Después de un enero y un febrero sin complicaciones de cortes de electricidad en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA), marzo comenzó con el primer gran apagón del gobierno de Javier Milei. Paradójicamente, no se debió a las altas temperaturas, sino a una falla del sistema de transmisión de Edesur, la distribuidora cuya concesión está en manos del grupo Enel, de capitales italianos y de buena relación con el Gobierno (las autoridades se juntaron al menos tres veces con el Presidente).

En este contexto, el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) comunicó esta tarde que “en virtud de las afectaciones en el servicio eléctrico”, decidió iniciar un expediente de oficio para evaluar “las causas, responsabilidades, y, en caso de corresponder, sanciones a aplicar”.

“Mediante este procedimiento administrativo, el ENRE investigará los dos eventos sucedidos durante el día de ayer: los desenganches de las líneas de alta tensión Bosques-Hudson 1 y 2 de 220 KV a las 5:24 hs, y de las líneas de alta tensión Costanera Hudson 1 y 2 de 220 KV a las 12.07 hs, que dejaron sin servicio a 550.000 y 740.000 usuarios respectivamente”, indicó.

El ente también le pidió a la distribuidora Edesur los informes técnicos correspondientes a las fallas y la documentación que avale las tareas de mantenimiento realizadas sobre las líneas en cuestión.

Hoy a las 15.20, cuando la demanda en el Gran Buenos Aires alcanzaba el pico de 10.964 MW, un consumo 13% mayor que ayer a la misma hora, la página del ENRE indicaba que había 37.751 usuarios de Edesur sin electricidad. Edenor tenía a 2979 sin servicio. Esto muestra que en medio de la ola de calor, el sistema eléctrico en el AMBA sigue vulnerable.

En la calle Corrientes y Uruguay, ayer, se instalaron grupos electrógenos por la persistencia de los cortes de luz

“El verano venía bien. Es una lástima lo que ocurrió, porque fue un cisne negro. Hubo una falla imprevista, pero con una afectación enorme”, resumió un experimentado conocedor del sector sobre el caos que se vivió ayer. Todavía en el mercado eléctrico nadie dio una explicación para el desperfecto que provocó que, a las 5:23 de la madrugada de ayer, se produjera el desenganche de dos líneas paralelas de transmisión de Edesur, que estaban transportando 500 MW de potencia cada una desde la Ciudad para el resto del AMBA.

“Las líneas estaban operando normalmente. No se sabe a ciencia exacta a qué se debió la falla, no hubo ninguna torre caída ni ningún conductor desprendido. No son líneas que fallen habitualmente, no había viento, ni era un día seco, el terreno estaba húmedo y la demanda no era alta. Hay hipótesis de fallas raras. El mejor escenario es que haya sido un sabotaje, porque así uno se asegura de que no vuelva a pasar. Al no saberlo, está el temor de que se repita la falla en los próximos días, justo cuando se esperan más días calurosos”, dijo el analista.

El servicio de distribución, que operan Edenor y Edesur, exhibe fallas que van desde la falta de modernización en subestaciones eléctricas hasta temas tal vez menores, como la no instalación de medidores inteligentes, pero que permitirían establecer tarifas diferenciales para administrar la demanda en los picos de consumo.

Sin embargo, hay muchas diferencias entre el servicio de Edenor y Edesur. Mientras que Edenor tiene un promedio de 3,5 cortes de luz por usuario por año, Edesur tiene un promedio de 8,1. Asimismo, mientras que la duración de los cortes de Edenor es en promedio de 8,7 horas por usuario y por año, en Edesur es de 16,4 horas.

El récord de consumo eléctrico se espera que se supere todos los años, a medida que crece la población. De hecho, se estima que cada año se suman 1000 MW de demanda. Sin embargo, debido a la falta de inversión de los últimos 20 años, el sistema eléctrico sufre de una fragilidad extrema en sus tres niveles de servicio. En el de generación, todavía hay máquinas obsoletas de más de 60 años que son ineficientes y caras.

En el transporte, la falta de ampliación de líneas eléctricas generó un cuello de botella que impide la inversión en nuevas fuentes de generación, como podrían ser parques de energía eólica y solar.

Para paliar esta falta de inversión, el Gobierno diseñó un plan de contingencia para los meses críticos que contempla acciones de corto, mediano y largo plazo. Entre las medidas implementadas hay un programa para los grandes usuarios de energía (no incluye pymes ni hogares), que podrían reducir la demanda de manera voluntaria, programada y remunerada. Hasta ahora no fue necesario aplicarlo.