Alrededor de 1.900 niños y adolescentes son diagnosticados anualmente con cáncer en Perú según Globocan 2022. (AP Photo/Alex Babenko)

El cáncer no espera. Cada dos minutos, un niño es diagnosticado con esta enfermedad en el mundo. En Perú, alrededor de 1.900 niños y adolescentes son diagnosticados con cáncer al año, según cifras de Globocan 2022. Por ello, un diagnóstico temprano puede cambiar su destino. Detectarlo a tiempo o tarde transforma su tratamiento y, principalmente, sus posibilidades de curarse.

El diagnóstico temprano es nuestra mejor arma para enfrentar esta enfermedad oncológica. Los padres se convierten en aliados fundamentales y deben estar atentos a los signos silenciosos y persistentes del cáncer infantil: fatiga inexplicable, moretones frecuentes, dolores óseos que despiertan en la noche, ganglios inflamados que no desaparecen, fiebre sin causa aparente, entre otros.

“Son cosas de niños”, suelen decir los padres, pero radica la diferencia entre actuar hoy o esperar. Y la espera no es una opción.

El diagnóstico temprano transforma las probabilidades de cura en el cáncer infantil, según la OMS.

Si bien los avances tecnológicos han revolucionado la detección de cáncer con grandes técnicas de diagnóstico molecular e imagenología de alta precisión, es fundamental conocer las señales de alarma del cáncer infantil.

Un brillo blanquecino en el ojo o un estrabismo repentino pueden ser señales de retinoblastoma, un tipo de cáncer ocular que se origina en la retina. Asimismo, los dolores de cabeza matutinos persistentes podrían advertir la presencia de un tumor cerebral.

Otros signos, como la pérdida de peso sin razón aparente, cambios en el comportamiento o rendimiento escolar, infecciones frecuentes o sangrados anormales, también son alertas silenciosas de que “algo no anda bien”.

Retinoblastoma puede manifestarse como un brillo en el ojo o aparición espontánea de estrabismo.

La tecnología nos da esperanza, pero el tiempo sigue siendo crucial. Cuando se detecta a tiempo, el cáncer infantil tiene tasas de curación superiores al 80 % en muchos casos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Cada semana cuenta. Cada día importa.

La medicina ha evolucionado en la última década. Hoy contamos con terapias innovadoras más allá de la quimioterapia, como la inmunoterapia, que fortalece el propio sistema inmune del niño para combatir el cáncer; las terapias dirigidas de precisión, que atacan específicamente las células cancerosas; y la radioterapia de protones, cuyo tratamiento tiene una precisión milimétrica y protege el tejido sano circundante.

El cáncer infantil ya no es una sentencia, sino un desafío que podemos enfrentar juntos con la tecnología de nuestro lado. Este 15 de febrero, Día Internacional del Cáncer Infantil, no solo recordamos a nuestros pequeños guerreros, sino también aprendamos a reconocer las señales de la enfermedad y actuemos sin demora.