
El ministro de Planificación de Bolivia, Fernando Romero, anunció este jueves que el préstamo de 550 millones de dólares otorgado por el Banco de Desarrollo de América Latina-CAF ya fue suscrito, avalado por el Ejecutivo y posteriormente remitido a la Asamblea Legislativa, donde deberá ser evaluado conforme al procedimiento legal para el financiamiento estatal.
“El crédito ya está aprobado y ha sido enviado a la Asamblea; esperamos poder disponer de esos recursos en los próximos días”, señaló Romero y agregó que estos fondos son necesarios para fortalecer la liquidez del país y respaldar la política de reactivación económica.
De igual forma, la CAF informó que el directorio dio luz verde a “un préstamo de liquidez de hasta 550 millones de dólares para el Estado Plurinacional de Bolivia”, considerado la primera operación dentro del Programa de Apoyo para la Recuperación Económica (Parec).

El organismo hizo hincapié en que Bolivia continúa siendo “un socio estratégico fundamental” y que la iniciativa busca apuntalar la estabilidad macroeconómica, la integración regional, la inclusión social y la sostenibilidad ambiental.
“El país cuenta con un gran potencial de desarrollo basado en su riqueza natural y su diversidad cultural. Con el Programa de Apoyo para Bolivia queremos acompañar al nuevo gobierno en la transformación de los desafíos estructurales en oportunidades concretas de crecimiento sostenible, fortaleciendo la estabilidad macroeconómica, mejorando la conectividad regional y priorizando el bienestar de millones de bolivianos”, manifestó Sergio Díaz-Granados, presidente ejecutivo de CAF, a través de un comunicado.
La institución afirmó que este desembolso está en el marco de un plan mayor que contempla hasta 3.100 millones de dólares en los próximos cinco años.
Este crédito es resultado de las gestiones del presidente Rodrigo Paz, que tras ganar el balotaje del 19 de octubre y previo a su investidura, se reunió con varios organismos internacionales de financiamiento para encarar la crisis económica que atraviesa Bolivia a raíz de la debacle de la industria de los hidrocarburos.
Paz señaló que hereda un país en con reservas internacionales reducidas, una inflación anual que supera el 20% y un déficit fiscal agudo. A ello se suma la escasez de divisas y las dificultades para garantizar el abastecimiento de combustibles importados, lo que pone al nuevo gobierno ante un panorama económico complejo.
“El país que recibimos está devastado. Nos dejan una economía quebrada, con las reservas internacionales más bajas en 30 años. Nos dejan la inflación, escasez, deuda, desconfianza. Nos dejan un Estado paralizado, un monstruo burocrático incapaz de servir al pueblo”, expresó el mandatario en su primer discurso oficial el 8 de noviembre.
En ese contexto, el nuevo Gobierno ha diseñado una estrategia de reactivación financiera internacional. Su equipo liderado por el ministro de Economía, José Gabriel Espinoza, estima que se necesitarán al menos 2.500 millones de dólares para cerrar el año y estabilizar las cuentas fiscales. En este sentido, se han planteado acuerdos con diversos organismos de financiamiento, entre ellos el de la CAF.
En paralelo, el ministro Espinoza señaló que van a trabajar en “ordenar la casa”, lo que se traduce en mejorar la administración fiscal, reducir el Estado y generar políticas públicas de ajuste en busca de consolidar un nuevo rumbo económico para el país.