La conexión entre humanos y perros tiene miles de años. Este vínculo, que comenzó con la domesticación temprana de lobos amigables, evolucionó hasta convertirse en la profunda relación que conocemos hoy. A lo largo del tiempo, los perros no solo fueron aliados en la caza o guardianes leales, sino que también encontraron un lugar como miembros fundamentales de nuestras familias.

El interés sobre este estrecho vínculo llevó a investigaciones fascinantes sobre si los perros se pueden parecer a sus dueños, tanto en cuestiones físicas como de personalidad. Un estudio reciente desarrollado por el Instituto de Geoantropología Max Planck, que incluyó la recopilación de datos mediante encuestas detalladas, evaluaciones de comportamiento y análisis de imágenes de más de 500 casos de dueños y sus mascotas a lo largo de tres años, confirmó que estas semejanzas no son anecdóticas, sino que tienen bases científicas.

El estudio muestra que las personas con cabello largo prefieren perros con orejas más largas

Para entender este fenómeno, los investigadores identificaron dos factores principales que explican por qué los perros pueden parecerse a sus dueños. El primero es la elección inicial, donde las personas tienden a escoger mascotas que les resultan familiares tanto en lo físico como en lo conductual. Esto se debe a una atracción hacia lo conocido, que influye de manera inconsciente en la decisión. El segundo factor es la convivencia prolongada, a través de la cual el tiempo compartido permite que dueños y mascotas adapten sus comportamientos y emociones mutuamente, lo que lleva a consolidar una similitud que se refuerza con los años.

Por ejemplo, cuando se trata de características físicas, los estudios muestran patrones sorprendentes. Las personas con cabello largo tienden a preferir perros con orejas largas, mientras que quienes tienen cabello corto eligen perros con orejas más cortas. Además, los ojos parecen ser una clave importante para identificar similitudes. Curiosamente, en algunos experimentos, se pudieron emparejar correctamente fotos de perros y sus dueños al observar únicamente la región de los ojos.

Los perros aprenden y copian actitudes del comportamiento de sus dueños

Sin embargo, las similitudes no se detienen en lo físico. También abarcan aspectos de la personalidad. Por ejemplo, los dueños extrovertidos suelen compartir su energía con perros más activos, sociables y juguetones. Por otro lado, aquellos con personalidades más ansiosas tienen perros que muestran comportamientos nerviosos, como el miedo a los extraños. Este fenómeno podría explicarse a través de la co-regulación emocional, un proceso en el que las emociones y comportamientos de humanos y perros se influyen mutuamente con el tiempo.

Además de la personalidad, el estudio indica que el aprendizaje juega un papel crucial en esta relación. Gracias a su capacidad de observar e imitar, los perros adoptan hábitos y comportamientos de sus dueños. Por ejemplo, un dueño que realiza caminatas diarias puede inculcar este mismo hábito en su mascota, lo que crea una rutina compartida que fortalece aún más el vínculo. Esta influencia mutua también se refleja en cambios a lo largo de los años: tanto perros como dueños suelen volverse más tranquilos y menos impulsivos con la edad, lo que subraya la adaptación y la sincronización entre ambos.

¿Qué ocurre con los gatos?

Aunque la relación entre los gatos y sus dueños es diferente, también está marcada por la influencia de la personalidad humana. Un estudio de la Universidad de Liverpool demostró que las personas con altos niveles de ansiedad o irritabilidad tienden a reportar más problemas de comportamiento en sus gatos. Estos animales, por ejemplo, suelen exhibir conductas agresivas, temerosas e incluso desarrollar problemas de salud relacionados con el estrés, como el sobrepeso.

La elección de los gatos también responden al comportamiento de sus dueños, ya que una persona más organizada y responsable suele tener gatos más tranquilos

En contraste, los dueños con una personalidad más organizada y responsable suelen tener gatos más tranquilos y menos ansiosos. Esto sugiere que los rasgos positivos de los dueños contribuyen significativamente al bienestar de sus mascotas.

Además, la elección del gato también parece estar influenciada por la personalidad del dueño. Por ejemplo, las personas impulsivas suelen preferir gatos juguetones y enérgicos, mientras que aquellas más serenas optan por gatos calmados.