La relación entre las personas y los alimentos tiene una larga y compleja historia. El paso de los años, la propia evolución y el avance de la ciencia dieron lugar a grandes cambios que impactan aún en el día de hoy en la alimentación de grandes poblaciones.
Más allá de la importancia que los alimentos poseen para la nutrición y la salud de las personas, algunos productos son característicos de ciertas regiones, dando lugar a distintas tradiciones. Por lo tanto, la relación que existe no se simplifica a la del mero consumo.
Entre las frutas que se pueden destacar, y no solo por su sabor o contenido nutricional, se encuentra el higo considerado como un producto olvidado y que es símbolo de fertilidad y abundancia. Es procedente de Arabia meridional, desde donde se difundió hacia oriente y occidente, señala el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (España).
El higo aporta hidratos de carbono, fibra, potasio, vitamina B6 y, aunque su contenido proteico no es alto, presenta todos los aminoácidos esenciales, según informa la Fundación Española de la Nutrición.
Algo que le da particularidad a esta fruta es su proceso de polinización. Este se produce gracias a una avispa que se encarga de ingresar en la flor y depositar polen de otros higos, al igual que sus propios huevos. Así es como se garantiza la polinización del higo y la avispa logra mantener el ciclo de vida de su especie, por lo que no solo estamos ante un alimento para las personas sino que un hogar para la proliferación de los insectos señalados.
En cuanto a la historia del higo, en la antigua Grecia se consideraba a esta fruta como un símbolo de la abundancia y la fertilidad, mientras que otras civilizaciones de Oriente la concebían como una representación de la prosperidad y la unidad.
Autor: Mariana Sánchez