El grito se replicó durante varios pasajes del partido y se convirtió en estallido cuando Lionel Messi selló con una estocada la victoria por 2 a 0 de Inter Miami sobre Cavalier FC, por los octavos de final de la Concachampions. La serie asomaba definida antes del juego desquite, tras la ventaja (también 2-0) del partido de ida, pero el público jamaiquino tenía una cita de honor en el National Stadium Independence Park: ver en acción al crack, que por primera vez visitaba la isla.
Todos tuvieron su premio: los hinchas, porque Leo ingresó los ocho minutos del segundo tiempo y así rompió con la ausencia de tres juegos, después de una molestia muscular que lo afectó durante el partido desquite con Kansas City, en la primera fase de la Concachampions. El equipo, porque tiene de regreso a su líder futbolístico en plenitud, al extremo que le puso un moño a la serie. Y la Argentina, porque el seleccionador Lionel Scaloni lo incluyó en la lista de futbolistas convocados para las eliminatorias, donde Uruguay y Brasil serán los rivales de la ventana del 21 y 25 de marzo. Inter Miami, en los cuartos de final, se medirá con Los Ángeles FC.
Sereno y en un rol de futbolista y embajador, Messi esperó su turno en el banco de los suplentes. Su presencia revolucionó Kingston. La recepción de parte de la ministra de Cultura y Deporte, Olivia Grange, fue una señal de la significancia para los jamaiquinos que le rindieron pleitesía. Una remera gris, con los colores de la bandera de Jamaica y una imagen estampada de Bob Marley con una pelota de fútbol, el obsequio para Leo de la funcionaria. Siempre eje de atracción, se mantuvo imperturbable en el banco de los suplentes hasta que los equipos regresaron del entretiempo, cuando ejecutó la entrada en calor.
La ventaja y el desarrollo ofrecía tranquilidad al cuerpo técnico que lidera Javier Mascherano, que analizó sobre la conveniencia de provocar el ingreso de Messi en un encuentro que Inter Miami manejaba con discreción y solvencia en un terreno con irregularidades. Resguardar el físico del capitán de la selección es una tarea que debe administrar el entrenador, aunque también devolver a la acción a Leo era un reto para que la estrella no perdiera ritmo de competencia.
Los 40 minutos en la cancha demostraron que no hay secuelas en Messi de la molestia en los isquiotibiales que lo dejaron sin competencia. Un alivio para la selección –líder de las eliminatorias rumbo al Mundial 2026-, que tendrá que disputar dos clásicos –Uruguay y Brasil- para revalidar la posición de puntera. Un par de pinceladas, una corrida ante un intento de habilitación de Jordi Alba, el fastidio ante la pérdida de una pelota que se le escurrió por el mal estado del campo de juego o ante la no habilitación de Santiago Morales…
Hasta que se produjo la conexión con el mismo Morales y Leo, y con una sutileza sumó un nuevo gol para la estadística. Movimientos sin exigencia mayúscula, sin una posición fija, aunque al reemplazar a su amigo Luis Suárez el radio de acción era la de un falso “9″. Un partido que, a esa altura, resultaba un entrenamiento con gente, aunque había una recompensa: los cuartos de final de la Concachampions. El 31 de marzo será el partido de ida, en calidad de visitante, con Los Ángeles FC.
El gol de Messi y el resumen de la victoria de Inter Miami
Antes, Luis Suárez se puso el ropaje de asistidor y con un pase de cabeza dejó a Telasco Segovia de frente al arco; el remate del venezolano no tuvo puntería. La sociedad Alba-Suárez diseñó la nueva situación de gol de Inter Miami, pero tampoco el artillero uruguayo logró hacer blanco en el arco que defendió Vino Barclett. El guardavalla jamaiquino anduvo a los manotazos para responder ante una acción de pelota detenida que definió, de cabeza, Maximiliano Falcón.
La superioridad de la franquicia estadounidense, en apenas 15 minutos, era abismal: con el 2-0 a favor del partido de ida enseñó aplomo para imponer condiciones en un campo desparejo que provocó imprecisiones en el manejo de la pelota y, además, una lesión. Un mal paso de David Ruiz, una exigencia innecesaria si el terreno hubiera sido el adecuado, finalizó en una molestia muscular en el isquiotibial derecho; el futbolista de la selección de Honduras, aunque nació en Estados Unidos, dejó el lugar para el ingreso de Benjamín Cremaschi, que en una de sus primeros ataques pecó de individualista, con Lucho Suárez reclamando el pase, de frente al arco.
Un pase largo de Ian Fray, un desconcierto defensivo y la grosera infracción de Christopher Ainsworth sobre Tadeo Allende. Una falta en el área que de modo inconcebible protestaron el capitán Richard King y el arquero Barclett al árbitro guatemalteco Mario Escobar.
Suárez tomó la responsabilidad de la ejecución y con un remate ajustado, que rebotó en el palo izquierdo, abrió el marcador, estiró la ventaja en el resultado global y selló la imposibilidad de que en el National Stadium Independence Park se disputará un tiempo extra. La desigualdad de jerarquía se reflejó en el score, aunque mucho tiempo antes se ofrecía en el juego: el partido no tuvo equivalencias, a pesar del esfuerzo físico que desplegaron los jamaiquinos.
La Concachampions es la vidriera internacional para Inter Miami, que el 15 de junio próximo abrirá el Mundial de Clubes, frente a Al Ahly, en el Hard Rock Stadium; en el Grupo A, luego tendrá a Palmeiras (Brasil) y Porto (Portugal) como rivales.
El avance a los cuartos de final es un empujón para una estructura que marcha como escolta de Philadelphia en la Conferencia Este de la Major League Soccer. Inter Miami visitará a Atlanta United el domingo, completando cinco partidos desde el 2 de marzo. Una agenda exigente le espera a Inter Miami, un calendario que Messi irá observando para que su físico no sufra: la selección lo espera.