Viajar en crucero seduce a la mayoría de las personas. La asociación directa transporta a la mente a las vacaciones y a conocer nuevos lugares en el mundo. Quien puede dar prueba de esto es Mario Salcedo, un hombre nacido en Cuba hace 72 años, que navegó una tercera parte de su vida arriba de estos imponentes barcos.
Según reconstruyó el medio Daily Mail, Salcedo vivió los últimos 25 años a bordo de un crucero y esto, lejos de ser una satisfacción, se convirtió en una pesadilla por los reiterados problemas de salud que trajo en consecuencia.
“Perdí mis piernas terrestres. Me balanceo tanto que no puedo caminar en línea recta. Estoy tan acostumbrado a estar en barcos que me siento más cómodo que en tierra”, destacó “Super Mario” en diálogo con Daily Mail acerca de esta situación totalmente atípica.
En cuanto a su historial de viajes, se calcula que Mario realizó aproximadamente 1000 traslados con la empresa Royal Caribbean alrededor de todo el mundo y eso lo llevó a tener este problema grave a la hora de trasladarse en tierra firme.
A raíz de esto, Elaine Warren, fundadora y directora ejecutiva de The Family Cruise Companion, dio su punto de vista al respecto al estar, constantemente, en contacto con personas que deciden pasar gran parte de su tiempo arriba de un crucero, sin saber que, a la larga, puede traer efectos indeseados.
“Pasar un tiempo prolongado en un crucero suena como un sueño para muchas familias. La comodidad, el entretenimiento y la naturaleza todo incluido de la experiencia lo convierten en una idea atractiva. Pero cuando pasas de una mentalidad de vacaciones a vivir realmente en el mar, suceden muchas cosas inesperadas, especialmente en tu cuerpo”, destacó la especialista a Daily Mail.
Al cumplir 45 años, Mario se retiró parcialmente de su vida de financista y comenzó a explorar el mundo de los cruceros. Cansado del mundo de los negocios y de una vida monótona, el hombre, que vive desde los 7 años en Florida, Estados Unidos, pasa gran parte de cada año arriba de un crucero en busca de nuevas experiencias.
Su vida, vinculada a los negocios, le otorgó un respaldo financiero para invertir en los costosos viajes a bordo de los cruceros más importantes del mundo. Se calcula que su inversión total ronda los 100 mil dólares.
“El primer ajuste es el movimiento constante. El cuerpo se adapta al movimiento del barco con el tiempo, pero no siempre de forma positiva”, siguió Elain Warren, acerca de este osado estilo de vida, que, a la larga, puede perjudicar la calidad de la misma.
En esa misma línea, la especialista en embarcaciones marítimas marcó: “Hablé con personas que vivieron en el mar durante meses y dicen que volver a pisar tierra firme puede resultar desorientador, casi como si la propia tierra se estuviera moviendo».
El caso de Salcedo es uno de los pocos que se conocen en el mundo. A pesar de las dificultades para trasladarse y moverse como cualquier persona, su vida cambió rotundamente arriba de los cruceros, a tal punto de ser reconocido como “Super Mario” y tener un sector exclusivamente para él, donde, en algunas ocasiones, trabaja con su computadora.