El despliegue de esparcidores de sal es la estrategia principal que Chicago implementó para garantizar la transitabilidad en medio de una tormenta de nieve. Frente al sistema invernal que azotó la ciudad, el Departamento de Calles y Saneamiento activó la “Fase III” de su plan de emergencia, con camiones esparciendo sal en rutas arteriales, puentes y pasos elevados para evitar el congelamiento del pavimento y reducir accidentes.
La tormenta de nieve más fuerte de la temporada
- Como informó Fox 32 Chicago, la nevada que comenzó en la madrugada del miércoles 12 de febrero se convirtió en el evento invernal más severo de la temporada hasta el momento.
- Desde las primeras horas del día, una ligera capa de nieve cubrió los condados de Lake y Cook, mientras los camiones de sal ya recorrían las calles. Sin embargo, el núcleo de la tormenta llegó en horas de la tarde, cuando la nevada se intensificó con acumulaciones de hasta 15 centímetros en algunas zonas.
- Los operativos con sal, si bien son efectivos para mitigar la acumulación de hielo, requieren de un trabajo constante para mantener las calles transitables. La clave del procedimiento radica en aplicar la cantidad justa de sal para derretir la nieve sin generar excesos que puedan afectar el medioambiente.
El plan de dispersión de sal en Chicago
La estrategia de dispersión no fue improvisada. El Departamento de Calles y Saneamiento administró más de 15.129 kilómetros de carriles en la ciudad y prioriza la aplicación del compuesto en calles principales como DuSable Lake Shore Drive, así como en áreas críticas donde el hielo puede generar mayores riesgos. La medida busca garantizar que los caminos sean seguros tanto para vehículos de emergencia como para el transporte público y los automovilistas en general.
El miércoles, la situación climática obligó a extremar precauciones. Se emitió una advertencia de tiempo invernal a partir de las 9 a. m., que permanecería vigente hasta la madrugada del jueves. Según meteorólogos, la tormenta produjo nevadas continuas durante un período de cuatro a seis horas, con acumulaciones de hasta una pulgada por hora en los momentos más críticos. La combinación de nieve, aguanieve y vientos racheados redujo la visibilidad y complicó la circulación vehicular.
Ante estas condiciones, las autoridades recomendaron a los conductores ajustar su velocidad a las circunstancias, mantener una distancia prudente entre vehículos y prever tiempos adicionales para sus desplazamientos. Además, se recordó a los residentes que pueden suscribirse a las alertas de emergencia en NotifyChicago.org para recibir información actualizada sobre las condiciones meteorológicas.
Con el paso de las horas, la tormenta dejó su impacto en Chicago y sus alrededores, pero gracias a las medidas preventivas, la ciudad pudo evitar un colapso total del tránsito. Ahora, mientras las temperaturas se mantienen bajas y el riesgo de congelamiento persiste, el monitoreo sigue en pie para asegurar que la movilidad urbana no se vea completamente interrumpida.