El calentador eléctrico, también conocido como termo eléctrico, es una solución común en muchos hogares para disfrutar de agua caliente sanitaria (ACS). Sin embargo, su uso constante puede ser un factor importante en el aumento del consumo energético y, por ende, de la factura de la luz. Dejar el calentador encendido todo el tiempo genera un gasto energético adicional, especialmente debido al fenómeno conocido como dispersión térmica: la pérdida de calor del agua hacia el ambiente, lo que obliga al aparato a consumir energía para mantener la temperatura deseada. En este artículo, analizamos cuánto puede impactar este hábito en tu factura eléctrica y cómo optimizar el uso del termo eléctrico para reducir costos.

Un termo eléctrico funciona mediante resistencias internas que transforman la electricidad en calor para calentar el agua almacenada en un depósito. Una vez alcanzada la temperatura programada, el sistema se apaga temporalmente, pero vuelve a activarse cuando detecta una pérdida de calor significativa (normalmente 8 °C menos de lo configurado). El consumo energético del termo depende de varios factores:

  • Capacidad del depósito: Un termo más grande requiere más energía para calentar el agua.
  • Aislamiento del depósito: Un buen aislamiento reduce las pérdidas de calor y, por tanto, el consumo energético.
  • Temperatura ambiente: En invierno, cuando el ambiente es más frío, el termo necesita más energía para mantener el agua caliente.
  • Frecuencia de uso: El consumo se incrementa cuanto más agua caliente se utilice.

¿Qué pasa si el termo eléctrico está siempre encendido?

Si mantienes el termo eléctrico encendido las 24 horas del día, este estará constantemente consumiendo energía para compensar las pérdidas de calor, incluso cuando no se esté utilizando agua caliente. Esto puede incrementar el consumo hasta un 50% más, según expertos en eficiencia energética.

Por ejemplo, un termo de 80 litros con una potencia de 1,5 kW necesita unas 2,25 horas para calentar su depósito completamente, consumiendo 3,375 kWh por ciclo de calentamiento. Si este termo estuviera siempre encendido, añadiría consumo en períodos de reposo debido a las pérdidas térmicas.

De acuerdo con las estimaciones, un termo de estas características puede consumir alrededor de 101,25 kWh al mes si se usa de manera eficiente, mientras que su consumo puede superar los 150 kWh si se mantiene encendido todo el día. Esto supondría un aumento significativo en la factura de la luz dependiendo de la tarifa contratada.

Impacto en la factura: ejemplos prácticos

Para entender el impacto económico, tomemos como referencia una tarifa eléctrica media de 0,063 €/kWh, el precio promedio de abril de 2024:

  • Uso eficiente (2-3 horas al día): 101,25 kWh x 0,063 €/kWh = 6,38 € mensuales.
  • Uso continuo (siempre encendido): 150 kWh x 0,063 €/kWh = 9,45 € mensuales.

Aunque las diferencias pueden parecer pequeñas a primera vista, el incremento se vuelve significativo a lo largo del año, alcanzando un gasto extra de aproximadamente 37 euros anuales solo por mantener el termo encendido sin necesidad.

Consejos para reducir el consumo del termo eléctrico

Si deseas mantener un control sobre tu factura de la luz sin renunciar al agua caliente, sigue estas recomendaciones:

  • Instala un temporizador: Configura el termo para que se encienda solo en los horarios en los que realmente necesitas agua caliente.
  • Ajusta la temperatura: Configurar el termo a 45 °C es suficiente para la mayoría de las necesidades domésticas, y reduce el consumo frente a los 60 °C que suelen ser el valor predeterminado.
  • Mantenimiento periódico: Elimina sedimentos y cal del interior del termo para mejorar su eficiencia energética.
  • Ubicación estratégica: Instala el termo cerca de los puntos de agua caliente para minimizar las pérdidas de calor en las tuberías.
  • Elige un termo eficiente: Invierte en un aparato con calificación energética A, que consume menos energía en comparación con otros modelos.