Después de vivir en la Punta y sobre La Mansa, Julia Garay y Pedro Luro decidieron cruzar el puente para hacer su nueva casa. Una ventaja radical en ese sentido es que él es arquitecto y, ella, directora de Monoccino, un exquisito local de Manantiales donde se puede encontrar, entre otras cosas, muebles y objetos de marcas fulgurantes como De Padova, Normann Copenhagen y Muuto.

En la galería, mesa hecha a medida y sillas de alambre de acero ‘Tio Easy Chair’, de la marca sueca Massproductions (Monoccino).

La construcción es una ‘U’ cuyo centro es un claustro completamente orientado al Norte, con vista al campo abierto. Lo más importante fue el diseño para que nos diera el sol, ya que acá el invierno es frío y hay mucho viento.

Arq. Pedro Luro y Julia Garay, dueños de casa y responsables del proyecto

Sillas de exterior modelo ‘Tio’, de la marca sueca Massproductions.

“¿Viste esta foto con las sillitas turquesas?”, pregunta Julia en referencia a la imagen sobre estas líneas. “Ese es el cuadro: el campo abierto, quebrado, con el espejo de agua. Es un paisaje que no nos cansamos nunca de mirar”.

Luz adentro

“Para hacer la casa, nos inspiramos en la Baron House, una casa de campo blanca que hizo el arquitecto británico John Pawson en el sur de Suecia. Esta es negra, pero fuimos por ahí: construcción sencilla, cómoda, de poco mantenimiento y con espacio generoso para recibir”, comparte la pareja.

Sillón con reposapiés y taburete de acero inoxidable ‘R24’, de la argentina Paula Valentini (todo de Monoccino).

Cuando entra la luz del Oeste por la ventana triangular se ve más nítido el verde del techo. Además, las cortinas envuelven y tiñen el ambiente con ese mismo tono.

En la cocina integrada, amoblamiento modular ‘Kuk’ en madera de abeto (El Bazar, Uruguay) y mesada con bacha de Neolith (Laviere). Sofá ‘Moody’ by Monoccino alfombra ‘Ndebele’ de la marca Gan, lámpara de pie y cortinas de gasa (todo de Monoccino).

“No somos de decorar, preferimos las cosas que sirven para algo; pero eso sí: tenemos muchas alfombras. Vienen de un pueblito de Suecia que visitamos con Pedro, son prácticas y nos gusta su historia”.

Piso de porcelanato (Bagno and Company), mesa de comedor hecha a medida, sillas de aluminio apilables de la firma italiana De Padova (todo de Monoccino). En las cabeceras, modelo ‘J104’ de Jørgen Bækmark (Hay).

Un rosa viejo subido combina bien con la madera y matiza la frialdad de la caja gris.

Clean kitchen- dirty kitchen

Esta pequeña familia de tres no admitía una cocina aislada del ambiente principal, pero la reservaron para hacer el desayuno y preparaciones simples. Apartada y provista de horno y lavavajillas, esta segunda cocina complementa la primera. Como es uno de los ambientes más pequeños, la dueña se animó a pintarlo de un vibrante azul con algo de turquesa.

Amoblamiento de cocina de frente claro (Zona M) con mesada en Neolith (Laviere) y alfombra en PVC reciclado de la firma nórdica Horreds Mattan (Monoccino).

Espacio privado

Además de las alfombras de Horreds Mattan, en la suite se destaca el sillón ‘Cielo’ de Sebastian Herkner para Ames Living (todo de Monoccino).

La pareja proyectó un hogar de una sola planta, que requiere un mínimo mantenimiento y cuenta con máxima eficiencia energética. Simple, al igual que el interiorismo visiblemente despojado.

El antebaño incorpora un amplio placard que unifica funciones con el vestidor (Zona M). Banquito ‘Bit’ en plástico reciclado (Normann Copenhagen).