Paul se volvió el hombre más famoso de Gales a poco de empezar el 2025, luego del hallazgo de más de 5000 monedas de plata de hace 1800 años que fueron enterradas en un campo. Como aficionado a la búsqueda de tesoros ocultos, el hombre utilizó su detector de metales y después de una larga recorrida dio con un botín inusual para aquella región de las islas británicas.
Lo que actualmente es Reino Unido, en la antigüedad fue parte de la provincia de Britania, que estuvo controlada por el Imperio Romano, desde el siglo I al V d.C. Con dos tercios de la isla ocupada, los invasores desarrollaron una vida igual que en el continente y eso se tradujo en las mismas costumbres y maneras de servir al régimen. En su retirada, dejaron construcciones y muestras de su paso por allí, de las que muchas se conservan a simple vista y otras aún permanecen en secreto bajo tierra.
A diario, los portales de noticias británicos suelen compartir las historias de curiosos que, con sus detectores de metales, salen a recorrer el campo con la ilusión de encontrar algún tesoro. Y a pesar de que muchos vuelven a sus casas con las manos vacías, el caso de Paul fue uno de los que terminó en éxito, con una pequeña fortuna de 6000 monedas romanas.
Según publicó la cuenta Minelab, que se dedica a la fabricación de estos detectores, cuando Paul pasó con su rastreador por una zona en particular, el aparato sonó más de lo normal, lo que indicó que debajo había algo interesante. Por ese motivo excavó entre 45 a 50 centímetros y extrajo un cofre de terracota repleto de monedas.
Cuando el hombre se hizo con el botín, lo entregó de inmediato al Museo Nacional de Gales para estudiar a fondo su origen y por qué se enterró allí.
Según los expertos, Gales fue una de las regiones donde se llevaban a cabo enfrentamientos constantes, por lo que era habitual esconder parte del dinero y así asegurarse que los saqueadores no se robarían las ganancias de la comunidad.
Los primeros datos de la investigación señalaron que el tesoro habría pertenecido a un comerciante o a un funcionario romano, que, por alguna razón, nunca lo recuperó. Esta vasija estaba aislada, lejos del asentamiento, otra medida rutinaria para proteger la riqueza.
Estas monedas son un claro ejemplo de uno de los períodos más oscuros que las tribus galesas y celtas vivieron con la ocupación romana. Aquel territorio se sometió a una “romanización” en todos los aspectos, desde la cultura, las tradiciones y las construcciones. Sin embargo, los primeros pobladores se resistieron y lograron preservar su identidad tras la retirada del Imperio.
Las monedas de plata eran conocidas como denarios. Su uso estaba extendido por todo el territorio romano y se introdujo en el siglo III d.C. Cada uno tenía el valor diario de un legionario (soldado de infantería) y con ello, podían comprar desde 8 kilos de pan a una noche en una posada.
Los historiadores valuaron cada denario entre 20 a 50 euros actuales, por lo que el hallazgo podría traducirse aproximadamente en 120.000 euros. Sin embargo, detallaron que no será ofrecido a la venta, ya que su aporte a la arqueología galesa es significativo.
El segundo paso en cuestión por parte del Museo Nacional de Gales es el de limpiar, catalogar y analizar cada una de las monedas. Se estudiará cada grabado para comprender en profundidad la sociedad y la economía de la región. A futuro, se espera que sean exhibidas para el público en general.