La Superintendencia Nacional de Salud anunció un cambio significativo en la dirección de la Nueva EPS, de acuerdo con información obtenida por el medio de comunicación Revista Semana.
Julio Alberto Rincón Ramírez, quien asumió como interventor de la entidad en abril de 2024, fue removido de su cargo. Su reemplazo será Bernardo Armando Camacho, quien tendrá la tarea de liderar el proceso de intervención de la EPS más grande de Colombia, que cuenta con más de 11 millones de afiliados.
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La decisión fue formalizada mediante una resolución que especifica las razones detrás del relevo. El documento detalla deficiencias críticas en la gestión de Rincón, que dificultaron el avance del plan de intervención establecido para mejorar la operatividad y sostenibilidad de la entidad.
Según la Superintendencia, uno de los principales problemas fue la falta de control interno y la gestión inadecuada de riesgos, lo cual comprometió la consistencia de la información financiera y administrativa de la EPS.
Además, se evidenciaron prácticas contables y administrativas que no garantizaron la fiabilidad de los datos financieros, lo que puede repercutir directamente en la estabilidad y solvencia de la entidad.
Estas irregularidades se suman a la incapacidad de implementar las líneas base de los indicadores del Sistema de Gestión Fénix, diseñado para supervisar los avances de la intervención. Hasta julio de 2024, Nueva EPS solo logró cumplir 13 de los 39 indicadores evaluados, lo que representa un nivel de cumplimiento del 33 %, muy por debajo de lo esperado.
Otro aspecto señalado en el informe es el aumento de las reclamaciones presentadas por los usuarios en los últimos dos años. En el régimen subsidiado, las quejas subieron 12,88 puntos, mientras que en el régimen contributivo aumentaron 26,53 puntos.
En total, las tasas acumuladas de reclamaciones alcanzaron 362,23 en el régimen subsidiado y 360,10 en el contributivo, cifras que reflejan un desempeño preocupante en la atención y el servicio prestado a los afiliados.
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La falta de control en el estado de la facturación y los pagos realizados a la red de prestadores también fue destacada como una deficiencia crítica que pone en riesgo la eficiencia en el uso de los recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud.
Además, Nueva EPS incumplió con el reporte de información financiera requerido por la normativa vigente, lo que agravó las preocupaciones sobre su operatividad.
Como resultado de estos hallazgos, la Superintendencia remitirá la información a la Contraloría General de la República y a la Delegatura para Investigaciones Administrativas, con el propósito de tomar las acciones legales correspondientes. Bernardo Armando Camacho, el nuevo interventor, tendrá el desafío de corregir las fallas detectadas y garantizar que la entidad recupere su estabilidad operativa, mejorando tanto la atención como la gestión de recursos en la EPS.