Con motivo del décimo aniversario de su reinado, Felipe VI sigue implementando cambios significativos en la estructura de la Casa Real. En esta ocasión, Zarzuela ha anunciado el relevo de dos figuras clave: Domingo Martínez Palomo, secretario general, y Alfonso Sanz Portolés, consejero diplomático. Ambos serán reemplazados en diciembre por dos mujeres, marcando un hito en la historia de la institución.
Mercedes Araújo, de 55 años, asumirá el cargo de secretaria general de la Casa Real. Y es que, actualmente, Araújo ocupa el puesto de secretaria general adjunta para Asuntos Parlamentarios en el Congreso de los Diputados, un trabajo que lleva desarrollando desde 1995 como miembro del Cuerpo de Letrados de las Cortes Generales. Su trayectoria incluye la gestión de responsabilidades clave desde la VI hasta la XV legislaturas, destacando su papel como secretaria general adjunta para Asuntos Administrativos durante la última década.
A partir de diciembre, Araújo se convertirá en la número dos en la jerarquía de la Casa Real, después de Camilo Villarino, jefe de la Casa de Su Majestad el Rey. Su función será coordinar los servicios de la institución y actuar como suplente de Villarino en casos de ausencia o enfermedad, asumiendo un papel esencial en la gestión diaria y estratégica.
Por otro lado, Carmen Castiella, de 52 años y actual embajadora de España en Paraguay, será la nueva consejera diplomática. Un cargo que lleva desarrollando como carrera desde 1999, ya que ha acumulado experiencia en embajadas de Guatemala, París y Nueva York, además de ocupar puestos clave en el Ministerio de Asuntos Exteriores y en la Agencia Española de Cooperación Internacional.
Su perfil es perfecto para la asistencia de Camilo Villarino en asuntos internacionales, un área prioritaria en esta nueva etapa. Además, su conexión previa con la reina Letizia, a quien recibió en Paraguay durante un viaje de cooperación en 2021, aporta un valor añadido a su nombramiento.
Un movimiento histórico
Estos cambios forman parte de una estrategia de modernización que Felipe VI inició a comienzos de año con el nombramiento de Camilo Villarino como jefe de la Casa. En los meses siguientes, otros nombramientos han reforzado esta transformación, como la incorporación de María Dolores Ocaña como secretaria de la Reina, y del general Juan Carlos González Díez como director del Gabinete de Planificación y Coordinación.
La renovación también ha implicado la salida de figuras históricas, como el general Isaías Peral, sustituido por el general Alfonso Azores García en Administración, y el relevo en la Jefatura del Cuarto Militar, donde el general Eduardo Diz Monje asumió el mando. Con los nombramientos de Araújo y Castiella, el 36% de los altos cargos de la Casa Real estarán ocupados por mujeres, cuatro de once, una proporción sin precedentes en la institución. Además, se ha reducido la edad promedio de los líderes, que pasa de superar los 60 años a situarse en 57 años.
Uno de los retos clave en esta nueva etapa será relanzar la agenda internacional, un ámbito que se ha visto afectado en los últimos años por la pandemia y las transformaciones geopolíticas. En 2024, la Familia Real solo ha realizado un viaje de Estado y no ha recibido visitas oficiales de otros países, un aspecto que se busca revitalizar con el nuevo equipo que se constituirá el próximo mes.