Desde hace tiempo, ya sea por haber comprado más alimentos de lo necesario, por un cálculo incorrecto de las porciones, o por la intención de preparar comida para almacenarla a futuro, el freezer se convirtió en un recurso clave. Este electrodoméstico, al mantener los productos a temperaturas inferiores a -18º C, frena el crecimiento de microorganismos, permitiendo así conservar los alimentos en buen estado por un período prolongado. No obstante, es fundamental tener en cuenta qué alimentos pueden congelarse nuevamente y cuáles deben evitarse para asegurar su calidad y seguridad.

Aunque congelar alimentos puede ser una excelente opción en muchas circunstancias, existen ciertas consideraciones importantes. La congelación casera, por ejemplo, no es igual a la industrial, donde los alimentos pasan por procesos de ultracongelación que cambian la temperatura en menos de 4 horas para asegurar una mejor calidad. Además, es relevante no solo congelar los productos de manera adecuada, sino también descongelarlos en condiciones óptimas para preservar su seguridad y sabor.

Los alimentos que pueden volver a congelarse

Es fundamental congelar con una cocción previa, en ciertos alimentos

Existen varios alimentos que se pueden recongelar de forma segura cuando fueron manejados adecuadamente. Entre ellos, se encuentran las carnes que fueron cocidas previamente, como el pollo, la carne de cerdo, así como los guisos y las sopas. También son seguros para recongelar los productos que fueron preparados con salsas, siempre que se mantengan en condiciones higiénicas. Además, las verduras que se blanquearon antes de congelarse, como los espárragos o los frijoles, pueden volver a congelarse sin perder su calidad. Por último, los caldos son aptos para ser recongelados, siempre que se hayan almacenado correctamente.

Ahora bien, en relación con los alimentos que pueden ser recongelados, desde el portal ABC dieron a conocer algunas recomendaciones:

  • Alimentos cocidos previamente: es posible volver a congelar un alimento que ya fue descongelado siempre y cuando haya sido cocinado adecuadamente. La cocción a temperaturas superiores a 65 °C modifica la estructura física y química del producto, eliminando la mayoría de las bacterias, lo que lo hace seguro para ser congelado nuevamente.

Las recomendaciones para descongelar los alimentos de la mejor manera

En relación con esto, para descongelar los alimentos de forma segura, es recomendable pasarlos del freezer a la heladera y dejarlos reposar allí durante al menos 24 horas. Esto permite que se descongelen lentamente sin comprometer su calidad y seguridad. Por otro lado, en caso de usar el microondas para descongelar, se debe optar por recipientes de vidrio que sean resistentes a los cambios de temperatura y utilizar la potencia más baja o la función de “descongelación” para asegurar un proceso gradual.

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  • Verduras y legumbres: estos alimentos pueden descongelarse directamente en agua hirviendo. Este método garantiza que mantengan su textura y sabor sin comprometer su calidad.
  • Alimentos cocidos con salsas o jugos: para descongelar estos alimentos, se recomienda hacerlo al baño maría utilizando un recipiente hermético, lo que ayuda a preservar su sabor y calidad.

Qué le pasa a los alimentos cuando se descongelan

En caso de descongelar pollo en el microondas, se debe cocinar inmediatamente después

Cuando se congelan alimentos, el proceso detiene el crecimiento de microorganismos, pero al descongelarlos, estos vuelven a activarse y comienzan a multiplicarse. Teniendo esto en cuenta, si se decide congelar nuevamente el alimento, este ya tendrá una mayor cantidad de microbios que pueden comprometer su seguridad. Durante la descongelación, el agua presente en los alimentos se convierte en un ambiente favorable para que estos microorganismos crezcan, lo que dificulta garantizar que el producto siga siendo seguro para consumir.

Además, al recongelar los alimentos, no solo se reactiva el crecimiento microbiano, sino que las bajas temperaturas generan cristales de agua que dañan su estructura. Esto deteriora el tejido del alimento, provocando que pierda agua y, en consecuencia, afectando tanto su textura como su sabor. Por estos motivos, se aconseja que los alimentos se congelen y descongelen solo una vez, aunque existen algunas excepciones, como las antes mencionadas.