Tras una serie de robos a estudiantes de una escuela en el barrio porteño de Villa Luro, la Policía de la Ciudad detuvo a un sospechoso con pedido de captura señalado por las víctimas como el presunto autor de los hechos. El detalle que permitió su identificación fue la descripción de un particular tatuaje del delincuente.
La investigación que terminó con la aprehensión se produjo tras varias denuncias radicadas en el Foro de Seguridad Pública (FOSEP), donde la reiteración de hechos inquietó a la comunidad educativa local y encendió alertas entre padres y directivos.
De acuerdo con la información oficial, este sospechoso había sido señalado en al menos siete episodios delictivos a las afueras de un colegio de la zona.
El último caso, ocurrido el pasado 27 de octubre, puso en movimiento a los investigadores y permitió sumar una evidencia clave: el testimonio de un padre y su hijo de catorce años, quien logró describir con precisión la modalidad de ataque y un dato físico determinante para identificar al delincuente.
Todo sucedió en la esquina de Corro y Rivadavia. Ese día, el sospechoso se acercó al adolescente, le entregó unos panfletos extraídos de la mochila y le afirmó que llevaba un arma. Acto seguido, le quitó el celular mediante amenazas y escapó por la transitada avenida.

El ladrón tenía un tatuaje en el antebrazo derecho, fue el detalle que contó el adolescente a su padre, que luego lo aportó a la Policía. La declaración que cobró peso al constatar la marca al momento de la detención.
En las imágenes del video que encabeza esta nota se puede apreciar el diseño característico que tenía el tatuaje del detenido. También hay fotos de los folletos que mostró al joven como distracción para quitarle el celular.

La captura se concretó después de una tarea conjunta entre oficiales de la Comisaría Vecinal 10 C y la División Investigaciones Comunales 10 (DIC10), quienes lograron interceptar al acusado sobre avenida Rivadavia y Milton.
Allí también detectaron que el sujeto tenía un pedido de captura vigente desde el 6 de septiembre a solicitud del Tribunal Oral en lo Criminal 26 (TOC26), de acuerdo al sistema policial.
El círculo se cerró luego de que la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional 50, a cargo del fiscal Bustamante, avalara la detención y ordenara que quedara a disposición de la justicia.
Robaron en una escuela en San Juan
La comunidad educativa del Colegio Parroquial Santa Bárbara, situada en Villa Aberastain, departamento de Pocito, provincia de San Juan, enfrentó momentos de profunda perplejidad tras la sustracción de 2.300.000 pesos, hecho ocurrido en septiembre pasado. Este monto había sido reunido mediante la colaboración de docentes, alumnos y padres durante un festival solidario, fondos que se destinarían a la compra de insumos y a tareas de mantenimiento en la institución.
De acuerdo con El Tiempo de San Juan, uno o más individuos lograron ingresar al edificio, situado en la calle Vidart, muy cerca de la Plaza Aberastain, el municipio de Pocito y la Comisaría 7ma.

El dinero reunido se encontraba resguardado en la secretaría administrativa, a la espera de su uso para mejoras edilicias y la adquisición de materiales escolares. El faltante fue advertido por un integrante del equipo administrativo, quien informó inmediatamente el incidente a las autoridades responsables.
Franco Cano, responsable de la administración, comunicó la situación a la Comisaría 7ma tras constatar la desaparición del dinero. Según sus declaraciones, los autores del hecho cruzaron la pared divisoria desde una propiedad deshabitada y colindante al colegio. Las primeras averiguaciones señalaron el trayecto seguido por los delincuentes, quienes para acceder a la secretaría forzaron una de las puertas internas.
La directora, María Gladine, realizó la denuncia y colabora en las averiguaciones que encabeza la UFI Delitos contra la Propiedad de San Juan.
En las actuaciones se revisaron de manera minuciosa los ingresos y se buscaron huellas u otros indicios relevantes. Se presume que los asaltantes abandonaron el edificio por el mismo acceso que utilizaron para entrar, beneficiados por la ausencia de movimiento durante la noche.
El hecho fue caratulado como robo agravado por escalamiento, ya que se identificó el uso de barreras arquitectónicas para ingresar y salir del lugar.
El festival, donde se recaudó el dinero, sucedió semanas antes del robo en el Centro Cultural y Deportivo La Superiora, y el capital tenía como destino la compra inmediata de equipamiento y la reparación de las instalaciones del establecimiento.