Aunque no se tenga muchas veces en cuenta, el lugar que se elige para vivir tiene mucho que ver con el bienestar y la calidad de vida. No por nada cada año se publican rankings de las ciudades que ofrecen mejores condiciones para el desarrollo físico y mental. En este sentido, un estudio reciente de la Universidad de Exeter determinó que habitar en zonas cercanas al mar trae beneficios extra para la salud.
De acuerdo al informe que publicaron en el sitio web oficial de la institución británica, las personas que viven cerca de la costa tienden a presentar niveles menores de ansiedad y estrés. Asimismo, la cercanía al mar evita el desarrollo de cualquier otro problema de salud mental en general. Según los investigadores, esto se debe a que el océano actúa como una especie de “zona protectora” que promueve el bienestar psicológico.
Tal como explican en el estudio, vivir cerca del mar potencia y mejora la llamada “salud azul”, es decir, el vínculo entre la salud de los seres humanos y el contacto con el medio ambiente. Gracias a la presencia del sonido de las olas y la brisa salada relajante, las personas experimentan una reducción significativa del estrés y son capaces de vivir más felices y con mayor calma mental.
Asimismo, los investigadores indicaron que la exposición a la luz solar mejora el estado de ánimo de las personas con hogares cercanos a la costa, ya que el incremento de vitamina D en el organismo contribuye a la reducción de los síntomas de la depresión. Además, pasar tiempo al aire libre ayuda al cerebro a relajarse y reducir la tensión del día a día.
“Nuestra investigación sugiere, por primera vez, que las personas de hogares más pobres que viven cerca de la costa experimentan menos síntomas de trastornos de salud mental. En lo que respecta a la salud mental, esta zona ‘protectora’ podría desempeñar un papel útil para ayudar a nivelar el campo de juego entre las personas con ingresos altos y bajos”, explicó la doctora Jo Garrett, quien fue la encargada de dirigir el estudio.
Asimismo, el psicólogo ambiental de la Universidad de Exeter, Mathew White, contó la importancia que tiene este hallazgo para la implementación de políticas públicas. “Este tipo de investigación sobre la ‘salud azul’ es vital para convencer a los gobiernos de que protejan, creen y fomenten el uso de los espacios costeros. Necesitamos ayudar a los responsables políticos a comprender cómo maximizar los beneficios para el bienestar de los espacios ‘azules’ en las ciudades y pueblos y garantizar que el acceso sea justo e inclusivo para todos, sin dañar nuestros frágiles entornos costeros”, señaló.
Para realizar este estudio, los investigadores encuestaron a más de 26.000 personas a lo largo del Reino Unido. Gracias a esto, lograron determinar que aquellos que viven cerca de la costa tienen un 22% menos de probabilidades de desarrollar un trastorno de salud mental, en comparación a quienes viven a más de 50 kilómetros del mar. En caso de las personas en situación de pobreza, este número escala al 40%.
En caso de no tener la posibilidad de salir de las zonas urbanas, los profesionales de la salud recomiendan conectar con los espacios naturales lo más seguido posible. Un simple paseo de 30 minutos por un parque o una plaza puede cubrir la cuota diaria de conexión con el medio ambiente y suplir la carencia que aparece por cuestiones geográficas.