La periodista y escritora Rosa Montero inició una serie policíaca con tintes de ciencia ficción con Lágrimas en la lluvia, en la que presentó a la detective Bruna Husky, una androide a la que conoceremos en un Madrid futurista, dentro de una sociedad regida por las nuevas tecnologías y en la que las diferencias sociales se encuentran todavía más acentuadas.

La acción tenía lugar en un mundo, a modo de Blade Runner, en el que aumenaban las muerte de ‘replicantes’, que enloquecían de repente. ¿Qué ocurría dentro de ese sistema aparentemente ordenado y establecido? Al parecer, alguien estaba modificando los archivos de la humanidad, lo que podría conllevar daños irreparables. Pero, ¿qué es la humanidad?

Sobre esos parámetros narrativos se construía esta obra que abordaba la moral política y la ética individual dentro de un panorama en proceso de descomposición y que hablaba de la supervivencia y la identidad en un mundo hostil.

Una saga ‘distópica’ repleta de conspiraciones

La saga en torno a Bruna Husky

A Lágrimas en la lluvia le seguiría El peso del corazón, que abordaba una conspiración internacional ‘antisistema’ y que enfrentaba a nuestra heroína a nuevos retos, y en la que encontrábamos sectas secretas y un posible complot político a través del que que se ponía de manifiesto los excesos de poder y el horror de los dogmas. ¿Y qué más?

Los tiempos del odio nos presentó de nuevo una ‘distopía’ que emparentaba el pasado populista con el futuro. ¿Una forma de representar desde la simbología nuestro presente actual lastrado por las contradicciones de las ideologías?

De todas esas cuestiones parece girar esta serie de novelas que enfrenta los principios morales al ‘stablishment’, la rebelión frente a las normas. Así, Animales difíciles, el cuarto y último capítulo de esta franquicia ‘noir’ se convierte en una obra que utiliza el futuro para hablar de nuestro presente.

De qué va ‘Animales difíciles’

'Animales difíciles', de Rosa Montero (Seix Barral)

En este caso nos situamos en 2111. Bruna Husky será contratada para investigar un atentado terrorista dentro de una instalación tecnológica. Sin embargo, todos los miembros involucrados comenzarán a desaparecer y las teorías ‘conspiranoicas’ adquirirán un nuevo sentido.

Con esta novela, Rosa Montero quería abordar la crisis de radicalismo ideológico por el que estamos atravesando, algo en lo que entra en juego las ‘fake news’ así como la propaganda extremista.

“Uno de los grandes problemas de nuestro presente son los desplazados, las migraciones”, contaba Rosa Montero en un encuentro con los medios. “Lo que estamos viviendo no es más que la punta del iceberg y el comienzo de un tsunami que tiene que ver con el calentamiento global. Ante este reto, parte de la sociedad apuesta por las fronteras, levantar muros frente a los pobres. Esto supondría el sálvese quien pueda, ¿a qué precio?”, ha reflexionado la autora.

En su cierre de esta tetralogía, Rosa Montero reflexiona en torno a los grandes peligros de nuestro tiempo, aquellos que parecen estar en la sombra y son más poderosos de lo que pudiéramos imaginar. “Creo que si seguimos así el ser humano va camino de la extinción”.