Entre otras, Pablo Escobar introdujo en Colombia dos especies no originarias: los hipopótamos y los chitales, un tipo de ciervo originario de Asia. Al igual que otros animales, los chitales escaparon a los bosques de la zona, donde lograron adaptarse y prosperar.

Con el descontrol ecológico ocasionado por el crecimiento desmedido de la población de hipopótamos, que pasó de una pareja inicial a más de 200 en las últimas décadas, tanto las comunidades locales como las autoridades ambientales y el Gobierno Nacional no pudieron dedicar los recursos ni el tiempo necesarios para monitorear a los ciervos, que se establecieron en un ecosistema que ya se encontraba en un equilibrio delicado, informó El Colombiano.

Fue a finales de 2023 cuando el biólogo Darwin Morales, investigador de la Universidad de Luisiana, generó un debate al publicar un tuit que cuestionaba si los hipopótamos eran la única especie exótica que Escobar había liberado en el país.

En su mensaje, mencionó un artículo de los investigadores Héctor Ramírez y Nestor Roncancio, quienes habían encontrado rastros de chitales en los bosques del Magdalena Medio. Este hallazgo despertó la curiosidad de la prensa, que buscó corroborar la historia, encontrando pocas pruebas hasta que el fotógrafo Édgar Jiménez Mendoza, antiguo colaborador del narcotraficante, compartió con El Colombiano imágenes de los chitales en la Hacienda Nápoles.

Estos ciervos llegaron a Colombia en los años 80, introducidos por Pablo Escobar, y, al igual que otras especies, escaparon a los bosques de la zona, donde lograron adaptarse y prosperar (Archivo)

La confirmación llegó poco después, cuando David Echeverri, biólogo de Cornare y encargado de monitorear a los hipopótamos, confirmó que los chitales también habían prosperado en la región y desarrollaban características propias de una especie invasora desde su fuga hace casi cuarenta años.

Según Echeverri, Cornare había alertado al Ministerio de Ambiente sobre la situación hace una década, sugiriendo la necesidad de investigaciones de campo, monitoreo y un plan de manejo para estos ciervos. Sin embargo, no se tomaron medidas. “He observado individuos aislados, pero no tenemos un seguimiento detallado de sus poblaciones”, explicó Echeverri al medio.

El peligro de los chitales para el medioambiente colombiano

  • La declaración oficial de una especie invasora, competencia del Ministerio de Ambiente de Colombia, permitiría implementar acciones de control y erradicación. Sin embargo, ciertas medidas preventivas, como el monitoreo de comportamiento, pueden ejecutarse de inmediato.
  • En este contexto, la entidad ambiental Corantioquia recientemente incluyó a los chitales en su lista de especies invasoras, alertando sobre el riesgo que representan para la flora y fauna locales. Según Corantioquia, los chitales pueden afectar a los ciervos nativos al competir por recursos y dificultar la regeneración de bosques al consumir plántulas.
  • Echeverri señala que la presencia de depredadores naturales como el puma y el jaguar podría limitar el crecimiento de la población de chitales, aunque la falta de información impide conocer el impacto total de esta especie invasora en la biodiversidad de la región.
Corantioquia recientemente incluyó a los chitales en su lista de especies invasoras, alertando sobre el riesgo que representan para la flora y fauna locales (YouTube)

Corantioquia también busca centralizar y sistematizar información sobre especies invasoras, contribuyendo a la protección de la biodiversidad local. Junto a los chitales, otros animales fueron agregados a su lista de invasores preocupantes, como el caracol africano, la rana toro y el langostino rojo, además de especies menos conocidas como el pez guaraní piel de culebra, la monjita tricolor y el ganso del Nilo, que pueden afectar negativamente a los ecosistemas al competir por recursos y desplazar a especies nativas.

Cuando estas especies invasoras logran establecerse, pueden representar serias amenazas al modificar los hábitats, competir de manera desbalanceada por alimentos y propagar enfermedades. Corantioquia alienta a la comunidad a reportar la presencia de estas especies invasoras para que se tomen medidas de protección a través de su línea de contacto.