¿Qué pasaría si dejamos manejar un auto a quien no sabe hacerlo? ¿Saltar a una pileta sin saber nadar? Seguramente todos nos podemos imaginar que sucedería. Pero alguna vez ¿te preguntaste qué pasaría si un chico tiene acceso a las pantallas sin estar preparado?

Te compartimos algunas de las posibles consecuencias:

  • Desarrollar una ludopatía: Lucio, tenía 12 años cuando entró por primera vez a un sitio ilegal de apuestas por un anuncio que vio en Instagram: un poco por curiosidad y también para no quedarse afuera de una actividad habitual entre sus amigos. Más adelante “un compañero de la escuela llevó un link para comprar fichas y empezó la presión grupal para que todos jugaran”, nos cuenta la mamá de Lucio, que ahora con 13 años está en tratamiento por su compulsión a jugar.
  • Agudizar un trastorno de la alimentación: “Cuando tenía 14, el TCA se intensificó. Las redes sociales tuvieron mucho peso. Comencé a seguir retos de dietas de hasta 20 días. Me obsesioné. Hacía dos horas diarias de cardio. El algoritmo no ayudó: después de un tiempo, mi TikTok e Instagram estaban llenos de dietas extremas y desafíos peligrosos”, nos cuenta Isabella, que hoy tiene 18 y se encuentra en recuperación por su TCA.
  • Ser víctimas de deepfake porno: “Me vino a hablar una chica de otro curso para contarme que hay fotos mías desnuda. Las hizo un pibe con inteligencia artificial”, le contó una adolescente de 13 años con un hilo de voz y la mirada desencajada a su mamá.
  • Acceder a contenido pornográfico: “Los chicos están expuestos a un caudal ilimitado de sexualidad adulta. Es un tsunami de material pornográfico extremo 24/7, que favorece mecanismos compulsivos”, advierte Federico Pavlovsky, psiquiatra especializado en adicciones.

Estos son solo algunos de los riesgos que conlleva el mal uso o acceso prematuro a las pantallas.

Chicos y pantallas

¿Qué podemos hacer entonces? Te compartimos algunos de los consejos que ofrecen los especialistas en nuestra guía “Chicos y pantallas”:

  1. Dialogar: los chicos tienen que entender las responsabilidades que implica el uso de la tecnología y conocer sus riesgos. Por ejemplo: qué cuidados tener si llegan a interactuar con extraños
  2. Educar con el ejemplo: si las madres y padres miran el celular en lugar de a su hijo, les estamos enseñando que lo más importante son las pantallas, nos explica Laura Jurkowski de la ONG reConectarse
  3. Establecer límites: es clave no darles acceso a redes o a un celular de forma prematura. “Hay familias que, cuando restringieron el uso de dispositivos, me dijeron: ‘Mi hijo empezó a jugar’” nos comenta Lucía Fainboim especialista en ciudanía y crianza digital
  4. Hacer un contrato: establecer reglas claras que los ayuden a aprender a gestionar el uso de los equipos de forma sana. Por ejemplo: establecer horarios y lugares para su uso.

Si querés saber más sobre este tema, consultá nuestra guía Chicos y Pantallas