Históricamente, que un equipo nueve goles inferior le hiciera partido al favorito alcanzaba como motivo de festejo. Los dos se iban contentos: uno por el triunfo, el otro por haber jugado dignamente. En este Palermo impredecible, que los chicos de Indios Chapaleufú hayan estado a dos goles del campeón La Natividad a segundos del final del séptimo chukker deja a los dos con un sabor amargo. Después de dar el batacazo ante La Hache, el histórico club de los Heguy salió a jugar confiado en que tenía polo para asestar otro golpe y meterse en la final. No le faltó demasiado. Al final terminó por imponerse la jerarquía del equipo de los 40 goles, con chispazos de buen polo y un cierre más aplomado.
El éxito por 15-10 deja a La Natividad en la definición de zona, que dirimirá mano a mano con La Hache el próximo viernes, al margen de que el team de Hilario Ulloa llega con una derrota. Ante igualdad de puntos, se define por el ganador del partido entre sí. Como Indios Chapaleufú cayó en el debut ante Cría La Hache, suma dos derrotas sin posibilidad de terciar.
Campeón en el Abierto de Hurlingham, el primero de la Triple Corona, La Natividad bajó su rendimiento desde entonces. Quedó afuera de la final de Tortugas y en este 131° Campeonato Argentino Abierto no termina de encontrar funcionamiento. Ayer, los lapsos de brillantez fueron escasos. Por momentos parecía levantar vuelo con los palos largos de Bartolomé Castagnola y las corridas de su hermano Camilo, bien secundado por una tarde efectiva de Facundo Pieres. Así, tras un inicio parejo, fue estirando distancias de a poco hasta adelantarse 10-5 al inicio del quinto chukker.
Pero en la retina de los espectadores que le dieron un buen marco al Campo Argentino de Polo quedará la reacción de los chicos de Indios Chapaleufú. De la mano del back Teodoro Lacau, que sostuvo a su equipo todo el partido, y la levantada de Cruz Heguy en la segunda mitad, a pura actitud y sobre todo la intención de jugar buen polo lo pusieron a tiro. El que haya ido a Palermo a ver a los Castagnola y compañía tuvo su premio a cuentagotas, y como yapa terminó llevándose una gran actuación del rival y un partido con suspenso casi hasta el final. No es poco a esta altura del Abierto, que muchas veces parece arrancar en semifinales. No es el caso este año.
En la tribuna de Dorrego, que contó con entrada libre, las parcialidades de los dos equipos le pusieron música al partido. La estridencia de la hinchada de Chapa hizo la época en que jugaban los ancestros de quienes estaban en el césped, que encantaban al público especializado y atraían nuevos espectadores a este deporte. Sin entrar en comparaciones y todavía lejos de la espectacularidad de los originales, este equipo de Indios Chapaleufú conserva la esencia de jugar abierto y, sobre todo, dejar todo en la cancha.
“Estoy contento por el equipo y por los compañeros que tengo que son unos cracks. Vinimos con la ilusión de jugar la final”, reconoció Lacau, el mejor del partido. “Le jugamos de igual a igual a un equipo de 40 goles. Si no salís así te comés una paliza grande. Sabíamos que jugábamos con un equipo de mayor jerarquía, lamentablemente se nos escapa en la parte decisiva con un gol que erramos al final del séptimo chukker”.
Lacau se refiere a una acción que habría dejado a su equipo a uno. De contra, le dio un foul ingenuo a Facundo Pieres, que acertó desde 60 yardas antes del campanazo final (13-10). Al inicio del último acto, Chapa atacaba y parecía tener un foul para acercarse nuevamente, pero los árbitros entendieron lo contrario. La jugada terminó en una nueva infracción, ésta de 30 yardas, y Facundo liquidó el partido.
El ex jugador de Ellerstina fue el goleador de su equipo con 9 tantos y también quien más activo estuvo. “Si perdíamos hoy nos quedábamos sin final”, reconoció. “Nos faltó un poco de ritmo después de 15 días sin jugar. No jugamos bien, pero tampoco jugamos mal. En todo caso, estoy contento de llegar a una semifinal sabiendo que tenemos cosas por mejorar. Confío en mis compañeros y en el carácter del equipo”.
Tan pronto como el viernes, jornada adelantada por la definición de la Copa Libertadores en la cancha de River, La Natividad se jugará el año ante La Hache. Si bien el campeón de Tortugas mermó su rendimiento, no deja de ser un equipo combativo, que tiene experiencia en este tipo de partidos. No habrá margen para relajarse como ocurrió ayer.
“La Hache es un equipazo, va a ser un partido durísimo”, continuó Pieres. “Todo el año soñamos con estar en la final, pero no hay que anticiparse. Tenemos un partido muy difícil por delante”.
Indios Chapaleufú, en cambio, pasó de jugar por un lugar en la final a definir el descenso. Previo a la semifinal, jugará mano a mano con La Aguada para asegurarse la permanencia. “Nos jugamos todo. Nos jugamos el sacrificio de todo el año”, valoró Lacau. Sería una picardía. En su segundo año, este equipo demostró estar para cosas más grandes. En este Palermo indescifrable, cualquier cosa puede pasar.
La síntesis de La Natividad
- La Natividad: Camilo Castagnola, 10; Facundo Pieres, 10; Pablo Mac Donough, 10, y Bartolomé Castagnola (h.), 10. Total: 40.
- Indios Chapaleufú: Antonio Heguy, 7; Victorino Ruiz Jorba, 8; Cruz Heguy, 8, y Teodoro Lacau, 8. Total: 31.
- Progresión: La Natividad, 1-1, 3-3, 6-4, 9-5, 10-7, 12-8, 13-10 y 15-10.
- Goles de La Natividad: C. Castagnola, 3; F. Pieres, 9 (]5 de penal y 1 de córner), y B. Castagnola, 2.
- Goles de Indios Chapaleufú: Ruiz Jorba, 2; C. Heguy, 6 (4 de penal), y Lacau, 2.
- Jueces: Guillermo Villanueva y Gonzalo López Vargas.
- Árbitro: José Ignacio Araya.
- Cancha: N° 1 de Palermo.