Las experiencias de expansión del tiempo, como las llamo en mis investigaciones, también son comunes en otros deportes. El velocista estadounidense Steve Williams, que igualó los récords mundiales de 100 y 200 metros en los años 70, me describió cómo, cuando corría bien, “10 segundos parecían 60: el tiempo se volvía lento”.

Muchos jugadores de pelota también recuerdan momentos en los que el tiempo se ralentizó. En mi investigación, un hombre describió un partido de tenis de mesa que de repente “se convirtió” en un juego “en cámara lenta”. “Podía ver la pelota, su trayectoria y cómo giraba perfectamente. Pude anticipar su rebote preciso y posicionar mi cuerpo, brazo, manos y muñeca para realizar devoluciones perfectas”. También está la experiencia de un jugador de hockey sobre hielo para quien “una jugada que parecía durar unos diez minutos ocurría en realidad en un espacio de unos ocho segundos”.

Unos pocos afortunados

En mi libro, Time Expansion Experiences (2024), sugiero que solo un pequeño número de atletas extraordinarios experimentaron fácilmente expansiones temporales.

Otro ejemplo es el jugador de béisbol Ted Williams, cuya carrera se extendió desde 1939 hasta 1960. Williams suele ser considerado uno de los mejores bateadores (si no el mejor) de todos los tiempos.

Ted Williams fue dos veces el jugador más valioso de la Liga Americana

Afirmaba que podía ver las puntadas de la costura de la pelota cuando volaba hacia él a 160 km/h. Describió cómo a veces la pelota parecía crecer, de modo que parecía una pelota de playa que flotaba hacia él en cámara lenta.

Esto también puede ser cierto en el caso de Lionel Messi, a menudo descrito como el mejor futbolista de su generación. Algunos científicos creen que Messi puede experimentar un procesamiento neurológico anómalo que ralentiza su percepción del tiempo. Esto explicaría sus goles “imposibles” que parecen desafiar las leyes de la física.

La expansión del tiempo

¿Cómo se puede explicar científicamente esta extraordinaria capacidad?

Todavía no lo sabemos con certeza.

Existe evidencia de que el ejercicio físico en general ralentiza el paso del tiempo.

En un estudio reciente, se pidió a 33 ciclistas que estimaran la duración de sus pruebas y creyeron que había pasado más tiempo del que realmente había transcurrido.

Tal vez este efecto sea más pronunciado en el caso de los deportistas de más alto nivel, debido a sus mayores niveles de condición física y resistencia.

Sin embargo, esto no explicaría por qué ciertos deportistas, como Messi o Williams, tienen una capacidad más pronunciada para ralentizar el tiempo que otros deportistas igualmente en forma.

En 2016, un grupo de científicos alemanes sugirió que podrían ser capaces de “ganar tiempo” debido a habilidades motoras superiores que permiten a sus “cerebros predictivos hacer un mejor uso del tiempo que otros jugadores para leer los partidos y planificar el futuro”.

El piloto de Fórmula 1 Mika Häkkinen afirma que en sus mejores carreras todo pasaba

Mi propia explicación es ligeramente diferente.

Creo que la clave para entender la expansión del tiempo se encuentra en los estados alterados de conciencia, también conocidos como estados modificados de consciencia.

Nuestra percepción normal del tiempo está vinculada a nuestro estado habitual de conciencia.

En algunos estados ligeramente alterados (como estar en un estado de flujo, en el que una persona se encuentra inmersa en la actividad que ejecuta) el tiempo pasa muy rápido.

Pero durante los estados alterados intensos, el tiempo suele expandirse drásticamente o parece desaparecer por completo.

Esta puede ser la razón por la que la expansión radical del tiempo es una característica común de las drogas psicodélicas, los accidentes y las situaciones de emergencia.

La importancia de la expansión temporal

El impacto repentino de un accidente puede alterar nuestros procesos y funciones psicológicas normales, causando un cambio abrupto en la conciencia.

En el deporte, los estados alterados de conciencia intensos se deben a lo que yo llamo “superabsorción”.

La absorción normalmente hace que el tiempo pase más rápido, como en el estado de flujo.

Sin embargo, cuando es especialmente intensa, durante un largo período de concentración sostenida, ocurre lo contrario.

En algunos casos, un atleta aumenta la concentración gradualmente a lo largo de un juego o una competición.

Un piloto de carreras o un golfista puede concentrarse intensamente durante horas, alcanzando finalmente un estado de absorción intenso.

En su caso, el juego es similar a una meditación, en la que la persona va concentrando gradualmente su mente y alcanzando estados más profundos de quietud y bienestar.

En otros casos, un deportista pasa rápidamente a un estado de sobreabsorción durante un período crítico de un partido, por ejemplo, cuando él (o su equipo) está perdiendo y hace un esfuerzo concertado para recuperarse.

O en los minutos finales de un partido cuando el marcador está empatado o hay una mínima diferencia.

Aunque muchos factores contribuyen al éxito en los deportes, tal vez la clave de una habilidad extraordinaria sea la capacidad de entrar en un estado alterado de conciencia a través de una intensa absorción.

Y la característica más importante de este estado alterado es la expansión temporal.

*Por Steve Taylor, profesor titular de Psicología en la Universidad Leeds Beckett, en Reino Unido.