Juan Manuel Galtieri, arquitecto y socio del estudio Otra Forma Arquitectura, empezó en 2019 el diseño de la que sería su primera casa. Ubicada en un terreno de solo 75m2 en Vicente López, la obra se basó en tres principios fundamentales: la espiralización de ambientes en distintos niveles y la maximización del espacio y de la luz.

“En la pandemia aprendí a soldar e hice las banquetas de la cocina, la cava del dormitorio y el mueble del living

Busqué trabajar con materiales lo más económicos posible. El entrepiso se hizo en madera de pino, en le resto se aplicó micro cemento y muchas de las paredes se picaron para dejar el ladrillo existente a la vista.

Arq. Juan Manuel Galtieri, dueño de casa a cargo de la reforma

Ese conjunto de ideas sobre la base de una construcción antigua en una planta fueron suficientes para dar forma a un espacio contemporáneo hecho a la medida de su dueño.

En eje vertical

En los techos y paredes se picó el revoque para dejar a la vista los techos y paredes de ladrillo originales.

Lo primero que hizo el arquitecto fue vaciar el interior y mantener exclusivamente la envolvente de la construcción. Originalmente, la casa tenía una planta baja y terraza, estructura que se mantuvo con una propuesta interior completamente distinta.

La elección por muebles de corte modernista y una paleta neutra marca el tono en un espacio abierto y luminoso.

Lo siguiente fue reforzar la estructura existente para poder incluir dentro del perímetro varios niveles. Así se construyó un subsuelo en el que se ubicaría la habitación, un nivel superior, para la cocina con una isla para cuatro personas, otro nivel tres escalones más arriba, que contiene el living y por último, el comedor en el nivel más alto.

Las sillas Lounge Moulded de Eames, suman calidez al living.

De mayor a menor intimidad

Gracias a la explotación del espacio en el eje vertical, el arquitecto pudo incorporar los distintos ambientes de la vivienda en forma escalonada. Se generaron así situaciones que van del mayor al menor grado de intimidad, empezando por el área de descanso en el subsuelo, la cocina e isla, el living, para terminar en el punto más alto, el comedor.

El objetivo para Juan Manuel, fue trabajar cada espacio de la casa en un nivel diferente.

“Arranqué sin ningún mueble por ser mi primera casa. Fui restaurando elementos, como por ejemplo la mesa del comedor que es en realidad un escritorio similar al escritorio presidencial, en menor escala y de madera, hecho a mano”

“No soy muy fanático de los colores, por lo que me incliné por una paleta de blanco, negro, gris, madera. El único color que incorporé es el verde las plantas”, asegura. Esa ausencia de color definió las elecciones. En contraste, se apostó por una fusión de elementos de distinta época que reúne piezas de diseño modernistas con objetos familiares.

En busca de la luz

“Para que combine con la onda de la casa restauré el sillón de mi abuela sacándole el lustre a la madera”. Para evitar la tv se instaló un proyector en el área del living que permanece oculto cuando no se usa.

Otro de los desafíos estuvo en hacer llegar la luz natural a todos los espacios, algo que se resolvió en gran medida gracias a la falta de muros en el interior de la casa. Los ventanales orientados al este y una lucarna sobre la habitación fueron otras fuentes de luz más valiosas.

Escaleras abajo

La incorporación de piezas vintage combinadas con otras hechas a mano por él mismo dan su tono ecléctico a la casa.

“El baúl verde era de mis bisabuelos, después lo usaron mis abuelos y mis padres cuando se fueron a vivir al exterior” , cuenta Juan Manuel sobre el particular objeto ubicado al centro del dormitorio. Pensado originalmente como una cava de vinos, en el sector del vestidor conviven zapatillas y botellas.

La cama se ubicó sobre una estructura de pallets.

Pasillo abierto

El pasillo lateral exterior y una escalera existente, conecta la vivienda con su terraza, donde la vegetación plantada por el arquitecto aporta a la estética cálida y abrazadora del paso del tiempo que expresa la esencia de la casa.

“La vegetación es toda plantada por mí, es mi hobbie poner plantas por todos lados”.

Aprovechar cada metro

La terraza es mi espacio preferido de la casa, donde me paso horas arreglando y trasplantando las especies”, comparte el arquitecto sobre el área descubierta, donde pasa la mayor parte del tiempo.

El baño de la terraza con su revestimiento de calcáreos y mesada de microcemento se mantiee en la paleta.

El área de expansión fue proyectada con una parrilla y su mesa para seis personas, además de un baño y lavadero. Sin embargo, este es solo el comienzo, ya que gracias al refuerzo estructural, el espacio tiene posibilidades de expandirse en dos pisos más.

Mesa de comedor, fogonero y plantas conviven en su espacio favorito.

En sintonía con la tendencia japonesa del wabi sabi, su asimetría, imperfección y sencillez, el arquitecto abrazó esa idea de que nada dura, ni esté completo o sea perfecto. Así logró hacer de una planta de 50m2 un espacio funcional y luminoso que además cuenta la historia de su vida con todo el cambio y evolución que la casa acompañará.