El próximo técnico de Boca tendrá 21 días para ser campeón o convertirse en el cuarto entrena­dor del club que no logra ganar un título. Así es­tán planteadas las cosas luego de que Juan Ro­mán Riquelme decidió cesantear a Fernando Gago 48 horas después de la derrota con­tra River. El presidente ya inició la búsqueda de un reemplazante y maneja al menos tres opcio­nes para reemplazar a Pintita, aunque el domin­go frente a Tigre, por la última fecha, dirigirá Mariano Herrón. La idea es nombrar al nuevo DT antes de que se inicien los playoffs del Apertura, pero si las charlas se dilatan el Xeneize afrontará la definición del torneo con el exmediocampista en el banco.

La lista de candidatos la encabezan Gabriel Mi­li­to y Gustavo Quinteros, con quienes ya se die­ron los primeros contactos. Los dos se encuen­tran sin trabajo tras sus últimas experiencias en el fútbol brasileño. El Mariscal en Atlético Minei­ro, donde fue subcampeón de la Libertadores y de la Copa de Brasil, y Quinteros en Gremio de Porto Alegre, donde dirigió apenas 12 partidos. Milito fue compañero de Riquelme en la selec­ción (disputaron el Mundial de Alemania 2006) y pregona un fútbol atildado y ofensivo. Más equilibrado, el técnico campeón con Vélez de la Liga Profesio­nal estuvo cerca de ser el DT en octubre de 2024, aunque prefirió respetar su contrato con el Fortín y entonces Gago asumió en su lugar. El que lle­gue tendrá la misión de pelear el Apertura y ha­cer un buen papel en el Mundial de Clubes, que arranca en 44 días.

Juan Román Riquelme y Diego Milito fueron compañeros en la selección argentina y estuvieron juntos en el Mundial 2006

Como Boca ya está clasificado a octavos y el par­tido en Victoria solo definirá la posición final del equipo en la Zona B (puede ser primero o segun­do), Riquelme se tomará su tiempo para defi­nir al sucesor de Pintita. A principios de abril, Milito rechazó una frondosa oferta de Fluminense tras la salida de Mano Menezes, por el exi­gen­te ca­lenda­rio de partidos y el poco tiempo que tendrí­a para intentar desarrollar una idea. Com­partió la zaga con Marcos Rojo en la Copa América 2011 y luego lo dirigió en Estudiantes, y además fue el encargado de convertir en líbero a Rodrigo Battaglia, bastión del Mineiro que cayó en la fi­nal de la Libertadores con Botafogo.

Con pasado como DT de Bolivia y Ecuador, Quinteros, el exde­fensor que fue campeón con San Lorenzo en el Clausura 1995, está en Cafferata, Santa Fe, pasando unos días en familia y tiene pasajes para viajar este viernes al exterior. Pero está dispuesto a escuchar a Boca y le gustaría asumir el desafío. Hay un tema que no es menor: el técnico que se haga cargo del plantel podría chocarse con River en cuartos, semis o incluso en la final.

Gustavo Quinteros tuvo una aproximación a Boca ante de que llegue Fernando Gago, pero se quedó en Vélez en ese momento

Unos cuantos pasos atrás aparecen otras variantes co­mo Cristian González (de muy buena relación con Riquelme), Rodolfo Arruabarrena y Gerar­do Martino, que declinó a Boca en 2023 antes de agarrar en Inter Miami. ¿Gabriel Heinze? Es compadre de Fernando Gago, por lo que resul­ta difícil imaginarlo con el buzo.

Es que la salida de Pintita no se dio en los mejo­res términos. El 25 de febrero se terminó el amor entre el DT y Boca. Lo que sucedió después de la histórica derrota ante Alian­za Lima en la Bom­bonera fue un largo e inútil intento por recons­tru­ir algo que no tenía arreglo. Insólitamente, lue­go de que el Consejo de Fútbol le dijera práctica­men­te en la cara que su ciclo estaba cum­plido, el pre­sidente dejó en ma­nos del técnico la decisión fi­nal. Hasta que la caí­da del domingo con­ River precipitó el final de la his­toria. Lo citaron a las 7 de la mañana en el predio y entre Chicho Serna, Raúl Cascini y Marcelo Delgado le avisaron que no continuaría.

Fernando Gago fue presentando como DT de Boca en octubre pasado, pero las sonrisas con Riquelme se terminaron pronto

En la decisión final también pesaba el factor eco­nómico (Boca buscará pagarle a Gago hasta el último día trabajado, aunque tenía contrato has­ta diciembre de 2026) y el hecho de que el técni­co había costeado de su bolsillo la cláusula de res­cisión con Chivas. Pero más influyeron las cues­tiones futbolísticas, el planteo en el Mo­numen­tal, la elección de determinados futbolistas (y la no utilización de otros) y la falta de autocrítica en las conferencias y también delante del grupo. “Si seguía, era pan para hoy y hambre para maña­na”, explicaron desde Ezeiza.

El antecedente de Diego Martínez también em­pujó a la dirigencia a acelerar la salida de Gago. El anterior DT también había sido eliminado de las copas y se quedó sin margen tras la derrota por 1 a 0 vs. River como local. Riquelme decidió soste­ner­lo y el apoyo duró una semana, hasta la caída por 2 a 0 con Belgrano.

Fernando Gago dirigió a Boca por última vez el domingo pasado ante River; este martes fue destituido del cargo

El ciclo de Gago duró seis meses (uno fue de pa­rate) e incluyó 30 partidos: 17 victorias, seis em­pates y siete de­rrotas. Desde 2010 que un técnico no duraba tan poco: Claudio Borghi, con 12 en­cuentros, tam­bién dejó el cargo tras una caída contra River. El Boca de Gago fue el más efec­tivo de los últimos tiempos (63% de los puntos), pero flaqueó en los momentos clave: el 3-4 con Vélez en semifinales de la Copa Argenti­na (tras ponerse 3 a 2 arriba a falta de diez minu­tos), el repechaje de la Libertadores con Alian­za Lima y los clásicos con Indepen­diente (0 a 0), Racing (0-2) y River (1-2).

La gota que colmó el vaso fue la forma con la que Boca afrontó el partido del domingo. El enojo no pasó tanto por el esquema utilizado (5-3-2), sino por la avaricia del planteo y la postura del equipo sobre el terreno. “Si así le jugó a River, contra el Bayern ni nos presentamos”, esbozó un miembro del Consejo durante el cónclave por la salida del DT. El propio Gallardo recono­ció que el modo en que Boca se paró en la can­cha facilitó el juego de River y le permitió mane­jar la pelota con mayor comodidad.

A Juan Román Riquelme no le gustó este ciclo de Gago tampoco; su etapa de dirigente en el club tendrá un séptimo entrenador distinto

Riquelme no cruzó palabra con el técnico tras la derrota en el Monumental. Para el presidente, su futuro estaba sentenciado. De hecho, esperó dos veces un “gesto” del entrenador que ayudara a des­comprimir la situación: después de la elimi­na­ción en la Copa y luego del 0-2 contra Ne­well’s en Rosario, con una pésima actuación del equi­po. Pero Gago resistió, los referentes los banca­ron y la ago­nía se estiró más de la cuenta.

En el último tiem­po, el presidente no es­taba de acuer­do con la ma­yoría de las decisiones futbolísticas que tomaba el DT: desde la salida de Marchesin en los penales contra Alianza Lima, la falta de minutos de Miguel Merentiel y las pocas oportunidades para Alan Velas­co, la gran apuesta del mercado que jugó solo siete partidos de titular y ni siquiera entró en la derrota contra River. A Pintita le cuestionan la rapidez con la que lo tiró a la cancha, teniendo en cuenta la inactividad que traía el volante, el sector donde lo ubicó en la cancha (tirado a la raya) y la falta de respaldo del técnico, después del penal clave fa­llado contra Alianza.

En cuatro partidos (o menos), el nuevo DT ten­drá la chan­ce de consagrarse campeón. Gago no lo logró. Para él y para Boca, todo se trató de una gran pérdida de tiempo.

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