La misión Artemis de la NASA marca el camino hacia un ambicioso regreso del ser humano a la Luna, con la participación directa de España en esta histórica aventura. Aunque el proyecto enfrentó varios obstáculos y retrasos, la agencia espacial continúa con su firme propósito de llevar a cabo este desafío. En medio de estos esfuerzos, lograron un hito significativo: conseguir señales GPS en la Luna. Este avance no solo allana el camino para la exploración lunar, sino que también abre nuevas posibilidades para el desarrollo de sistemas de navegación avanzados que podrían extenderse hasta Marte, lo que cambia para siempre la forma en que nos relacionamos con el espacio.

Así lo confirmó la NASA en un comunicado, en el que detalló que el pasado 3 de marzo lograron llevar a cabo el denominado Experimento del Receptor GNSS Lunar, o LuGRE (por sus siglas en inglés). Este experimento demostró con éxito la capacidad de la NASA para “adquirir y rastrear señales de navegación basadas en la Tierra” directamente en la superficie lunar. Según la agencia aeroespacial, el éxito de LuGRE en la órbita lunar y en la propia superficie de la Luna indica que las señales del Sistema Global de Navegación por Satélite (GNSS), situado en la Tierra, pueden ser recibidas y rastreadas en la Luna.

Gracias a esto se demostró que las señales GNSS terrestres pueden utilizarse en la superficie lunar

Los detalles de este gran acontecimiento

Todo comenzó el 2 de marzo, cuando la sonda Blue Ghost de Firefly Aerospace aterrizó exitosamente en la Luna y marcó un hito en la misión lunar. Este aterrizaje permitió desplegar uno de los diez experimentos científicos que formaban parte de la misión de la NASA, el receptor LuGRE. Desde el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, los operadores comenzaron rápidamente las primeras operaciones científicas. El objetivo del experimento era claro: lograr que una misión en la Luna pudiera adquirir y rastrear señales de sistemas de geolocalización provenientes de constelaciones de satélites situados en la Tierra, como GNSS, GPS y Galileo.

El desafío radicaba en rastrear estas señales en la superficie lunar para utilizarlas en tareas de navegación. Aunque la teoría era sencilla, en la práctica representaba un gran reto tecnológico. No obstante, los avances fueron rápidos. En la madrugada del día siguiente al aterrizaje, LuGRE logró adquirir y rastrear señales GNSS desde la superficie lunar, a más de 362.000 kilómetros de distancia de la Tierra, lo que logró una posición de navegación precisa, un éxito rotundo para los científicos de la NASA.

Este récord abre el camino para la navegación autónoma en futuras misiones

Pero este logro no fue el único que marcó el experimento, puesto que, antes de su exitoso aterrizaje en la Luna, LuGRE ya había conseguido romper un récord importante. En su viaje hacia nuestro planeta, logró superar la adquisición de señal GNSS a la altitud más alta registrada sobre la Tierra, un hito alcanzado el 21 de enero y que continuó incrementándose hasta su punto máximo el 20 de febrero.

Sin dudas, este éxito de LuGRE, el receptor de la NASA marca un hito en la navegación lunar al demostrar que es posible utilizar señales GNSS de manera autónoma para rastrear y geolocalizar naves espaciales en la Luna, lo que reduce la dependencia de operadores humanos. Según Kevin Coggins, administrador del Programa SCaN de la NASA, este hito establece un importante precedente al confirmar que los seres humanos podemos adquirir y rastrear con éxito estas señales en la superficie lunar, lo que abre nuevas posibilidades para la navegación lunar y futuras misiones espaciales.

Por lo antes mencionado, este avance se considera un descubrimiento clave, comparable al uso de GNSS en tecnologías cotidianas como smartphones y aviones, y representa un paso crucial en la exploración y desarrollo de la Luna como próximo destino para la humanidad.