Existe el rumor de que científico serbio predijo variaciones en el campo eléctrico de la tierra hace más de 100 años. (Wikimedia/Dickenson V. Alley)

La Resonancia Schumann (RS) también conocida como “latido de la tierra” es el fenómeno electromagnético natural que ocurre en la ionosfera de la Tierra. Se produce debido a las ondas electromagnéticas que son atrapadas entre la superficie terrestre y la ionosfera, generando frecuencias de resonancia específicas.

De acuerdo con información del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) las ondas de la RS están relacionadas principalmente con las descargas eléctricas de los rayos, ya que los relámpagos actúan como un disparador natural de estas ondas en la atmósfera. La frecuencia fundamental más conocida de la resonancia Schumann es de aproximadamente 7.83 Hz, aunque también existen otras frecuencias armónicas.

Aunque el nombre de este fenómeno electromagnético lleva el nombre del científico Winfried Otto Schumann por predecir su existencia matemáticamente en 1952, existen rumores de que Nikola Tesla, no solo ya lo conocía desde 1894, sino que además predijo que el “latido de la tierra” tiene una gran injerencia en la salud humana.

¿Qué dijo Nikola Tesla sobre la Resonancia Schumann?

La RS puede predecir fenómenos atmosféricos. (UNAM)

Aunque el científico serbio es considerado por algunas academias como el “padre de la electricidad” por sus contribuciones como la corriente alterna, la transmisión inalámbrica de energía y la tecnología de radio demostradas por él mismo en 1894, no hay evidencia de que haya descubierto o predicho específicamente la resonancia de Schumann más allá de quizá notarla.

A pesar de que los inventos de Tesla fueron de gran importancia para el desarrollo tecnológico mundial en el siglo XX, el científico serbio mantuvo un bajo perfil durante su vida, por lo que su poca información personal ha dado lugar a distintos mitos y leyendas respecto a su trabajo que aún se siguen difundiendo hoy en día.

El descubrimiento es atribuido al físico alemán Winfried Otto Schumann ya que calculó que el espacio entre la superficie de la Tierra y la ionosfera podría actuar como una cavidad resonante para las ondas electromagnéticas de baja frecuencia en 1952. Posteriormente, la resonancia Schumann fue confirmada mediante observaciones directas y se ha estudiado ampliamente en el campo de la geofísica y la meteorología.

La UNAM tiene una estación en Michoacán que monitorea la resonancia Schumann. (UNAM)

Según el Instituto de Geofísica de la UNAM la resonancia Schumann juega un papel importante en la monitorización del estado del medio ambiente y la ionosfera, siendo utilizada para estudiar fenómenos como los cambios climáticos, patrones atmosféricos e incluso impactos de eventos geomagnéticos en la Tierra, la UNAM tiene una estación dedicada al monitoreo de la RS en Michoacán.

Aunque algunos estudios han investigado posibles conexiones entre estas frecuencias y procesos biológicos en humanos y animales, aunque muchos de estos análisis requieren más evidencia científica.

Un fenómeno entre la ciencia y la superstición

Existe una teoría que vincula a la RS con las redes neuronales. (Imagen Ilustrativa Infobae)

La confirmación científica del RS en 1960 desencadenó múltiples teorías relacionadas al fenómeno, algunas incluso relacionándolas con las funciones cerebrales por coincidir relativamente con las Ondas Alfa relacionadas con la paz mental y el aprendizaje.

Sin embargo, entre los errores de estas publicaciones se encuentran los siguientes:

  • Adjudican a las ondas Schumann una frecuencia exacta e invariable de 7,8 Hz, aunque esta es aproximada y variable. Incluso las ondas Schumann no están presentes constantemente (requieren que haya relámpagos en algún lugar del mundo).
  • Mencionan que las ondas alfa una frecuencia exacta e invariable, también de 7,8 Hz, aunque estas varían entre 8 y 12 Hz. Las ondas alfa no son frecuentes en los niños, lo que descarta que sean imprescindibles.
  • Consideran que las ondas alfa son ondas sincronizadoras de neuronas, cuando en realidad es al contrario: se considera que son producto de la sincronización de las neuronas. Es decir que dichas publicaciones pseudocientíficas confunden la causa con el efecto.