Esta semana, la Policía Bonaerense arrestó a seis sospechosos en seis allanamientos realizados en Villa Ballester y José León Suárez, acusados de llevar adelante un negocio narco tan pintoresco como bien organizado.
El área de Delitos Federales de la Superintendencia de Investigaciones de Delitos Complejos y Crimen Organizado de la fuerza provincial, con una causa a cargo de la jueza Alicia Vence y el secretario Hernán Roncaglia, descubrió que -según la acusación en su contra- simulaban ser una familia: dos hijos de uno de los miembros, de 18 y 10 años, estaban allí para disimular. Y así, como una familia, se iban de vacaciones.
Se dirigían a Paysandú, Uruguay, para aprovisionarse de cocaína de altísima pureza, con panes de polvo marcados con la silueta del colibrí de las líneas de Nazca, un cuño rara vez visto en el mercado dealer local. Concepción del Uruguay, en Entre Ríos, era un punto de entrega. Sus teléfonos fueron intervenidos, con cuatro líneas que revelaron 2160 horas de conversaciones. Allí, los adictos pedían y pedían. Así, la banda hacía su negocio.
Jonathan Romero, de 34 años, está acusado de ser el jefe de la organización. Su cueva dealer de Villa Ballester fue allanada. Romero, sin embargo, cayó en movimiento: lo encontraron en el peaje de Zárate, a bordo de una camioneta Volkswagen Gol Trend tuneada para traslados narco, con la capacidad de disimular droga en sus paneles, uno de tres vehículos de este tipo hallados en el operativo que le atribuyen a Romero.
Esa camioneta, llevaba 13 kilos de cocaína cargada en Concepción de Uruguay Entre Ríos.
También, le encontraron un osito de peluche rosa que se usaba, supuestamente, para esconder el dinero de los pagos. Allí, dentro del adorable animalito, había 98 mil dólares.
Juan Carlos Luna, de 68 años, conocido como “El Tano”, tío de Romero, arrestado en la redada, está acusado de ser uno de los transportistas de la droga; viajaba acompañado por su hijo y su nuera.
Los seguimientos a la banda revelaron que los viajes a Paysandú por ruta no eran el único camino. Cruzaban a Uruguay por pasos náuticos clandestinos, la frontera porosa de la zona del Tigre que también aprovechaba la banda uruguaya que cavó el túnel destinado a robar un banco en el centro de San Isidro.
Se aplicó alta tecnología. “Un análisis satelital con el sistema LoJack permitió documentar los movimientos transfronterizos. Se realizaron dos viajes en abril de 2025, con un cruce por el Puente Bancalari y la llegada a un punto específico en Paysandú”, asegura un informe de la causa al que accedió Infobae. Así, comenzó una triangulación de movimientos que permitió llegar a los sospechosos.
A los hampones les hallaron también una serie de armas; un pistolón, una escopeta y un revolver, así como una serie de balas.
“El Tano” Luna fue más movedizo que el resto. Su mujer fue arrestada en las redadas. Al enterarse, el hombre de 68 años intentó mantenerse prófugo unos días más. Sin embargo, no sabía que su línea estaba intervenida. Al hablar, se delató. Los detectives lo esposaron en la calle Roque Sáenz Peña, a pocas cuadras de la estación de tren de José C. Paz.