Investigadores advierten sobre una forma de demencia poco reconocida que podría estar siendo diagnosticada erróneamente como Alzheimer. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Un reciente informe publicado en Alzheimer’s & Dementia: The Journal of the Alzheimer’s Association ha revelado que un trastorno cognitivo, común en personas mayores, sigue siendo desconocido para muchos médicos y pacientes. Se trata de la encefalopatía TDP-43 relacionada con la edad y predominante en el sistema límbico, conocida por sus siglas en inglés como LATE. Esta enfermedad comparte síntomas con el Alzheimer, como la pérdida de memoria y el deterioro cognitivo, lo que ha provocado que sea mal diagnosticada con frecuencia. Sin embargo, los especialistas enfatizan que se trata de una condición distinta, con características y pronósticos diferentes.

De acuerdo con el medio Fox News, investigadores han desarrollado nuevos criterios para diagnosticar y clasificar esta enfermedad con el objetivo de mejorar la precisión de los diagnósticos y, en consecuencia, los tratamientos. Este avance representa un paso importante en la comprensión de las múltiples formas de demencia que afectan a millones de personas en todo el mundo.

Un diagnóstico preciso es fundamental para garantizar que los pacientes reciban el tratamiento y el apoyo adecuados. Al confundirse con el Alzheimer, LATE puede llevar a estrategias terapéuticas inapropiadas que no abordan sus mecanismos subyacentes. Los especialistas enfatizan la necesidad de diferenciar ambas enfermedades para desarrollar enfoques más efectivos que se ajusten a las particularidades de cada caso.

La encefalopatía LATE afecta a una proporción significativa de adultos mayores, pero sigue siendo desconocida para muchos profesionales de la salud. (Imagen Ilustrativa Infobae)

¿Qué diferencia a LATE del Alzheimer?

Según Rebecca M. Edelmayer, doctora y vicepresidenta de compromiso científico de la Asociación de Alzheimer en Chicago, LATE se distingue por alteraciones en la proteína TDP-43 en el tejido cerebral. Estas alteraciones suelen coexistir con los cambios típicos del Alzheimer, como la acumulación de placas de beta amiloide y los ovillos de tau. No obstante, LATE presenta un ritmo de deterioro más lento en comparación con el Alzheimer, lo que influye en el pronóstico y en el enfoque del tratamiento.

El doctor David Wolk, profesor de neurología en la Universidad de Pensilvania y autor principal del informe, señaló que esta condición afecta a más del 25% de las personas mayores de 80 años. Además, estimó que LATE se presenta junto con el Alzheimer en aproximadamente un tercio de los pacientes, lo que puede acelerar el curso de la enfermedad. A pesar de su prevalencia, Wolk subrayó que “la mayoría de los médicos y pacientes nunca han oído hablar de LATE y no lo consideran cuando se presentan síntomas de pérdida de memoria”.

Un diagnóstico que antes solo era posible tras la muerte

Antes de la publicación de estos nuevos criterios, el diagnóstico de LATE solo podía confirmarse mediante una autopsia después del fallecimiento del paciente. Según explicó Wolk a Fox News, los nuevos lineamientos proporcionan a los médicos herramientas para identificar la enfermedad en vida, lo que representa un avance significativo en la práctica clínica y en la investigación de demencias. Sin embargo, advirtió que estos criterios aún no son definitivos y requieren validación en la práctica médica.

A diferencia del Alzheimer, para el cual ya existe una prueba diagnóstica específica, no se dispone de un test que permita identificar LATE de manera concluyente. En su lugar, los nuevos criterios establecen niveles de probabilidad diagnóstica, lo que podría facilitar un enfoque más preciso y personalizado en el tratamiento y cuidado de los pacientes.

Los nuevos criterios diagnósticos buscan mejorar la identificación de LATE en vida y diferenciarla de otras enfermedades neurodegenerativas. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Hacia un futuro con diagnósticos más precisos

La doctora Edelmayer manifestó su optimismo respecto al desarrollo de biomarcadores biológicos, que en el futuro permitirán a los médicos diferenciar con mayor precisión entre los distintos tipos de demencia. Mientras tanto, los criterios clínicos recientemente publicados proporcionan una base para mejorar la atención médica y fomentar la participación en estudios clínicos sobre enfermedades neurodegenerativas.

Edelmayer también destacó que estas nuevas recomendaciones no solo buscan mejorar los diagnósticos, sino que además señalan áreas de investigación que requieren mayor atención. “Estas nuevas recomendaciones crean una hoja de ruta que identifica oportunidades para futuras investigaciones y los desafíos que aún persisten para diagnosticar con precisión a las personas con LATE”, afirmó.

En este contexto, los especialistas recalcan la importancia de seguir avanzando en la comprensión de los factores biológicos subyacentes a LATE y su impacto en el sistema nervioso. La identificación de biomarcadores específicos podría permitir la creación de tratamientos dirigidos y estrategias de prevención, lo que representaría un avance fundamental en la lucha contra las demencias.

El diagnóstico preciso de las enfermedades cognitivas es clave para ofrecer a los pacientes la mejor atención posible y frenar su progresión. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Un llamado a la concienciación sobre LATE

El informe enfatiza la necesidad de aumentar la concienciación sobre LATE entre los profesionales de la salud y el público en general. Según Fox News, la falta de conocimiento sobre esta enfermedad ha llevado a que muchos pacientes reciban diagnósticos incorrectos, lo que afecta tanto el tratamiento como la calidad de vida de quienes la padecen.

Actualmente, más de 6,7 millones de estadounidenses viven con Alzheimer, lo que ha llevado a que los síntomas de pérdida de memoria se asocien casi automáticamente con esta enfermedad. Sin embargo, los expertos insisten en la importancia de considerar otras posibles causas, como LATE, para garantizar un diagnóstico más preciso y un manejo adecuado de la condición.

En un contexto donde las enfermedades neurodegenerativas representan un desafío creciente para los sistemas de salud, los avances en la comprensión y diagnóstico de LATE podrían marcar una diferencia significativa en la vida de millones de personas. La correcta identificación de esta enfermedad no solo permitiría una mejor gestión clínica, sino que también abriría la puerta al desarrollo de nuevas terapias dirigidas a frenar su progresión.