Un relevamiento de Bases Federadas, la organización agraria nacional conformada por pequeños y medianos productores familiares y cooperativistas de todo el país, expuso la situación que atraviesa el sector: mientras que los costos aumentaron en línea con la inflación, incluso por encima en rubros clave como el combustible, los precios que reciben por sus productos solo subieron el año pasado un 38,2% en promedio, muy por debajo de la inflación. En algunos casos, incluso cayeron. Para comparar, en 2024 la inflación del Indec marcó un 117,8%.

El estudio fue liderado por Carlos Baravalle, vicepresidente de la organización y productor agrícola ganadero de cría de Carrilobo, provincia de Córdoba, con el objetivo de mostrar la situación actual y solicitar a las provincias que ajusten el inmobiliario rural a la realidad del productor. Se tomaron datos de distintas fuentes: valores de pizarra para los cereales, remates de AFA para la hacienda, información de CAME para frutas y hortalizas, y datos directos de productores en el caso de la uva y la yerba.

“Había una necesidad de ver cuánto era el aumento que se había percibido en distintos rubros para compararlo un poco con el inmobiliario rural que tuvimos en la provincia de Córdoba, que el incremento fue de un 172,5%”, explicó Baravalle en diálogo con LA NACION. “Buscamos enseñar qué precio cobra hoy el productor y qué precio estaba cobrando un año atrás para ver si los aumentos estaban correlativos al aumento del inmobiliario rural”.

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El relevamiento destacó que algunos productos no sólo no aumentaron, sino que sufrieron fuertes caídas en sus precios. Entre ellos, destacan la cebolla (-41%), la yerba mate (-16,5%), la zanahoria (-12%) y la uva, que mantiene el mismo precio que a inicios de 2024 ($200 por kilo).

En contraste, el impuesto inmobiliario rural en Córdoba subió un 172,5% y el combustible, un “insumo clave” para la producción y el transporte, acumuló un aumento del 568% de febrero de 2023 a 2025. “Nuestros costos están todos dolarizados y van en la escalera de la inflación, mientras que nuestros precios dependen del mercado y el consumo“, explicó Baravalle.

Bases Federadas también alertó sobre el impacto de las importaciones de alimentos en los precios locales. La llegada de cebolla, zanahoria y tomate del exterior, así como de vinos que compiten con la uva nacional, afectaron la rentabilidad de los productores argentinos.

En soja el incremento promedio del precio, según el informe, fue del 30,5%

A esto se suma el impacto de los bajos precios y el clima: “Nosotros denunciamos que estamos hoy frente al mayor exterminio de pequeños y medianos productores. Estamos estimando que, por lo menos en el último año, alrededor de un 10% de los productores han abandonado la profesión para pasar a ser arrendatarios”, denunció el vicepresidente de la organización.

Agregó: “Uno trata de sostener todo lo que puede. Pero estamos en un momento en que, además de estos precios, el efecto climático hace que uno no pueda continuar. En muchos de los casos, ni siquiera la cosecha puede cubrir los costos”.

A su vez, Baravalle informó que el combustible es el que “fija el precio de todo”. “Cuando vos contratás servicios para siembra, servicios para fumigación, para cosecha, están todos los servicios fijados a X cantidad de litros de combustible. Y eso es lo que termina golpeando mucho”, dijo.

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Para sobrellevar la crisis, algunos productores, dijo, consideraron sembrar cultivos más resilientes como el maní y la alfalfa para uso ganadero. “Está creciendo la producción de estos cultivos en la zona. También está la opción de ganadería, ya que ayuda a sobrellevar la situación del clima. El problema es que se necesita una alta inversión en infraestructura y para ser eficientes se necesita un trabajo de, por lo menos, cinco a seis años”.

A corto plazo, la entidad observa con incertidumbre los precios. No obstante, sostiene que la política actual de rebaja de retenciones beneficia solo a quienes tienen soja almacenada y no soluciona el problema de los productores más afectados. “Necesitamos un planteamiento distinto a lo que viene haciendo la Mesa de Enlace sobre la baja de retenciones. Creo que el panorama actual amerita otra cosa: que el Estado implemente un sistema de subsidios por hectárea sembrada, como ocurre en países como Estados Unidos. Esa es una medida que deberíamos pensar en impulsar”, planteó el productor.

“Lo que solicitamos es el reintegro de las retenciones, que nos parece más razonable, porque además no genera impacto en las otras economías como pasó ahora con los productores de leche, de cerdo, avícolas, donde esta rebaja le impacta en el costo de su alimentación”, continuó. “Ya no podemos seguir perdiendo productores. Y si seguimos por este camino, el problema no es solo el agro, es el interior del país que se vacía. Hay que poner en el centro del debate cómo frenar la desaparición de productores, más allá del tema de las retenciones”. Irónicamente, al dar a conocer los resultados del reporte Baravalle indicó en la cuenta de X: “Sálvate si puedes”.