La banda de “Caranchos top” liderada por el abogado Matías Giovanelli -al cierre de esta nota, prófugo de la Justicia- tenía una simple aunque aceitada metodología para estafar aseguradoras y engañar a los asegurados, según consta en el expediente al que tuvo acceso Infobae.
Incluso, el llamado de un potencial damnificado, de enero de este año, a una compañía de seguros que desencadenó la investigación, a cargo de los fiscales Claudio Oviedo y Marisa Monti de la UFI N°5 de Morón, puso en evidencia gran parte del modus operandi de la estructura, conformada por abogados, una médica y una promotora.
El hombre, un jubilado que había comenzado a trabajar para una aplicación de viajes, contó que buceaba en Facebook en busca de información sobre la obtención de una licencia de conducir profesional, cuando encontró una publicación en la que se ofrecían gestiones a tal fin.
Sin embargo, al ponerse en contacto con el número del posteo, se encontró con algunas sorpresas. En la cuenta de WhatsApp de “Noelia”, observó varias publicaciones en las que se buscaba personas que tuviesen seguros en determinadas compañías y a las que se les ofrecía una suma de dinero.
Al asegurado, le llamó la atención una de ellas, en la que ofrecían 300 mil pesos a personas que tuvieran moto. Como su hijo tenía una, se contactó con “Noelia”. La supuesta mujer le respondió que “era muy fácil” y le reenvió un audio del estudio donde, según dijo, trabajaba.
En ese audio, se puede escuchar la voz de un varón que describe, paso a paso, el fraude.
“Veo que tenés muchas consultas. Básicamente, vos a los de la moto les tenés que explicar lo siguiente: lo que nosotros hacemos es armar un siniestro, donde ponemos las pólizas y buscamos motos, con conductor y acompañante.
Es clave que le aclares que el conductor se tiene que encargar de conseguir un acompañante mayor de dieciocho años.
Segundo requisito: que no hayan estado en choques bastante frecuentemente. Si estuvieron en un choque o dos, no pasa nada.
Si recuerdan que tuvieron un choque, con qué compañía y cuándo fue. ¿Eso para qué? Para que no hagamos contra la misma compañía y nos salte la bronca anterior.
Tercero: que sean titulares de moto. Y pueden tener registro o no, pueden tener seguro o no, no hace falta. Está bien.
No es excluyente que tengan ni registro ni seguro. Lo importante es que tengan cédula, que sean titulares y que la moto cuente con la patente.
Cuarto punto: depende del trámite que hagamos, hay dos formas de cobrar.
Tienen que hacer videollamada vía Whatsapp con un médico que se llama VISTA MÉDICA, donde se le explica lo que tienen que decir: cómo fue, cuándo fue, dónde se atendieron.
Dura realmente un minuto esa videollamada, no es muy larga. Y luego firman y cobran. ¿Está bien? No tienen que ir al médico.
Si van al médico, te dicen: “Mirá, yo puedo ir al hospital, conseguir unas placas”, aunque no tengan nada, aunque no tengan golpes.
Vemos, lo charlamos. Se flexibiliza esa parte y quizás hasta puede servir y se le paga un poquito más.
Pero si no van al médico, no pasa nada. Nosotros nos encargamos de la parte médica.
Básicamente, es eso.
Luego, el hombre explicaba qué documentos necesitaba “¿Qué te tienen que pasar? Te tienen que pasar foto de la cédula de la moto de ambos lados, individualmente: frente y dorso del DNI del conductor, registro del conductor, DNI del acompañante. Fotos de la moto. Tenga o no tenga daño la moto, sea nueva o sea vieja, si la cilindrada es pequeña o la cilindrada es grande, se paga lo mismo. No me importa la marca ni la cilindrada. Son trescientos mil pesos por moto».
Los investigadores completaron el resto del mapa: los falsos siniestros se denunciaban en las aseguradoras, no se procuró intervención policial, ni del servicio de emergencias médicas. En distintos siniestros denunciados por el mismo asegurado, las terceras supuestas víctimas son representados por un mismo abogado o un grupo de abogados.
Al mismo tiempo, en un mismo hecho intervenían dos o tres abogados de la banda, representando a un tercero diferente. En ocasiones, se usó la misma póliza para denunciar varios siniestros. También utilizaron poderes truchos, firmados por escribanos que aseguraron nunca haber tomado contacto con esos documentos.
En su mayoría, las denuncias tenían dos personas en calidad de terceros, dado que, sistemáticamente, por cada supuesto siniestro se erigen “dos lesionados”, arrogándose el derecho de ser indemnizados.
Ahora bien, cuando la compañía rechazaba el pago de un siniestro, el caso era transferido a otro abogado del grupo para minimizar posibles sospechas.
Por último, se detectó que el dinero que ofrecía “Noelia” en sus estados de Whatsapp a los asegurados por realizar las falsas era transferido desde una cuenta de una billetera virtual a nombre de Micaela Carla Palmisano.
Palmisano, al igual que Giovanelli, tiene pedido de captura vigente, puesto que no fue hallada en los 23 allanamientos ordenados por la jueza de Garantías Carina de Luca, en el que fueron arrestados el socio del líder, Gastón Tardini, su esposa y la médica Ariana Frank, quien habría realizado los certificados falsos para la banda.