Siete de las ocho personas acusadas de integrar un grupo criminal que se dedicaba a «la introducción de personas procedentes de Pakistán en países de la Unión Europea» de forma ilegal han reconocido este lunes en el juicio que se sigue contra ellos en la Audiencia Nacional su participación en los hechos.
A preguntas de la Fiscalía, todos ellos han confirmado que participaron en viajes a Bosnia y Croacia y que se utilizaron furgonetas o camiones para transportes inmigrantes pakistanís, contratando a su vez a otras personas a las que daban instrucciones sobre el itinerario que debían seguir.
La única acusada que no ha reconocido los hechos ha sido Andrea Galera, que fue pareja de uno de otro de los acusados, José Luis Barberán. Al ser preguntada si tenía conocimiento de los viajes que realizó eran para coordinar el transporte de inmigrantes, ha dicho que no lo conocía.
Además, preguntada sobre si reservó un camión para alquilarlo, ha asegurado que fue su entonces pareja la que le dijo que llamase a la empresa para gestionarlo. «Yo lo hice y ya está», ha reconocido, insistiendo nuevamente en que desconocía que el motivo de los viajes fuese transportar personas por dinero.
El fiscal, Emilio Miró, ha modificado sus conclusiones y ha rebajado la petición de penas, solicitado finalmente 4 años de cárcel para Daniel Moncada y José Luis Barberán por un delito contra los derechos extranjeros con ánimo de lucro en el seno de una organización con peligro para las personas. Por ese mismo delito ha pedido que Galera, la única que no ha confesado, sea condenada a 8 años de cárcel.
Para Sergio Bravo, María José Campos, Daniel Morillas, Lidia Peñalosa y Víctor Enciso la Fiscalía solicita finalmente 2 años de prisión respectivamente por cinco delitos contra los derechos extranjeros con ánimo de lucro en el seno de una organización con peligro para las personas.
El fiscal considera que han quedado acreditados punto por punto los hechos que se recogen en su escrito de acusación gracias a la confesión de los acusados y a la deposición de los agentes que participaron en la investigación.
En ese escrito, el fiscal detalla que organizaciones como las que han sido juzgadas aprovechan la inestabilidad política, social y económica y los conflictos bélicos en países como Siria, Afganistán y Pakistán para poner a disposición de inmigrantes sus infraestructuras a cambio de importantes sumas de dinero.
Así, poseen estructuras permanentes en esos países de origen «donde se produce la captación» y también en países de tránsito hacia Europa como Irán, Turquía, Grecia, Macedonia, Serbia, Bosnia Herzegovina, Croacia, Eslovenia e Italia.
En concreto, este grupo radicado en España se dedicó según la Fiscalía a lo largo de 2020 a la organización, planificación y ejecución del último trayecto del periplo migratorio de ciudadanos de origen pakistaní que, procedentes fundamentalmente del campo de refugiados de Bihac (Bosnia), pretendía acceder ilegalmente a Europa atravesando a pie los montes que separan Bosnia y Croacia.
RECOGÍAN A LOS INMIGRANTES EN LA FRONTERA CROATA
Ese viaje a pie lo hacían guiados por ‘pasadores’ de la organización y, desde allí, «ocultos en camiones gestionados por la rama española de la organización» eran dirigidos a Eslovenia por aproximadamente 3.000 euros o a Italia por 5.000 euros. Desde allí, relata el escrito, eran «trasladados en movimientos interiores a su destino final que, en el caso de los ciudadanos pakistaníes, era Alemania y España».
Esta rama española alquilaba las furgonetas o camionetas típicas de transporte de fruta en localidades españolas, como Catarroja (Valencia) y emprendían el viaje hacia la frontera de Croacia con Bosnia Herzegovina siempre acompañados de vehículos lanzadera para revisar controles policiales.
De los viajes que detalla el escrito, algunos fueron fallidos, otros exitosos y en algunos fueron interceptados por fuerzas policiales de países como Croacia o Eslovenia.
Un ejemplo es el de septiembre de 2020 cuando la Volkswagen Crafter en la que transportaban 46 personas «carentes de documentación» que iban «de pie hacinados en la caja del camión» fue detenida por la policía croata.