“En 2025 vamos a cumplir 25 años de trabajo de una empresa familiar que se dedica a la agricultura y a la ganadería en el partido de San Antonio de Areco, con un satélite de campos de cría en el partido de Tordillo, cerca de la costa, donde hacemos parte de la cría. La recría se hace en San Antonio Areco, lo mismo que el engorde a corral, donde se terminan todos los animales recriados y otros de compra. Además, se da servicio de hotelería a terceros. En agricultura se desarrollan una docena de cultivos de invierno y verano a lo largo del año”, cuenta Luis Marchi, uno de los integrantes de la firma, cuya propiedad pertenece a su padre y a su tío.
La empresa se basa en la agricultura y en la ganadería -con un 50% de la facturación de cada actividad como promedio-, pero también se integró verticalmente con el local de carnes en la ciudad y con una planta de alimento balanceado, instalaciones de acopio, acondicionamiento de granos y clasificación de semillas.
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Abuelo emprendedor
“Soy la tercera generación en la empresa, que arrancó con mi abuelo en el año 1950 asociándose con su cuñado. En sus comienzos, trabajó con arado con tracción a sangre brindando servicios como aparcero con mucho esfuerzo porque no tenía campo; fue apoyado por los Pazzaglia, una familia local muy importante que le fue dando trabajo”, recuerda Marchi.
“Las familias de mi abuelo y del socio fueron creciendo y los hijos también se abocaron a la actividad agropecuaria. Era una potencia ver trabajar a los dos mayores y a cinco hijos empujando y haciéndose cargo de la labranza, de la siembra y de la cosecha trabajando a veces con doble turno. En ese tiempo, la empresa familiar llegó al tope sembrando 5000 hectáreas en 90% campo alquilado”, agrega.
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En 1999 falleció el cuñado del abuelo, y en 2000, el abuelo. En ese momento se disolvió la sociedad en muy buenos términos, una situación que se mantiene hasta hoy. Si bien se mantienen los lazos familiares, las familias decidieron tomar diferentes rumbos, pero con unidad y aprecio de una familia a la otra. “En ese año se fundó Agropemar, que funciona hasta hoy, que es propiedad de mi padre, Luis Ángel y de mi tio, Oscar Alfredo Marchi”, explica.
“En 2001, me recibí de ingeniero agrónomo, estando a cargo de la actividad ganadera de la empresa. Arrancamos la nueva sociedad con 64 vacas y empezamos a sumar cabezas de a poco comprando invernada, construyendo corrales y alquilando campos, para llegar hoy a 2000 vientres y 15.000 terneros engordados entre los de propia producción y de compra”, prosigue.
El paso siguiente fue la integración horizontal de la empresa, comprando gradualmente toda la maquinaria necesaria para la agricultura, desde el pulverizador hasta la cosechadora, más una clasificadora de semillas para generar la que se usa en el campo y vender a semilleros.
“También fuimos comprando camiones para movilizar la producción de granos, que llega a 30.000 toneladas por año. Esa producción pasa por una planta propia de acopio y acondicionamiento de 4000 toneladas tras lo cual va al puerto o al feedlot propio. Y se desarrolló el arrendamiento de campos con productores de la zona, en un clima de absoluta confianza y compromiso. Luego se buscó avanzar en forma vertical tratando de darle valor a lo que producíamos: todo el maíz lo procesamos para uso en el engorde a corral. Para ello, generamos una planta de alimento balanceado, donde se prepara la comida para el feedlot y la recría, y para vender a tamberos, productores porcinos, ovinos y bovinos”, relata Marchi.
“Para dar otra vuelta de tuerca en la integración vertical, buscamos llegar a la góndola con nuestra propia carne. Así armé una local boutique de carne vacuna y ovina envasada al vacío en San Antonio de Areco. La carnicería tiene la ventaja de ofrecer cortes de cordero como costillar, paleta, lomo, cuartos, sin tener que comparar un animal entero”, resalta.
“Permite preparar una comida para cualquier día y no comprar un cordero entero para cuando hay una reunión de muchas personas. Además, estamos tratando de armar un código QR donde el consumidor puede escanearlo y verificar la trazabilidad de ese corte desde el origen”, añade.
Ganadería de ciclo completo
El planteo ganadero de los Marchi es de ciclo completo y abarca 3000 hectáreas. Arranca con 2000 vientres, de los cuales 1000 están en ocho campos arrendados del partido de San Antonio de Areco y 1000 en Tordillo, cerca de la costa, sobre pastizales naturales. Los terneros producidos, más los resultantes de compras, suman 15.000 que se recrían y engordan en Villa Lía.
La recría se alimenta con raigrás, avena y trticale, más silaje de autoconsumo y alimento balanceado preparado en la planta, limitando la ingesta con sal para que no coman más de dos kilos por día y consuman forraje. Con esa dieta se consiguen 800-900 gramos de aumento diario por ternero y se van preparando para entrar al feedlot ya conociendo la comida concentrada, lo que acorta el periodo de adaptación.
La ración de engorde en el corral tiene mucha proporción del componente agrícola propio (se siembran 2500 hectáreas de maíz por año) y le agrega proteína con grano de arveja, de la cual se siembran 1000 hectáreas por año, para conformar el 9% de la dieta. También se incluyen rollos de cola de cosechadora de avena, cebada o triticale como fuentes de fibra, más núcleo vitamínico y mineral.
No hay un esquema rígido de compra de hacienda para el feedlot. “Nos gusta hacer negocios y engordamos para todos los mercados, o sea, aproximadamente 50% se orienta hacia el consumo liviano de 320 kilos para matarifes, y 50% para el mercado de entre pesados, con novillos de 360 kilos para supermercados, y pesados para exportación con overos y vacas”, distingue el empresario.
Todos los desechos del feedlot se juntan con un palón que hace el barrido de todos los corrales; eso va a compostaje y después se esparce por todos los lotes con muy buenos resultados. “No dejamos de fertilizar con químicos a todos los cultivos, pero agregamos lo biológico mediante una estercolera de martillos y rodillos; con esa combinación se duplicó el tenor de fosforo de los suelos”, se entusiasma Marchi.
Agricultura diversificada
“Hacemos 7500 hectáreas de agricultura, que se transforman en 12.000 por el solapamiento del doble cultivo. Los principales cultivos son maíz, trigo, soja, avena, centeno, raigrás, moha, arveja y tritícale, más un abanico importante de forrajeras, porque tenemos convenios de multiplicación con algunos semilleros y hacemos nuestra propia semilla para la recría”, aclara Marchi.
“Estamos volcados de la ruta 8 para la ruta 9; el campo pertenece al partido de San Antonio de Areco pero más con influencia sobre Villa Lía, más hacia a la costa, con lo cual tiene suelos bastante pesados, con un horizonte B textural muy fuerte a partir de los 18-20 cm”, explica.
“Cuando aprieta un poco la sequía repercute en los cultivos y enseguida entran en el punto de marchitez, así que los rendimientos no son los mismos que para el resto del partido. Así el rinde promedio de maíz temprano en los últimos 10 años fue de 6,9 qq/ha; el de soja de primera, 32 qq/ha; el de soja de segunda, 22 qq/ha. La cebada alcanzo 42 qq/ha y la arveja, de 25 a 28 qq/ha, con mucha variabilidad. El triticale da un volumen muy alto de producción -32qq/ha- y nos permite obtener 30 rollos por hectárea contra 10-12 de alfalfa y 18 de avena”, destaca.
“Para la comercialización de granos tenemos el asesoramiento de AZ-Group formando parte de un grupo de productores que funciona muy parecido a un CREA. Hay una parte con ronda de novedades y luego se analiza el mercado y se comparan las estrategias de cada uno en ventas de granos complementando las recomendaciones técnicas con las de los empresarios. También recibimos asesoramiento sobre mercados ganaderos”, expresa Marchi.
Recientemente abrieron una carnicería en San Antonio de Areco, que es una apuesta al futuro. “Todos los negocios tienen su madurez en el tiempo y este emprendimiento permite que todo el conjunto empresario tenga otra dimensión. Aspiro a que la gente pueda escanear el código QR, enterarse de cómo se produce la carne que compra y poder visitar la empresa, donde además lo podemos subir a una cosechadora y hacerle conocer nuestros métodos de producción”, proyecta.