Estoy muy devastado, no sé para qué lado caminar ni cómo seguir”, dijo Antonio Wallace (56), un pequeño empresario de la industria forestal que el pasado viernes vio cómo las llamas devoraban todo el capital que tenía invertido. En el campo de 1000 hectáreas, ubicado en Presidencia de la Plaza, Chaco, guardaba entre la mercadería que tenía por entregar maquinaria valuada en $100 millones, pero la pérdida económica es mucho más grande por la madera que consumió el fuego. Hizo una crítica a la falta de créditos bancarios.

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Wallace sostuvo que su negocio es una micropyme familiar donde fabrican, entre otros ítems, artículos rurales, y de ellos dependen 20 familias de forma directa. “La preocupación hoy es cómo recupero estas herramientas y sigo [en la actividad]”, agregó. En el campo, donde tenían los contratos de permisos forestales, había maquinaria de menor porte y tres tractores que ayudaban a las tareas diarias del establecimiento. Además almacenaban mercadería en producción para todo el mes de marzo y tenían compromisos que cumplir con sus clientes. El sector forestoindustrial también atraviesa una crisis económica.

No nos podemos poner a hacer inversiones, porque no tenemos la plata y no sabemos qué va a pasar de acá a tres meses. Veremos si subcontratamos una empresa para reponer y hacer las entregas que estaban pendientes”, se esperanzó. El viernes, a las 14, fue el último momento en que el empresario y su familia vieron en pie el fruto del trabajo de la micro foresto que gerencia. Ese día, cerca de las 20, les avisaron que la planta, que está a 20 km de su casa, ardía en llamas.

El viernes, a las 14, fue el último momento en que el empresario y su familia vieron en pie el fruto del trabajo de la micro foresto que gerencia

Esta situación se desató en medio de la profunda sequía que atraviesa la provincia y que ha costado recuperarse a nivel hídrico. “Lo que me pasó a mí es algo que se está naturalizando. En el Chaco estamos con una sequía tremenda desde el 2023. Lamentablemente, la cantidad de campos quemados es de conocimiento público porque hay un problema hídrico: hace seis meses que llovió intensamente y después volvió a la normalidad de sequía. No hay donde comprar alimentos para el ganado y el sector industrial está en una crisis muy difícil de salir”, expresó.

“Esto es un golpe de gracia. Nosotros hasta hoy nos manejábamos con recursos propios. Estamos en una situación caótica. Una cosa es hablar de una situación personal, pero estamos más con ganas de bajar los brazos que de seguir adelante. No veo ningún apoyo alternativo. A nosotros nos cortaron las manos; con esta quemazón no tenemos cómo continuar. Desde hace dos años veníamos vendiendo sólo para cubrir los costos”, sostuvo.

Wallace aseguró que los bancos deben entrar en una reforma financiera, ya que la actual, señala, rige desde la época de la dictadura militar. “Es una deuda que tiene la democracia y el sector especula con una mejora. Hoy trabajar con los bancos es prácticamente imposible. Los bancos están más preocupados por las planillas de sueldos que por dar créditos. Las alternativas de los préstamos de los bancos son difíciles, porque los bancos no prestan sin respaldo. Me gustaría que estén al servicio del sector productivo y no al servicio del recibo de sueldo del personal que trabaja ahí adentro”, agregó.

La destrucción de las máquinas tras el paso del incendio

Acotó que la mayor mano de obra que se genera en la provincia la produce el sector foresto industrial. Esta actividad es la tercera economía de la provincia.

En medio del dolor, el empresario contó que recibió una llamada del presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Nicolás Pino, para ponerse a disposición para lo que necesite. Destacó el gesto y “grandeza de llamar”, dijo, dado que es un dirigente de primer nivel y que se pongan a disposición de una micropyme, tanto él como los directores de la zona. Pino también se comprometió en hablar con el presidente del Banco Nación, Daniel Tillard, para tenderle una mano.

“También quiero agradecer al ministro de Seguridad de la provincia, Hugo Daniel Matkovich, quien se puso a disposición y van a investigar para determinar si es un caso intencional o no”, aclaró y señaló que desde el Ministerio lo llamaron para interiorizarse del caso. “Vamos a ver cómo salir adelante. La llamada de Pino me dejó sin habla. Es la primera vez que me llama una persona así y que se interese por una zona como la nuestra”, expresó. El productor no es socio de la Rural.

La micropyme tiene 100 años y a lo largo del tiempo fue cambiando de generación en generación. “Pasamos la crisis del 2001, pero ahora no sabemos de dónde sacar la plata para reponer las máquinas. Son máquinas que estaban en buenas condiciones como montacargas y herramientas que estaban allí. Y también el sector maderero está en una crisis muy importante. Nosotros estamos concentrados en ver cómo vamos a salir y reflotar las ventas”, sintetizó.

Antonio Wallace es gerente de la micropyme familiar