China y Estados Unidos alcanzaron un acuerdo definitivo sobre la exportación de bienes estratégicos, incluidas las tierras raras, tras concluir su última ronda de negociaciones en Londres. Así lo confirmó este viernes el Ministerio de Comercio chino mediante un comunicado oficial, en el que informó que ambos gobiernos “mantuvieron una comunicación cercana” tras el encuentro y que “con aprobación, ambas partes confirmaron los detalles del acuerdo”.
El documento aclara que, como parte del entendimiento, “China revisará y aprobará las solicitudes de exportación de bienes controlados que cumplan con las condiciones con arreglo a la ley”, en una clara referencia a las restricciones impuestas por Beijing a principios de abril sobre la venta de minerales críticos como las tierras raras. Estos recursos son fundamentales para industrias clave, como la defensa, la tecnología avanzada o el sector automotriz.
A cambio, Estados Unidos se compromete a eliminar “una serie de medidas restrictivas” adoptadas contra China, aunque el comunicado no detalla cuáles serán levantadas ni en qué plazos. Esta medida corresponde a lo pactado en la conversación del 5 de junio entre el presidente chino Xi Jinping y su homólogo estadounidense Donald Trump, que habilitó la reanudación de los contactos comerciales a nivel técnico.
“Se espera que EEUU y China encuentren un término medio y cumplan con los importantes consensos y requisitos alcanzados por los jefes de Estado”, señala el comunicado, refiriéndose al diálogo presidencial que facilitó la reactivación de las negociaciones formales en la capital británica.
La confirmación de este acuerdo por parte del gobierno chino se produce un día después de que Trump asegurara que “Estados Unidos firmó un acuerdo con China” en una declaración pública, aunque sin ofrecer precisiones. Según había adelantado el mandatario republicano a mediados de junio, el pacto incluye un arancel del 55 % impuesto por EEUU a productos chinos y un 10 % recíproco por parte de Beijing sobre bienes estadounidenses.
El acuerdo de Londres sella un marco de cooperación basado en el “consenso” alcanzado en la llamada presidencial, pero se mantenía pendiente de la ratificación final de ambos líderes. La firma llega tras una serie de tensiones renovadas, motivadas por acusaciones cruzadas de incumplimiento del pacto alcanzado en mayo en Ginebra, que dio origen a una tregua comercial de 90 días.
En el marco de ese entendimiento previo, China había reducido sus aranceles a productos estadounidenses del 125% al 10%, mientras que Washington rebajó los suyos del 145% al 30% sobre bienes chinos. Sin embargo, ambas partes se acusaron mutuamente de violar el acuerdo: Beijing denunció restricciones estadounidenses sobre la exportación de chips de inteligencia artificial y software de diseño de semiconductores, así como medidas migratorias contra estudiantes chinos. Washington, por su parte, criticó las limitaciones chinas sobre la exportación de tierras raras.
La disputa comercial entre ambos países se intensificó desde el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, con una renovada ofensiva arancelaria que reactivó la guerra comercial iniciada en 2018. Esta escalada ha derivado en una situación de embargo parcial, con efectos globales sobre cadenas de suministro y mercados estratégicos.
Con este nuevo acuerdo, China y Estados Unidos buscan desescalar las tensiones mediante compromisos mutuos en comercio y exportaciones clave. No obstante, aún queda por determinar cómo se implementarán las medidas anunciadas y si ambas partes cumplirán los plazos y condiciones fijados. Por ahora, el entendimiento representa un paso más en la volátil relación bilateral entre las dos principales economías del mundo.
(Con información de EFE y AFP)