La lengua de suegra, conocida científicamente como Sansevieria trifasciata, es una de las plantas más comunes de interior debido a su resistencia y facilidad de cuidado. Sin embargo, para que crezca fuerte y saludable, requiere ciertos cuidados específicos. Entre ellos, destaca un abono casero elaborado a partir de un ingrediente vegetal que potencia su crecimiento.
Originaria de África occidental y algunas regiones del sur de Asia, esta planta perenne se distingue por sus hojas largas, puntiagudas y de un color verde con vetas más claras o amarillas en los bordes. Su popularidad no solo se debe a su atractivo estético, sino también a su capacidad de adaptación a diversos ambientes y su facilidad de mantenimiento.
A su vez, esta planta ofrece beneficios para la salud. Un estudio de la NASA encontró que ayuda a eliminar toxinas como formaldehído, benceno y tricloroetileno, lo que la convierte en una opción ideal para mejorar la calidad del aire en interiores. También se dice que contribuye a reducir la humedad en el ambiente y que, según el Feng Shui, atrae energía positiva y protección, aunque estos efectos no tienen una base científica comprobada.
No obstante, es importante tener en cuenta que es tóxica para mascotas, como lo indican diversos estudios. Si los perros o gatos la ingieren, pueden sufrir malestar estomacal, por lo que se recomienda mantenerla fuera de su alcance.
Su nombre popular surge debido a la forma afilada de sus hojas, lo que lleva a asociarla con la lengua afilada de una suegra en el imaginario popular. A pesar de esta curiosa denominación, la lengua de suegra es altamente valorada en la decoración del hogar por su resistencia y versatilidad.
Para garantizar un crecimiento saludable, es importante brindarle condiciones adecuadas, según el medio Healthline. Aunque puede adaptarse a distintas intensidades de iluminación, prefiere la luz indirecta brillante. En cuanto al riego, no necesita demasiada agua: cada dos semanas en épocas cálidas y solo una vez al mes en invierno. Un sustrato bien drenado, compuesto por arena y tierra para cactus, es ideal para evitar el exceso de humedad. Además, se desarrolla mejor en temperaturas entre 15 y 30 °C, por lo que no tolera heladas.
A pesar de su resistencia, la lengua de suegra puede mostrar signos de estrés si sus necesidades básicas no son cubiertas. Hojas blandas y amarillentas indican un exceso de riego, lo que puede derivar en pudrición de raíces. Un crecimiento lento y hojas más oscuras de lo normal pueden señalar falta de luz, mientras que hojas pálidas y sin brillo pueden ser un indicio de deficiencia de nutrientes.
Sobre este punto es donde entra en juego el jengibre, un excelente fertilizante natural que aporta los nutrientes necesarios para fortalecer la planta y estimular su desarrollo.
Cómo preparar y aplicar el abono casero
Esta raíz es rica en potasio, magnesio y fósforo, minerales esenciales para el crecimiento de la lengua de suegra y es la base de un abono cuya preparación es sencilla, y su aplicación puede marcar la diferencia en la vitalidad de esta planta y de otras de interior, ya que otro aspecto positivo de este fertilizante, es que también puede ser utilizado en potus, helechos y filodendros.
Ingredientes:
- 1 trozo de jengibre fresco (aproximadamente 5 cm)
- 1 litro de agua
Paso a paso:
- Rallar el jengibre y colocarlo en un recipiente con agua.
- Dejar reposar la mezcla durante 24 horas.
- Colar el líquido y desechar los restos sólidos.
- Usar el líquido resultante para regar la planta.
- Aplicar una vez al mes para mantenerla fuerte y saludable.
Otros fertilizantes caseros para fortalecer las plantas de interior
Además del jengibre, existen otros abonos caseros que pueden potenciar el crecimiento de las plantas, de acuerdo con el sitio web Plant Care for Beginners:
- Cáscaras de plátano: ricas en potasio y fósforo.
- Cáscaras de huevo: aportan calcio para fortalecer las raíces.
- Posos de café: contienen nitrógeno y mejoran la textura del suelo.
- Agua de arroz: rica en minerales beneficiosos para el crecimiento vegetal.
- Gel de aloe vera: favorece la absorción de nutrientes y estimula el crecimiento.