Soñar despierto es una de las sensaciones más agradables que podemos experimentar, especialmente cuando nuestras fantasías son positivas y nos llenan de entusiasmo. Sin embargo, cuando nuestros pensamientos se vuelven negativos o nos anticipamos a situaciones desfavorables, este mismo proceso puede convertirse en una pesadilla. Lo cierto es que estos sueños, aunque no sean reales en el sentido físico, son tan intensos y vívidos que parecen formar parte de nuestra realidad en ese preciso momento. A continuación, se dan a conocer cuáles son sus verdaderos beneficios y cómo impacta en nuestra memoria y bienestar emocional.
Cabe destacar que este fenómeno es conocido como un proceso mental en el que nuestra mente se desconecta del entorno y se sumerge en pensamientos, imágenes o escenarios que parecen tan reales que nos transportan a otro lugar. Estos episodios, que pueden ser placenteros o inquietantes, a menudo nos llevan a imaginar futuros ideales, revivir recuerdos felices o crear situaciones hipotéticas, como conversaciones o eventos que deseamos experimentar. Independientemente del contenido, lo cierto es que soñar despierto tiene un impacto positivo en el funcionamiento de nuestro cerebro, ya que, más allá de ser una distracción, contribuye activamente a la consolidación de recuerdos y al aprendizaje, lo que mejora nuestras capacidades cognitivas.
Según un reciente estudio publicado en la revista Nature, soñar despierto resulta ser fundamental para mejorar tanto la memoria como el aprendizaje. Esto teniendo en cuenta que este tipo de “viajes mentales” nos permiten escapar momentáneamente de la realidad y también contribuyen a fortalecer las conexiones neuronales esenciales para nuestro desarrollo cognitivo.
Para comprender este fenómeno desde un punto de vista psicológico, es importante entender que se trata de un “estado de conciencia, más o menos desconectado de la realidad, en el que el sujeto se deja llevar por una sucesión, casi siempre incoherente, de imágenes y pensamientos influenciados por motivaciones afectivas, como deseos, temores y emociones, más que por el pensamiento lógico”. Así lo explica la Clínica Universidad de Navarra, que señala que este fenómeno es común en la pubertad, donde juega un rol importante en la anticipación de la realidad futura. Sin embargo, también advierten que, si no se maneja adecuadamente, puede convertirse en un síntoma de evasión de la realidad.
Por su parte, las investigaciones científicas recientes revelaron datos sorprendentes sobre este fenómeno. En un estudio realizado en ratones, se registraron patrones de reactivación neuronal específicos de los estímulos previos y mostraron que el cerebro seguía procesando lo experimentado durante un estado similar al de soñar despierto. Sin lugar a dudas, este hallazgo sugiere que las ensoñaciones no son simples distracciones, sino procesos activos del cerebro que consolidan las experiencias vividas y potencian el aprendizaje.
Aunque estos descubrimientos aún no se replicaron en humanos, las implicaciones científicas apuntan a que soñar despierto podría ser una estrategia útil para mejorar la memoria y otras funciones cognitivas. Mismo, pese a que este fenómeno suele ser considerado como algo superficial o momentáneo, estos estudios abren nuevas perspectivas sobre su importancia en el funcionamiento mental y en la mejora de nuestras capacidades intelectuales.
Por otro lado, este proceso mental ayuda a reducir el estrés y proporciona una vía de escape al imaginar escenarios placenteros o situaciones deseadas. Además, promueve la creatividad, ya que nos permite explorar nuevas ideas y soluciones sin las limitaciones del pensamiento lógico. En resumen, dedicarle tiempo a soñar despierto puede ser una herramienta valiosa para mejorar la salud mental, la creatividad y las funciones cognitivas.