La posibilidad de implementar un tren de alta velocidad en Texas enfrenta desafíos cada vez mayores. Mientras las expectativas de reducir el tráfico y conectar grandes ciudades como Dallas y Houston captaron la atención de urbanistas y ciudadanos, las posturas de legisladores estatales y las incertidumbres políticas a nivel federal amenazan con descarrilar este ambicioso proyecto.
Lo que se sabe del tren de alta velocidad en Texas
Texas, uno de los estados con mayor crecimiento económico en Estados Unidos, experimentó una saturación cada vez más crítica en sus carreteras. La autopista Interestatal 35, que conecta Dallas, Austin y San Antonio, se convirtió en un cuello de botella para millones de automovilistas. En este contexto, algunos legisladores promovieron la idea de un tren de alta velocidad como una alternativa viable para descomprimir el tráfico y reducir la contaminación ambiental.
El legislador John Bucy, demócrata de Austin, presentó un proyecto de ley que ordenaría al Departamento de Transporte de Texas explorar la viabilidad de un tren de alta velocidad a lo largo de esta transitada ruta.
Según la propuesta, el tren alcanzaría velocidades superiores a los 110 kilómetros por hora y operaría mediante un acuerdo público-privado. Sin embargo, no existen planes concretos para implementar el sistema ni se definió quién lo operaría.
Polémica en la legislatura estatal
Según informa The Texas Tribune, la propuesta de Bucy no fue bien recibida por gran parte de los legisladores republicanos, quienes dominan la legislatura estatal.
Desde 2017, una ley estatal prohíbe que Texas Central, la compañía detrás del proyecto de tren entre Dallas y Houston, reciba fondos para su construcción. Legisladores como el senador estatal Robert Nichols reiteraron su oposición, cuestionando la viabilidad financiera del proyecto y al rechazar el uso de expropiaciones forzadas para adquirir terrenos.
Nichols argumentó que cualquier inversión en un proyecto de esta magnitud debería garantizar beneficios económicos tangibles. “Si el tren de alta velocidad puede construirse sin fondos estatales o federales y sin recurrir a la expropiación, no tendría problemas con ello”, afirmó. Sin embargo, señaló que tales condiciones son difíciles de cumplir en un estado con gran resistencia a nuevas regulaciones en materia de transporte.
El futuro incierto de Texas Central
El proyecto de Texas Central, que promete reducir el tiempo de viaje entre Dallas y Houston de tres horas y media a solo 90 minutos, enfrentó obstáculos significativos desde su concepción en 2009. Aunque el plan prevé utilizar tecnología japonesa similar a la empleada en la red ferroviaria Shinkansen, las dificultades para adquirir terrenos y la falta de apoyo financiero ralentizaron su desarrollo.
En 2022, la Corte Suprema de Texas permitió que Texas Central utilizara el mecanismo de expropiación para obtener los terrenos necesarios, una decisión que generó críticas entre los propietarios esas zonas en el este del estado. En respuesta, legisladores republicanos como Cody Harris y Brian Harrison presentaron proyectos de ley que buscan revertir esa decisión y bloquear cualquier intento de utilizar fondos estatales en proyectos de trenes de alta velocidad.
El papel de Amtrak y el panorama federal
El resurgimiento del proyecto de Texas Central en 2023 estuvo liderado por Amtrak, la principal operadora de trenes de pasajeros en Estados Unidos. Esta compañía destacó que el trayecto entre Dallas y Houston cumple con las condiciones ideales para un tren de alta velocidad, al incluir un terreno mayormente plano y la conexión entre dos de las áreas metropolitanas más grandes del país.
A pesar de esto, el apoyo federal bajo una nueva administración republicana genera dudas sobre la continuidad del respaldo financiero que recibió el proyecto durante el gobierno de Joe Biden.
La administración de Biden asignó importantes recursos para el desarrollo de infraestructuras ferroviarias, en línea con una estrategia nacional de transporte más sostenible. Sin embargo, el enfoque que adoptará Donald Trump en su segundo mandato hacia los proyectos ferroviarios aún no está claro, lo que agrega incertidumbre al futuro de los trenes de alta velocidad en el estado.