La montaña Bokty forma parte de la Reserva Histórica y Cultural Estatal de Mangystau (Captura de Instagram @jidhumg)

En el corazón semidesértico de Kazajistán se levanta una formación que combina historia geológica y atractivo turístico. Se trata de la montaña Bokty, con sus 165 metros de altura, que domina un paisaje árido a más de 90 kilómetros de la ciudad de Zhanaozen.

Sus capas de colores, visibles en la superficie de la roca, revelan un origen ligado al desaparecido mar de Tetis y a millones de años de transformaciones naturales. Estudios geológicos sostienen que Bokty permaneció sumergida bajo el agua durante un extenso período de la era Mesozoica.

Conforme detalló La República, la montaña se formó con sedimentos marinos ricos en minerales y restos de organismos microscópicos. Entre ellos se identificaron fósiles de dientes de tiburón, evidencia de su pasado oceánico. Las capas de tiza y caliza que componen la estructura confirman este origen. La disposición horizontal de los estratos y la variedad cromática —blancos, ocres, rojos y verdes— reproducen el aspecto de antiguos fondos marinos que atravesaron distintos ciclos de erosión y sedimentación.

La presencia de estos elementos respalda la conexión de Bokty con el mar de Tetis, un océano desaparecido que cubrió amplias zonas de Asia Central. El relieve actual, marcado por acantilados y fisuras, corresponde a un proceso de erosión eólica e hídrica que moldeó los estratos acumulados durante millones de años, indicó el sitio web de viajes, Eurasia Travel.

El paisaje de Bokty destaca por su origen oceánico y su atractivo turístico en Asia Central (Captura de Instagram @jidhumg)

Un “pastel” en medio del desierto

El nombre de la montaña, “Bokty”, significa “pastel” en lengua kazaja. El apodo refleja la estructura en capas que recuerda a un pastel cortado y exhibido en secciones. Desde ciertos ángulos, los visitantes comparan su silueta con un barco volcado. La cara sur resulta especialmente llamativa: la base presenta tonos claros, mientras que hacia la parte superior predominan colores más oscuros y verdes.

Según precisó La República, la montaña se levanta sobre un “sor”, una antigua marisma salada seca, característica de los desiertos de Asia Central. Estos terrenos, recubiertos por costras de sal, refuerzan la aridez de la zona. El paisaje inmediato incluye la colina Golbanshe al norte y, a unos 25 kilómetros, las arenas de Tuiesu, que se extienden en dirección noreste durante casi 30 kilómetros

Un entorno protegido

Bokty forma parte de la Reserva Histórica y Cultural Estatal de Mangystau, que reúne sitios naturales y espirituales de gran valor. Entre ellos destacan la mezquita subterránea de Beket-Ata y los valles calcáreos de Boszhira, situados a unos 20 kilómetros al este. Esta red de paisajes constituye un atractivo creciente para fotógrafos, viajeros y exploradores interesados en zonas poco transitadas.

El clima es marcadamente continental. Conforme explicó Eurasia Travel, los veranos son secos y calurosos, con escasas lluvias. Los inviernos resultan suaves y con poca nieve. La vegetación es mínima debido al suelo salino y se limita a arbustos resistentes. Entre la fauna local se observan escorpiones, lagartijas y camellos que se desplazan en solitario por las planicies.

Llegar a Bokty exige atravesar caminos sin asfaltar desde Zhanaozen. La ruta más utilizada conecta esta ciudad con el pueblo de Senek, desde donde parte un desvío hacia la montaña. El trayecto dura cerca de tres horas en automóvil. No existe transporte público hacia la zona, lo que obliga a organizar viajes privados o contratar excursiones que suelen comenzar en Aktau, la capital provincial.

El recorrido atraviesa terrenos de arcilla y sal, lo que intensifica la sensación de aislamiento. Sin embargo, la vista final recompensa el esfuerzo. Desde la ruta, Bokty aparece como una mole aislada en medio del desierto, con su perfil multicolor resaltando bajo la luz del amanecer o del atardecer.

Un símbolo de identidad natural

Aunque Bokty no posee la fama de otros destinos de Asia Central, su imagen comienza a expandirse gracias a fotógrafos y viajeros que difunden imágenes del sitio.

Asimismo, según precisó Euronews, las autoridades locales promueven la inclusión de Bokty dentro de circuitos turísticos más amplios que abarcan la reserva de Mangystau. La estrategia busca equilibrar la preservación de un monumento natural con el interés de visitantes atraídos por paisajes únicos y desafiantes.

La formación de Bokty muestra fósiles marinos y capas de tiza y caliza en pleno desierto (Captura de YouTube)

Entre el pasado y el presente

La montaña resume procesos geológicos de gran magnitud y, al mismo tiempo, representa un reto para quienes deciden explorarla. La preservación de este entorno refuerza la importancia de valorar ecosistemas áridos que, pese a su dureza, guardan huellas de la evolución de la Tierra.

Bokty, aislada pero majestuosa, es uno de los hitos naturales más singulares de Kazajistán. Su riqueza geológica y su impacto visual la convierten en un destino que combina ciencia, historia y turismo en una misma experiencia.