Las opciones sobre Air-e incluyen compra estatal, venta o liquidación - crédito Air-e

La posible compra de Air-e por parte del Estado se perfila como una de las decisiones más trascendentales en el manejo de servicios públicos en Colombia, especialmente tras los graves hallazgos encontrados durante el proceso de intervención. Durante una visita a las oficinas administrativas y comerciales de la empresa en Santa Marta, el agente especial Edwin Palma Egea reveló que el Gobierno nacional está evaluando diversas alternativas para asegurar la continuidad y mejora del servicio, entre las cuales destaca la adquisición estatal como una opción concreta.

Como parte de esta evaluación, Palma fue enfático en afirmar que, “esta compañía no será devuelta a los dueños, esa sí es una decisión política que está tomada”. Según explicó, las alternativas propuestas serán presentadas al presidente para definir el futuro de Air-e, que podría incluir su venta, liquidación o la compra por parte del Estado. Esta última medida busca garantizar la mejora en la calidad del servicio de energía eléctrica, considerado esencial para las comunidades afectadas.

Ahora puede seguirnos en nuestro WhatsApp Channel y en Facebook.

Las decisiones de Air-e buscan garantizar accesibilidad y calidad en el servicio eléctrico - crédito Europa Press

En su intervención, el agente especial también enfatizó la necesidad de mejorar la relación entre la empresa y los usuarios. Para ello, se anunció el lanzamiento de las jornadas comunitarias denominadas Air-e a la Calle, un espacio que buscará acercar a la ciudadanía con la empresa a través de encuentros directos con líderes comunales, sindicatos, Juntas de Acción Comunal y autoridades indígenas. Palma destacó que este esfuerzo es clave para fortalecer la confianza de los usuarios y optimizar la atención a sus necesidades.

“El presidente dice: evaluemos la posibilidad de comprarla”, mencionó Palma al referirse al compromiso del Gobierno con encontrar una solución estructural. Esta afirmación reafirma la intención de las autoridades de tomar acciones decididas frente a los problemas técnicos, financieros y operativos que enfrenta la compañía. En este contexto, se busca garantizar que la prestación del servicio de energía no solo sea eficiente, también accesible para todos los usuarios.

El proceso de intervención también reveló una serie de retos operativos que afectan directamente a la calidad del servicio. Ante esta situación, el agente especial hizo un llamado a los equipos de trabajo de Air-e para redoblar sus esfuerzos en atender oportunamente las necesidades de los usuarios. Este pacto social, según Palma, es fundamental para generar confianza en la comunidad y asegurar que la empresa cumpla con su rol esencial de proveer energía eléctrica de manera confiable.

La crisis expone desafíos técnicos y financieros que afectan a los usuarios - crédito Air-e

Implicaciones económicas

La posible adquisición de Air-e por parte del Estado plantea múltiples implicaciones económicas. En primer lugar, significaría una inversión significativa por parte del Gobierno, lo que podría presionar las finanzas públicas en el corto plazo. No obstante, esta medida también podría traducirse en un mayor control sobre la calidad del servicio y en una mejor gestión de los recursos energéticos a largo plazo.

Por otro lado, la intervención y posterior adquisición podría enviar una señal positiva a los mercados y a los usuarios sobre el compromiso del Estado con la garantía de servicios públicos esenciales. Esto podría traducirse en un incremento de la confianza de los ciudadanos, lo que estimularía la economía local al garantizar la estabilidad del suministro eléctrico, fundamental para actividades comerciales e industriales.

El Estado evalúa cómo sostener el servicio sin devolverlo a sus antiguos dueños - crédito Europa Press

Sin embargo, también existe el riesgo de que esta decisión sea percibida como un retroceso en la participación privada en el sector de servicios públicos. Este aspecto podría desalentar la inversión extranjera, especialmente en sectores donde se considere que el Estado podría intervenir de manera similar. Así, la clave estará en equilibrar la eficiencia operativa con una gestión transparente que evite un impacto negativo en la percepción de los inversores.

El fortalecimiento de la infraestructura y la mejora del servicio podría beneficiar a la economía regional, al reducir los costos asociados con fallos en el suministro de energía. En un contexto donde la energía es un recurso crítico, garantizar su disponibilidad y estabilidad será crucial para impulsar el desarrollo económico de las zonas afectadas.