Cuando inicia la temporada de primavera – verano aumenta los niveles de radiación UV, por lo que es importante proteger a la piel, órgano que está expuesto ante los rayos del sol ante estos climas. La exposición prolongada al sol puede tener efectos negativos en la salud, la principal enfermedad que puede desencadenar el el cáncer de piel.
Pero, otro de los efectos del que poco se habla es su relación con el colágeno, proteína importante para el organismo. El Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos define el colágeno como una proteína fibrosa que se encuentra en los cartílagos y otros tejidos conjuntivos, existen cuatro tipos de colágeno y uno de ellos se encuentra en las capas de la piel.
Este tipo de colágeno puede tener efectos cuando está expuesto al sol y la radiación, esta problemática ha llevado a los especialistas a realizar investigaciones sobre los efectos de la radiación UV y el colágeno en la piel.
Cabe recordar que el colágeno tiene funciones preventivas para los signos de la edad, además le da elasticidad y firmeza a los músculos, incluidos los de la piel. Su consumo en la dieta diaria trae grandes beneficios.
¿Qué pasa con el colágeno cuando nos exponemos al sol?
Una investigación publicada en la National Library of Medicine, el artículo titulado La exposición prolongada al sol altera el colágeno de la dermis papilar reveló que sí hay una alteración en el gen del colágeno cuando es expuesto a altos niveles de radiación UV. Cuando la piel se expone al sol por largo tiempo empieza a envejecer y pierde algunas propiedades, hay una degradación y remodelación del colágeno en la dermis papila, una capa de la piel.
El rostro es el principalmente afectado, pues la piel es más delgada y delicada a comparación de otras partes del cuerpo. El colágeno que se encuentra en la piel puede verse perjudicado con la radiación solar.
La exposición al sol tiene un efecto dual sobre el colágeno. Por un lado, la luz solar estimula la producción de vitamina D, que es beneficiosa para la piel y el organismo en general. Sin embargo, una exposición excesiva —y sin protección a los rayos ultravioleta (UV)— daña las fibras de colágeno, provoca su degradación y acelera el envejecimiento de la piel.
La radiación UV penetra en la piel y genera radicales libres que dañan el colágeno, disminuyendo su elasticidad y favoreciendo la aparición de arrugas y manchas. Por eso es importante protegerse adecuadamente del sol para evitar la descomposición de esta proteína esencial para la piel. Utilizar protector solar, ropa adecuada y evitar el sol en horarios de alta radiación son medidas clave para prevenir daños en el colágeno.