Con sus calles arboladas y su mística de barrio, un nuevo rincón porteño apunta a convertirse en referente bohemio y cultural de la ciudad de Buenos Aires. Años atrás, Chacarita atrajo a jóvenes creativos que buscaban espacios alternativos lejos de Palermo; hoy, ese mismo espíritu se está mudando a Paternal, donde artistas, cocineros y emprendedores encuentran un ambiente que mezcla autenticidad barrial con una renovada onda vanguardista.
Paternal conserva un estilo particular en el que conviven casas antiguas y espacios de valor cultural, como la casa donde vivió Diego Armando Maradona, ubicada en Lascano 2257, a solo 400 metros del estadio del club Argentinos Juniors, que lleva su nombre. En sus calles se respira un ambiente de comunidad, con los bodegones de siempre que siguen llenos de vecinos.
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El tiempo a veces se detiene en este reducto de la ciudad con la tradición barrial intacta y así se genera una atmósfera ideal para aquellos que buscan tranquilidad y un refugio cultural. El crecimiento del barrio se siente: nuevos artistas y profesionales gastronómicos se emplazaron en la zona, caracterizada por valores inmobiliarios accesibles, que permiten llevar adelante diversos proyectos.
“Una situación que evidencia la transformación del lugar es ver cómo se fueron instalando marcas conocidas sobre las avenidas más importantes, como es el caso de San Martín”, afirma Gabriel Brodsky, director de la inmobiliaria Predial, que tiene desarrollos en el barrio.
“La isla” y el avance gastronómico
Antiguos talleres y fábricas se reinventaron en estudios de arte y restaurantes, con una propuesta bohemia y alternativa, sin descuidar el estilo industrial y la historia arquitectónica. Algunos de los proyectos gastronómicos más destacados son MN Santa Inés, Tita La Vedette y El Patio de Mabel. Estos negocios, como tantos otros convocantes, se ubican dentro de “La isla”, una microzona comprendida entre las avenidas Warnes, Garmendia, Del Campo y la calle Punta Arena. Es una suerte de cuadrado irregular que quedó comprendido entre el cementerio británico, el Parque La Isla y las estaciones Artigas, del tren Urquiza, y La Paternal, del tren San Martín.
De acuerdo a especialistas consultados, aún sigue siendo más económico abrir un local en este barrio que en otros más establecidos, como Palermo o Chacarita. “Al haber un público joven, los gastronómicos empiezan a ver una demanda insatisfecha que van a intentar satisfacer con locales gourmet”, sostiene Brodsky.
La chef Jazmín Marturet, dueña de MN Santa Inés, es un claro ejemplo del espíritu emprendedor que llega a estas calles. Abrió su restaurante en la pandemia y confiesa que la zona no fue determinante: “Mi caso es muy particular. Yo no elegí el barrio, elegí la casa”.
El restaurante está emplazado en una casona pintoresca, donde antes funcionaba una panadería, que mantiene el antiguo toldo eléctrico. “Yo cocino donde sea, y esta casa me encantó, la encontré a un precio mucho menor que en otras zonas de la ciudad, y eso fue lo que me movió a venir acá”, cuenta Jazmín.
A pesar de no haber hecho un análisis previo sobre la locación, la chef se siente parte del cambio: “Es un barrio espectacular. Fui la primera en poner un local gastronómico de estas características y después llegaron las chicas de Tita la Vedette”.
En estos años, conoció las ventajas del barrio y se anima a compararlo con otros: “Hay zonas que se agotan porque ya no hay lugar para estacionar, o porque ya hay demasiado de lo mismo. Acá los terrenos son grandes, hay talleres, mucho espacio, mucho verde, y las casas son amplias”. Su propuesta gastronómica, cambia su carta cada 15 días en base a los ingredientes de temporada y a nuevas ideas, es valorada por vecinos y visitantes.
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Otro caso de éxito es Tita La Vedette, que pasó de un mini local que es furor en Chacarita a una importante esquina en “La isla”. El local de pastas veganas 100% basadas en plantas, necesitaba expandirse cuanto antes por la gran demanda que tenía. “Buscábamos un barrio tranquilo, pero que esté cerca de todo”, asegura Mena Duarte, una de las dueñas del local. Y así fue como llegaron a Paternal.
“Apenas vi el lugar, me imaginé las mesas en la vereda y la gente tomando vermut. Me cerraba por todos lados, tanto el precio como la zona”, afirma.
El cambio en la zona no pasa inadvertido para nadie. Matías, dueño de un café ubicado en el barrio, describe con asombro la metamorfosis de su local: “Hace siete años esto era una fábrica de zapatos. Mi pareja lo compró para hacer un coworking de artistas y yo hace un año abrí el café”, explica.
“Es un entorno muy del arte, con muchos talleres. Estamos hablando de un barrio que antes se caracterizaba por tener depósitos, pero es parte de un proceso de adaptación. La gente empieza a buscar alternativas por otro lado, y tengo muchos conocidos que me preguntan si conozco lugares para alquilar o comprar por acá”, comenta Matías.
Para el dueño del café, la transformación es, sin dudas, positiva: “Prefiero que un barrio que está en el centro de la ciudad tenga lugares gastronómicos y no grandes depósitos que generan entradas y salidas constantes de camiones y pallets de madera. Aquí se respira tranquilidad porque se mantiene la esencia del barrio”, afirma.
Vivir o invertir en una zona que crece
“La ubicación de Paternal, su conectividad a través del Metrobús de la avenida San Martín y la cercanía a la línea de tren Urquiza hacen del barrio una opción accesible para quienes buscan vivir o invertir en la zona”, asegura Ezequiel Wierzba, director de Click Aparts y desarrolladora WGW. La avenida Warnes, tradicional por sus comercios de repuestos y talleres de autos, y principalmente San Martín comenzaron crecer en cuanto a desarrollos inmobiliarios y locales. Para muchos, Paternal representa el “próximo paso” después de Villa Crespo y Chacarita.
Si bien el barrio está en plena etapa de descubrimiento y desarrollo, aún conserva una calma atractiva para los que buscan escapar de la saturación de otras zonas cool de Buenos Aires. “Hay opciones de propiedades en PH y departamentos de dos o tres ambientes que seducen tanto a compradores como a inquilinos”, describa Wierzba.
En números concretos, los valores de venta para un dos ambientes de 50 metros cuadrados en la zona se encuentran en promedio alrededor de los US$1972/m², siendo US$2163/m² para una unidad a estrenar, US$2134/m² para comprar de pozo y US$1753/m² para un usado, de acuerdo a los últimos datos relevados por Zonaprop. Las cifras se ubican muy por debajo de zonas aledañas, como Chacarita, que tiene un valor promedio de US$2557/m², Villa Crespo, que defiende precios de publicación en torno a los US$2358/m² o Almagro, con números que rondan los US$2162/m².
“La Paternal Hollywood”
“El foco principal donde más proyectos se llevaron a cabo en los últimos años en el barrio es la microzona de las avenidas San Martín y Juan B. Justo”, afirma Brodsky. Esa intersección es denominada “La Paternal Hollywood” por analistas del mercado.
“El perfil del cliente que busca una propiedad en el barrio es el mismo que el de Villa Crespo: gente joven, artistas y emprendedores que valoran la tranquilidad de un barrio con historia. Pero, además, hay personas que vivieron toda la vida en esa ubicación y quieren que sus hijos se queden en la zona”, dice Brodsky.
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Con diversos proyectos inmobiliarios en marcha, otros ya fueron finalizados, dando lugar modernos edificios en el paisaje de la zona. Por caso, en el corazón del barrio, se encuentra una vistosa torre de 17 pisos lista para ser entregada. El proyecto a cargo del arquitecto Darío Jaraj está emplazado en San Martín y Trelles, cuenta con 162 unidades de dos, tres y cuatro ambientes, que van desde los 39 hasta los 96 metros cuadrados, con un sector comercial en la planta baja. Los valores que actualmente se encuentran publicados en los principales sitios inmobiliarios se ubican a partir de los US$103.500.
Al 2300 de San Martín se levanta otro edificio finalizado. En este caso, las unidades son de uno, dos y tres ambientes distribuidas en 11 pisos, que van desde los 30 a los 68 metros cuadrados. “Es una de las torres más altas de la zona porque San Martín permite construir más altura que las calles internas”, explica Brodsky. Actualmente quedan solo cinco departamentos de tres ambientes en venta un valor de US$2350/m².
En Beláustegui al 900, se observa el inicio de obra de un desarrollo que tendrá unidades de uno, dos y tres ambientes, desde los 46 a los 63 metros cuadrados, con entrega prevista para julio de 2026. Son cinco pisos y 25 departamentos en total, de los cuales quedan 13 disponibles con valores que parten en los US$2000/m².
Un caso aparte es el de la calle Remedios de Escalada de San Martín. “Es la más linda de todo el barrio. Tiene construcciones más nuevas y edificios modernos”, cuenta Brodsky. Pero, aclara que las construcciones no tienen amenities. “Es algo que el comprador de Paternal no busca, sino que espera bajo costos de expensas”, indica.
En esta línea se inscribe un emprendimiento que finalizará en abril de 2025 al 900 de Remedios Escalada de San Martín. Son departamentos de 50 metros cuadrados de dos ambientes , con valores de venta a partir de los US$1800/m², en un edificio que tendrá nueve pisos y 18 unidades en total.
La diversidad de proyectos inmobiliarios confirma que Paternal levanta el perfil y que en los próximos años ocupará un lugar destacado en el mapa de barrios porteños.