A los 57 años, el alemán Boris Becker puede decir que vivió más de una vida. Campeón más joven de la historia de Wimbledon, ganó seis Grand Slams, fue número 1 del mundo y, más tarde, pasó ocho meses en prisión. De la gloria a la cárcel, ahora es comentarista de TV e incluso se da el lujo de ser jurado en shows de stand-up. Rehizo su vida y lo cuenta en una entrevista con El Mundo en Madrid, adonde acudió como jurado de los premios Laureus: “Pasé miedo a veces y pagué mis errores, pero siempre he aprendido mucho más de mis derrotas que de mis victorias”, reflexiona Becker.

Becker fue condenado en abril de 2022 a dos años y medio de prisión después de ser declarado culpable de cuatro cargos en virtud de la Ley Concursal británica al no declarar correctamente parte de su patrimonio en su procedimiento de quiebra. Tras menos de ocho meses en la prisión londinense de Wandswort, fue puesto en libertad en diciembre de aquel año, después de 231 días entre rejas. Enseguida viajó a Alemania, después de haber sido deportado por el Reino Unido.

El alemán continúa: “Me pasó en el tenis y me ha pasado en la vida. También con la cárcel. Cuando tenés tanto éxito tan joven como tuve yo, das por hecho que siempre te va a ir bien, que sos invulnerable. Y no lo fui. Tuve que aprender que la mayoría de la gente no gana, que la vida es difícil. Así que tener una derrota tan dura como ir a prisión fue el despertador que necesitaba para cambiar. Me hizo un hombre mucho mejor del que era antes de entrar”, sostiene.

Boris Becker, íntimo: contó en una entrevista cuál es su visión política y cómo fueron sus días en la cárcel

Aquella detención y posterior ingreso en la cárcel fue el corolario de algunos años turbulentos. El ex tenista era la tapa de los diarios sensacionalistas por sus escándalos maritales y sus problemas económicos. “Tuve una pérdida total de privacidad que no le desearía ni a mi peor enemigo. Fueron años muy difíciles para mí, vivir así es insoportable. Fue una pesadilla, pero al final es parte del proceso y ahora estoy en paz con la vida”, asegura Becker. Y postula: “Todo lo que me sucedió no deja de ser consecuencia de mis éxitos. Si no hubiera ganado Wimbledon a los 17 años, si no hubiera sido número 1 del mundo, si simplemente hubiera sido un tenista promedio no habría sufrido todos esos problemas. Son las dos caras de una misma moneda y ahora lo asumo, pero he pasado momentos en los que sólo quería desaparecer”.

De todas formas, lejos está el ex número 1 de arrepentirse por el precio que debió pagar tras ganar todo. “No siento resentimiento hacia mi pasado, al contrario”, se jacta Becker. Y añade: “Miro mi vida con mucho orgullo. Ha sido intensa, no sabía que se podían vivir tantas cosas en 57 años. Tras un tiempo, el tenis se convirtió en algo aburrido porque sabía exactamente lo que tenía que hacer para ganar. Una vez que lo hiciste una y otra y otra vez, ya no hay misterio, me aburrió y quería probar cosas nuevas. Y eso hice. En unas acerté y en otras me equivoqué gravemente, pero tuve experiencias que nunca pensé que podría tener y todavía estoy por aquí para enseñar a mis cuatro hijos sin que tengan que aprender de los libros de texto”, sentencia.

Un jovencísimo Boris Becker, con el trofeo de Wimbledon

La feroz crítica de Becker a la política alemana

En la entrevista con El Mundo, Becker vuelve a hablar de sus hijos, de su familia. Sale a escena su relación interracial con Barbara Feltus. Y Becker se planta: “He tomado decisiones familiares que han tenido repercusión pública, pero que a mí me parecen absolutamente normales porque soy ciego al color de la piel. Tengo hijos de raza mixta y veo que sufren las mismas cosas que sufría su madre. Creía que habíamos aprendido del pasado, pero por desgracia no es así. Como sociedad cometemos los mismos errores que hace 20, 40 o 60 años. Es muy decepcionante. La pregunta es por qué”, cuestiona. La repregunta sobre las causas de ese fenómeno es obvia.

Y la respuesta sorprende: “Sin ponerme muy político, creo que la calidad de los políticos actuales no está a la altura de los que teníamos hace 40 años cuando se creó una gran Europa. En Alemania, por ejemplo, había una gran conciencia de que lo que había sucedido en nuestro pasado no podía repetirse y, sin embargo, aquí estamos con un partido de extrema derecha [AfD] sacando millones de votos. Y no es sólo en Alemania, son muchos los países occidentales que no han aprendido de los errores del pasado y vivimos un momento peligroso en ese sentido. Sinceramente, crecí teniendo la esperanza de que haríamos un mundo mejor que el de nuestros abuelos y acabaríamos con todo este tipo de movimientos, pero me equivoqué. Estamos de nuevo en el mismo punto”.

Boris Becker, junto a su pareja Lilian de Carvalho Monteiro arriba a los tribunales de Southwark Crown Court, luego de ser declarado culpable por apropiación de bienes

El tenis, los títulos, las redes sociales y… Carlos Alcaraz

Becker asegura que después de ser campeón en Wimbledon “no hubo vuelta atrás”. Aquel futuro como arquitecto -la profesión de su padre- que imaginaba su familia quedó atrás. Se transformó, casi sin proponérselo, en un tenista de élite. De los mejores del planeta. “Afortunadamente, entonces no existían las redes sociales. Imaginate a un joven alemán casi desconocido ganando dos Wimbledon seguidos con 17 y 18 años… Fue un shock para mí. Mi vida y mi mundo ya fueron una locura así, pero ahora hubieran sido absolutamente insoportables“, asegura el ex tenista germano, que dejó la raqueta de lado a los 32.

Entrenador de Novak Djokovic entre 2014 y 2016, Becker responde ante la consulta sobre una eventual elección entre el serbio, Roger Federer o Rafael Nadal, los más grandes de los últimos años. “Les llamo los tres GOAT (”Greatest Of All Time», en inglés) por algo, cada uno ha sido el más grande a su manera. Si tuviera que explicar su importancia histórica diría que Djokovic es el más exitoso, Federer el más popular y Nadal el más temido. Si te tocaba Rafa en Roland Garros sabías que no había nada que hacer. Vencerlo allí ha sido el único imposible de un deporte donde todo es posible», dice Becker.

Boris Becker, durante su época como entrenador de Novak Djokovic

Y llega la consulta sobre el mejor tenista español del momento: Carlos Alcaraz. ¿Puede o no ser el sucesor de Nadal? Su respuesta: “Esa es una presión muy difícil de llevar porque Rafa sólo hay uno. Dicho esto, Carlos está dejando su propia huella a su manera. Aún es muy joven y lo mejor está por llegar, pero es imposible adivinar cuánto tiempo se va a mantener en la élite un tenista. Deseo que Carlos juegue 10 o 15 años más porque para mí es el tenista más excitante del mundo ahora mismo, pero los españoles, sobre todo los periodistas, tienen que ser cuidadosos y no juzgarlo tan duramente cada vez que pierda un partido porque es un jugador muy diferente al que era Nadal. Carlos tiene más talento natural, pero el corazón de Rafa no lo ha tenido ni lo va a tener ningún otro deportista de la historia. Carlos es fantástico, Novak [Djokovic] y Roger [Federer] son leyendas, pero Rafa estaba a un nivel diferente de competitividad. Si en un torneo veías que te cruzabas con Nadal… Buena suerte, amigo“.

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