Un equipo internacional de científicos marcó un hito en la historia de la investigación climática al perforar con éxito un núcleo de hielo de 2.800 metros de profundidad, por lo que alcanzó el lecho rocoso bajo la capa de hielo antártica.
Este logro, enmarcado en el proyecto Beyond EPICA-Oldest Ice, promete revelar detalles inéditos sobre la evolución del clima y la atmósfera terrestre en los últimos 1,2 millones de años, una hazaña que podría cambiar la comprensión actual del cambio climático.
¿Qué hace único este núcleo de hielo?
El hielo antártico es como una cápsula del tiempo, capaz de conservar información detallada sobre las condiciones atmosféricas del pasado.
En este caso, el núcleo perforado en el remoto sitio de Little Dome C, ubicado a 3.200 metros sobre el nivel del mar, contiene un registro climático que podría resolver misterios científicos históricos.
Carlo Barbante, coordinador del proyecto y glaciólogo del Instituto de Ciencias Polares del Consejo Nacional de Investigación de Italia, destacó la magnitud del avance. “Este es el registro continuo más largo de nuestro clima pasado a partir de un núcleo de hielo. Puede revelar la interrelación entre el ciclo del carbono y la temperatura de nuestro planeta”, declaró según Europa Press.
Los primeros análisis sugieren que este núcleo de hielo incluye hasta 13.000 años comprimidos en un solo metro, lo que lo convierte en una fuente valiosa para estudiar cómo evolucionaron los gases de efecto invernadero y las temperaturas en ciclos glaciares que abarcan más de un millón de años.
Richard Alley, científico climático de Penn State y observador externo del proyecto, expresó su entusiasmo por los avances: “Los estudios de núcleos de hielo ayudan a entender mejor las contribuciones humanas al cambio climático actual”, afirmó a AP.
Alley subrayó que el acceso al lecho rocoso permite no solo reconstruir el clima, sino también obtener pistas sobre la evolución de la Tierra en su conjunto.
Una nueva frontera climática
Hasta ahora, los núcleos de hielo más antiguos ofrecían información detallada de hasta 800.000 años atrás, como en la primera campaña EPICA.
Sin embargo, este nuevo núcleo amplía ese horizonte, alcanza una era crítica conocida como la Transición del Pleistoceno Medio.
Este período, que tuvo lugar entre 900.000 y 1,2 millones de años atrás, representó un cambio en los ciclos glaciares, que pasaron de intervalos de 41.000 años a ciclos más prolongados de 100.000 años.
Frank Wilhelms, investigador principal de campo y profesor en la Universidad de Göttingen, explicó: “La ubicación correcta se identificó utilizando tecnologías de ecosonda de radio de vanguardia y modelado del flujo de hielo. Encontramos el registro que va de hace 0,8 a 1,2 millones de años exactamente donde se predijo”.
Este núcleo permitirá explorar las razones detrás de este cambio climático, un tema que intrigó a la comunidad científica durante décadas.
¿Cómo se logró este hito?
El trabajo en Little Dome C no fue sencillo. Durante cuatro años, un equipo de 16 científicos y personal de apoyo trabajó a temperaturas promedio de -35 °C (-25,6 °F). Perforó cada verano hasta alcanzar el lecho rocoso.
La precisión del proyecto es fruto de colaboraciones internacionales, financiadas en parte por la Unión Europea y lideradas por Italia.
Federico Scoto, glaciólogo italiano y uno de los protagonistas de la perforación, expresó a AP: “Fue un gran momento para nosotros cuando llegamos al lecho rocoso”. Los isótopos extraídos del hielo confirmaron que tiene al menos 1,2 millones de años.
Lecciones para el presente y el futuro
El análisis de los núcleos de hielo no solo aporta conocimiento sobre el pasado, sino que también brinda un contexto invaluable para entender el cambio climático actual.
De acuerdo con Carlo Barbante en AP: “Hoy estamos viendo niveles de dióxido de carbono que son un 50% superiores a los niveles más altos que hemos tenido en los últimos 800.000 años”.
Además, la perforación en el lecho rocoso abre nuevas posibilidades para estudiar procesos glaciológicos y la historia del manto de hielo en la Antártida Oriental, incluyendo el comportamiento del hielo antiguo que se ha vuelto a congelar.
Aunque el núcleo de hielo ya está en manos de los científicos, el trabajo apenas comenzó. Los análisis detallados que se llevarán a cabo en los próximos años prometen revolucionar la ciencia del clima.
Los expertos esperan que proporcione respuestas sobre los ciclos glaciares, la dinámica del carbono atmosférico y las condiciones que modelaron nuestro planeta tal como lo conocemos hoy.