La política de deportaciones masivas implementada por la nueva administración de Donald Trump modificó de manera sustancial la situación de los inmigrantes en Estados Unidos. Desde un aumento en las redadas hasta la eliminación de programas clave, los efectos de estas medidas generan una gran preocupación en la comunidad latina. Sin embargo, algunos aspectos de la aplicación de estas leyes se mantienen sin cambios.

Qué cambió con las deportaciones masivas: aumento de los arrestos

Además de incrementar su cantidad, la nueva gestión amplió el alcance de las redadas de agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE.UU. (ICE, por sus siglas en inglés). Ahora, los extranjeros sin estatus legal pueden ser detenidos incluso si no son el objetivo principal de los operativos, en lo que se denominan “arrestos colaterales”.

Las políticas migratorias implementadas por Donald Trump en sus primeros días de gobierno (Photo by Greg Nash-Pool/Getty Images)

En tanto, durante los procedimientos de captura de inmigrantes con antecedentes criminales o condenas, los oficiales también pueden arrestar a quienes se encuentren en el lugar y no cuenten con sus documentos en regla.

Esta nueva política contrasta con la administración anterior, cuando los operativos se enfocaban únicamente en personas consideradas amenazas a la seguridad pública y nacional. Actualmente, la directriz es clara: “Nadie tiene pase libre”, tal como sintetizó Matt Elliston, director de la oficina de campo de ICE en Baltimore, en diálogo con Univision. Esto resultó en un mayor número de detenciones diarias respecto a años previos.

Además, las restricciones que antes limitaban las operaciones de ICE en lugares como hospitales, iglesias y escuelas fueron eliminadas por Trump. Las organizaciones civiles que defienden a estas comunidades criticaron estas medidas en los últimos días y advirtieron la posibilidad de que niños vean a sus padres arrestados a la salida de la escuela o que los extranjeros que necesiten atención médica no vayan al hospital por miedo a ser capturados.

Lo cierto es que, aunque los agentes sostienen que priorizan las detenciones en otras ubicaciones, ahora pueden realizar vigilancia en áreas cercanas a estos espacios sin impedimentos.

Refuerzo de la seguridad fronteriza y eliminación del CBP One

Otra transformación clave en la política migratoria fue el reforzamiento de la frontera sur con México. Con la declaración de emergencia nacional, el gobierno reasignó fondos para construir más barreras físicas y aumentar la presencia de personal militar en la zona.

Miles de migrantes quedaron sin turno para la solicitud de asilo con el cierre de CBP One

Uno de los cambios más significativos fue la eliminación del programa CBP One, que permitía a los solicitantes de asilo programar citas a través de una aplicación. Su desaparición dejó sin opción a miles de migrantes que esperaban su turno para presentar su solicitud por esa vía. Ahora, muchos de ellos enfrentan mayor incertidumbre y posibles deportaciones inmediatas.

Restricciones al asilo y la política de “Quédate en México”

La política “Quédate en México”, que había sido suspendida, fue reinstaurada. Ahora, los solicitantes de asilo deben permanecer en México mientras se resuelven sus casos en EE.UU.

El impacto de esta medida fue inmediato. Los migrantes enfrentan condiciones precarias y mayores riesgos en ciudades fronterizas, donde la falta de recursos y la presencia de grupos criminales dificultan su situación. Además, las organizaciones de derechos humanos señalaron que esta política complica el acceso a abogados y otros recursos legales esenciales para la defensa de los solicitantes.

Fin de la ciudadanía automática por nacimiento

Otro cambio importante afectó a los hijos de inmigrantes indocumentados nacidos en EE.UU. La nueva normativa estableció que solo los hijos de ciudadanos o residentes permanentes legales recibirán la ciudadanía por nacimiento.

Las redadas del ICE aumentaron de manera significativa a partir del 20 de enero de 2025 (Pedro Portal/Miami Herald via AP)

Si bien la medida enfrenta desafíos legales en los tribunales, su implementación podría alterar la vida de muchas familias, que ahora deben considerar nuevas opciones para garantizar la permanencia legal de sus hijos en el país norteamericano.

Eliminación de programas de inmigración humanitaria

Las políticas de deportación masiva fueron acompañadas por el cierre de varios programas de inmigración humanitaria. Se suspendió el Programa de Admisión de Refugiados. Esto dejó a miles de personas desplazadas sin la posibilidad de reasentarse en EE.UU.

Asimismo, los programas de libertad condicional humanitaria dirigidos a ciudadanos de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela fueron eliminados. De esta manera, quienes planeaban viajar bajo este esquema ya no podrán hacerlo.

Lo que no ha cambiado en la aplicación de la ley migratoria en EE.UU.

A pesar de los cambios en la política migratoria, algunos aspectos de la estrategia de control de ICE siguen sin alteración alguna. Elliston, del ICE Baltimore, aseguró que, al contrario de lo que se cree, los operativos todavía se realizan de manera dirigida. Es decir, los agentes buscan a individuos específicos en lugar de realizar redadas indiscriminadas en lugares de trabajo o edificios residenciales.

Tampoco se modificaron las prácticas de coordinación con otras agencias federales, como el FBI; la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés); y la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés); que participan en ciertas operaciones enfocadas en la captura de individuos con antecedentes criminales graves.