Cuando parecía que la pesadilla ya había pasado, que todo había vuelto a su cauce normal, a la calma, días atrás el productor Fernando Vidal recibió una extraña carta documento en el domicilio de su empresa. En un principio dudó por su procedencia, pero enseguida entendió el origen de la notificación de Correo Argentino: Los Grobo Agropecuaria SA. Resulta que TMF Trust Company SA, empresa administradora de un fideicomiso de garantías, le reclamaba un total de US$90.000 por facturas emitidas por Los Grobo a él como cliente, que les liquidó en canje y que las había cedido a dicha firma como garantía por los préstamos obtenidos.

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Entre risas y bronca, Vidal dijo que esta es “la segunda temporada de una serie de terror y espanto” de las mejores plataformas del momento, como Netflix. Atrás quedó esa semana entera que se pasó apostado, durmiendo en una casilla, en la entrada de la planta de San Miguel del Monte, bloqueando en soledad junto a otro productor para que los dueños dejen de “vaciarla” y de sacar día y noche camiones repletos de cereal acopiado de los productores.

Luego de álgidas negociaciones recuperó las 700 toneladas de trigo que tenía almacenadas en la planta a la espera de fijar precio

Ese final feliz de esa primera zaga no iba a quedar así. Luego de álgidas negociaciones y de recuperar las 700 toneladas de trigo que tenía almacenadas en la planta a la espera de fijar precio, la historia iba a continuar.

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Lo primero que hizo Vidal fue ir a la oficina de administración de la compañía que todavía estaba operativa, donde una chica de la gerencia lo quiso calmar, le justificó que solo era una “cuestión de formalidad” y que solo había que contestar por mail. Para sus adentros pensó “qué burrada” y se fue a ver a su abogado.

Empezaron a investigar sobre el contenido de la carta de documento y todo parecía “de manual”. Así surgió que en 2019, Los Grobo y Agrofina, propiedad de la primera y también concursada, hicieron un fideicomiso de garantía cuyo administrador es la empresa TMF Trust Company Argentina, para justamente pedir créditos a distintos holding financieros, poniendo, entre otros activos, en garantía facturas emitidas a productores en situaciones de canje de cereal.

A mediados de enero pasado, hubo una vigilia de camioneros y productores para tratar de sacar el cereal y cobrar sus deudas

“Esto lo vienen haciendo desde 2019, o sea, es pura bicicleta financiera. Y, cuando voy a buscar su notificación, encuentro de que estoy notificado desde el 25 de septiembre del año pasado por un edicto en el Boletín Oficial y por el diario Página 12. Es joda”, dijo Vidal a LA NACION.

En este escenario, sin saber aun lo que va a ocurrir, contestó la carta documento. Por ahora, de todo lo que ha investigado dice que las facturas se ejecutan como garantía ante el incumplimiento de Los Grobo. Pero el incumplimiento de la empresa, “aparentemente”, se informa el 13 de enero pasado, porque ese día debían pagar una cuota del capital y es cuando notifican que no pueden hacerlo.

“Y a mí las liquidaciones me las hicieron el 16 y el 26 de diciembre pasado. Con lo cual, Los Grobo me liquidó ese cereal antes de que informara su incumplimiento. No van a tener mucho para reclamar, así que zafé de nuevo. Espero que esta historia se termine de una buena vez”, afirmó el productor.

Hace unos días, desde la empresa se defendieron cuando trascendió la situación: “Cuando se instrumenta un préstamo, en general tienen determinadas garantías, algunas hipotecarias, de activos físicos como plantas de acopio, pero también hay de otros activos que pueden ser las facturas que se hacen a clientes por la venta de insumos o cheques. Mientras el ciclo va, se van renovando estas facturas con la entidad financiera y el banco tiene así un porcentaje de crédito cubierto. Esto no es algo exclusivo de Los Grobo”.

El último camión que logró sacar Vidal de la planta de Los Grobo en San Miguel del Monte

Según explicaron, lo que ocurrió, al cortarse el ciclo por el default y la crisis, es que el acreedor solicitó, con los pedidos a los productores, es que en lugar de hacer el pago a Los Grobo Agropecuaria se realice a él mismo. En monto se trata de unos US$20 millones por cheques y facturas de productores.

Una historia de 16 años

En 2004, Vidal, productor y agrónomo, creó una empresa familiar para prestar servicios de pulverización agrícola en la zona de San Miguel del Monte, provincia de Buenos Aires. Dos años después, alquiló algunas hectáreas para sembrar y hoy con 54 años produce en unas 1500 hectáreas arrendadas y, además, continúa dando servicios a sus clientes.

Hace 16 años empezó su relación con Los Grobo a quien le vendía parte de su cosecha, como a otras cerealeras. Pero, en la medida que se fue agrandando en superficie, por una cuestión de financiamiento, terminó trabajando la mayor parte con ellos dado que en los últimos años las condiciones comerciales que ofrecían para comercializar el cereal eran un poco superior al resto de las cotizaciones del mercado.

En julio del 2024, tuvo una “primera agarrada, un primer desencuentro” por un tema financiero menor, pero que ya de alguna manera anticipaba la debacle de la firma. Con maíz tardío cosechado, le ofrecieron un precio mayor a la cotización de ese momento y al tener que pagar arrendamientos, no dudó en hacer el negocio.

“Me proponen hacer un negocio con fecha de pago diciembre, entregándome los e-cheqs que, descontados en el banco, me quedaban unos 20 dólares arriba del mercado. Lo bueno es que hasta ese momento uno iba con un cheque de Los Grobo a cualquier institución financiera y te abrían las puertas. Hacemos el negocio, me dan los e-cheqs un viernes y el lunes siguiente en el Banco Provincia cuando quise hacer la operatoria de descuento me lo denegó. Fui a la sucursal y me dijeron que justo les había llegado una calificación donde la firma salió de esa lista de empresas preferenciales y ya no me podían cambiar los cheques”, detalló.

Ahí comenzó su primer derrotero por conseguir la plata porque le urgía pagar los arrendamientos y de no poder hacerlo se quedaba con cheques a diciembre. “Necesitaba que le den vuelta la liquidación pero no querían, decían que no se podía. Conseguí hablar con un gerente de arriba y, en una charla que empezó medio cordial, pero luego se puso áspera, lo conseguí. Hasta llegué a decirles que si no me daban una solución inmediatamente, me iba hasta Carlos Casares y entraba a la oficina con la camioneta, que no me jodan. Iba hasta las últimas consecuencias y me pagaron al contado al precio de ese momento. No entiendo como eso no me puso en alerta y todos pecamos de ingenuos”, detalló.

A fin de año, tras de la cosecha del trigo le entregó el 80% de su producción, unas 1400 toneladas, donde unas 700 se iba a liquidar en canje, por retiro de insumos y el resto quedaba a fijar cuando tomara la decisión de venta. Pero, cuando ese 26 de diciembre una notificación a la Comisión Nacional de Valores (CNV) decía que no iban a poder hacer frente algunos pagarés le encendió las alarmas.

“Luego de eso, empecé a ver que de la planta sacaban camiones día y noche, eran más de 80 camiones diarios que se iban. Le dije a un amigo, también es productor y contratista, que nos estaban haciendo el cuento el tío, que estaban vaciando la empresa y la van a volcar, que se iba a pudrir todo pero me retrucaba que eran Los Grobo, que eso no podía pasar. Lo que estaban haciendo era cantado, era pura estrategia y que el primer día hábil de febrero, tras la feria judicial, iban a presentarse en concurso y eso pasó”, contó.

Luego de haber convencido a su amigo, a medidos de enero, trató de armar una movida con productores y contratistas frente a la planta, sin éxito. Y fueron solo los dos que con dos cosechadoras bloquearon ambas salidas en la planta. Previo a esto, hicieron una intimación por retención indebida de granos.

Tras haber conseguido el aval de Los Grobo para buscar su cereal, los transportistas de la zona que le trabajaban se plantaron y señalaron que si todos los productores se llevaban el cereal, “¿con qué le iban a pagar a ellos? Hasta ese momento a los camioneros les estaban debiendo hasta tres meses. Se generó un conflicto entre contratistas y estos pocos productores, todos tratando de cobrar.

“‘No entra ni sale nadie. Vamos todos juntos o no se soluciona nada’, les dije. Fueron cuatro días de negociación con los camioneros. Una locura hasta que llegamos a un acuerdo y elevamos una propuesta a Los Grobo, donde camioneros cobraban primero su deuda de unos $500 millones con el cereal que llevaban directamente al exportador y luego fuimos nosotros que nos llevamos nuestro cereal. Así fue”, recordó.

Como enseñanza, Vidal entendió dos cosas: por un lado, que hay que leer de manera minuciosa cada punto y coma de cualquier contrato forward, y por otro, hará silobolsas en los campos. “No le entrego mi producción más a nadie”, cerró.