El gato esfinge, también conocido como gato egipcio, es una de las razas más fascinantes y distintivas del mundo felino. Su apariencia sin pelo, sus grandes orejas y su expresiva mirada capturaron la curiosidad de los amantes de los gatos durante años. Aunque a menudo se lo asocia con el antiguo imperio del Nilo, este felino tiene una historia moderna y un carácter que lo hace único.
A pesar de su referencia egipcia, de acuerdo a la web Spruce Pets, esta raza en realidad se originó en Canadá durante la década de 1960. Fue allí donde se descubrió un gatito que nació sin pelo debido a una mutación genética natural, y a partir de él se desarrolló la raza que se conoce hoy.
En verdad, la conexión con el país africano está más relacionada con la semejanza de estos gatos con las figuras esculpidas en las antiguas esfinges, de donde toman su nombre. Algunos mitos y creencias sugieren que esos gatos tenían un aire mágico, como si fueran protectores místicos, debido a su apariencia enigmática.
Según informa el medio especializado Zeze Life, la ausencia de pelo en los gatos esfinge se debe a una mutación genética natural que afecta a la producción de queratina, la proteína responsable del crecimiento del pelaje. Esta mutación provoca una capa de piel desnuda, que suele ser suave y tibia al tacto. A pesar de no tener el manto de pelo característico de otras razas, estos animales no están completamente desprovistos de vello ya que muchos de ellos tienen una fina capa de pelusa que puede ser difícil de ver a simple vista.
Esta raza suele tener un tamaño mediano y durante la adultez pesan entre 3,5 y 7 kg. Son musculosos y de constitución robusta, lo cual les da una apariencia atlética. Su esperanza de vida oscila entre los 12 y 15 años, siempre y cuando reciban los cuidados necesarios y revisiones veterinarias periódicas. Además, estos gatos se caracterizan por tener un metabolismo rápido, lo cual influye tanto en su nivel de actividad como en la necesidad de una dieta adecuada para mantenerlos saludables.
Cómo es el comportamiento del gato esfinge
Por fuera de las características físicas, el esfinge es conocido por ser una de las razas más cariñosas y sociales. A diferencia de otros gatos que pueden ser más independientes, estos animales buscan constantemente la compañía de sus dueños. Les encanta acurrucarse y recibir atención, y su comportamiento suele ser más parecido al de un perro, ya que siguen a sus humanos por toda la casa.
También suelen ser amigables con otros gatos e incluso con perros, y disfrutan del juego y la interacción, lo que los hace una buena opción para hogares con más de una mascota, de acuerdo a la empresa de nutrición animal Hill’s.
Aunque el esfinge es la variedad más conocida, existen algunas otras razas similares que también carecen de pelo, como el Peterbald y el Don Sphynx. Estas razas comparten ciertas similitudes físicas, pero tienen ligeras diferencias en cuanto a su estructura y tipo de vello residual. No obstante, el original se destaca por su apariencia característica de grandes ojos almendrados, arrugas en la piel y orejas prominentes.
Como cada raza de gatos, los esfinge también presentan características distintivas en cuanto a su salud. Los problemas de salud más comunes de esta raza incluyen infecciones cutáneas debido a la acumulación de grasa en la piel. También son propensos a enfermedades cardíacas, como la miocardiopatía hipertrófica, una afección frecuente en muchas razas de gatos, pero con mayor predisposición en estos animales.
Cómo cuidar a un gato esfinge
Debido a la falta de pelo, el esfinge necesita algunos cuidados especiales para mantenerse sano y feliz:
- Higiene de la piel: Su piel tiende a producir más grasa de lo habitual, lo cual normalmente sería absorbido por el pelaje. Por ello, es importante higienizar regularmente para evitar la acumulación de aceites y mantener su piel saludable.
- Protección contra el frío y el calor: Al no tener un abrigo de pelo, son más susceptibles a los cambios de temperatura, por lo que es fundamental mantenerlos abrigados en climas fríos y evitar la exposición prolongada al sol para prevenir quemaduras.
- Alimentación adecuada: Mantener una dieta balanceada y rica en nutrientes es crucial, ya que su metabolismo suele ser más rápido para mantener la temperatura corporal.
- Revisión de la piel: Como no tienen pelo, pueden ser más propensos a sufrir heridas menores, por lo que se recomienda revisar su piel con frecuencia.
- Ambiente cálido: Es importante proporcionarles un lugar cálido y cómodo donde puedan descansar sin pasar frío.