Este miércoles 5 de marzo, los veterinarios españoles están convocados a manifestarse a las puertas del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) en contra del decreto que regula el uso de los medicamentos veterinarios. Pese a que esta medida, que entró en vigor en enero de 2025, persigue el objetivo de monitorear estos tratamientos para racionalizar su uso y luchar contra el fenómenos de las resistencias, los expertos del sector señalan que pone en riesgo la salud de las mascotas.
Este nuevo sistema se establecer bajo la herramienta telemática PresVet, que permite registrar oficialmente los antibióticos que se prescriben a estas mascotas. Esto genera una mayor burocracia y resta competencias a los veterinarios, que pierden maniobras de acción cuando deben proceder de forma rápida si el animal presenta una enfermedad grave que debe ser curada a tiempo.
Ante esto y las sanciones a las que los profesionales pueden enfrentarse si infringen la normativa, que pueden oscilar entre los 60.000 y el millón de euros, los veterinarios han creado la plataforma VetsUnidos y han convocado una manifestación nacional para luchar contra este nuevo decreto, que les afecta, según indican, en su labor profesional.
El veterinario especialista en animales exóticos y salvajes Tomás Palomares Rolandi ha compartido a través de sus redes sociales (@tomijunglevet en Instagram) un vídeo, también difundido por el Partido Animalista PACMA en su cuenta oficial (@partidopacma) sobre cómo es el procedimiento que los expertos deben seguir actualmente para recetar los antibióticos a las mascotas. El profesional pone el foco sobre las complicaciones que supone el nuevo sistema, tanto a nivel económico como de efectividad.
Los cambios con el nuevo decreto
Tomás Palomares es claro al definir la herramienta PRESVET: “última novedad en pisotear la profesión de la veterinaria”. El experto destaca que este nuevo decreto no afecta únicamente a los trabajadores de la profesión, sino “también a tu animal y a ti”: “Todo te va a salir más caro y todo va a ser más complicado a partir de ahora. Está muy bien y todos estamos de acuerdo con que tiene que haber un control de los antibióticos, pero no entiendo por qué solo nos asfixian a nosotros y nos ponen condiciones como esta”.
El primer obstáculo con el que se encuentran en esta nueva ley de prescripción, dispensación y uso de medicamentos veterinarios es que, según destaca Tomás Palomares, únicamente se puede tratar a los “animales que tengan puesto el microchip”. Sin embargo, en el texto que acompaña a la publicación actualiza que sí podrán administrarse tratamientos a estos animales en tres casos: “gatos comunitarios no identificados por el ayuntamiento, animales abandonados o extraviados sin identificación y animales no identificados que tengan patologías que puedan comprometer su salud o la de las personas con quienes conviven”.
Además, el veterinario señala que “ya han decidido ellos por nosotros cuáles son los antibióticos que podemos usar”, algo que Tomás Palomares denuncia puesto que observa que su criterio, después de obtener la carrera y la especialización, “no vale tanto”. El procedimiento que deben seguir para recetar el tratamiento es el siguiente: emplear uno de los que se encuentren en la lista D, pese a que “yo sepa cuál es el antibiótico que puede salvar a tu animal”; si después de diez días no ha dado resultado, “aunque yo ya sabía que no iba a funcionar”, se receta uno de la lista C. Tras pasar este periodo de nuevo, “te tengo que obligar a hacer un cultivo” y ya sí utilizar la lista A o la B. “Fenomenal montado”, señala.
Además de la obligación de usar únicamente las alternativas más potentes después de justificar su utilización mediante cultivos o análisis previos, la nueva normativa obliga a adquirir en farmacias muchos medicamentos que antes podían venderse directamente en las clínicas. “Te reto a que vayas a tu farmacia de confianza y compruebes el abanico de antibióticos. Cuando tengas una urgencia, no van a disponer de todos los que necesites”, explica el veterinario. De esta manera, los dueños podrían tener que esperar hasta una semana para obtener el medicamento necesario para sus mascotas, lo que puede poner en peligro su salud.