Ahora que todo el mundo tiene sus cinco minutos de fama, las mascotas no son una excepción. Está, por ejemplo, el cerdo vietnamita de George Clooney, que vivió con el actor entre 1988 y 2006 y que en 1994, en pleno terremoto de Los Ángeles, salvó la vida del intérprete al despertarlo con sus gruñidos poco antes de que el inmueble se derrumbara. Está también el gato Larry, el ‘Ratonero Jefe’ del número 10 de Downing Street, en Londres, que lleva desde 2011 trabajando en la residencia del primer ministro británico. Y está Hachiko, un perro japonés que hoy tiene una estatua en la estación de Shibuya en Tokio, porque pasó allí 10 años todos los días esperando el regreso de su dueño y se convirtió así en un símbolo de la lealtad en ese país.
Ahora, otra mascota menos entrañable ha saltado a las noticias por un caso que comienza a juzgarse este jueves en Francia. Allí, el tribunal correccional de Lille arranca el proceso contra dos personas acusadas de “posesión no autorizada de una especie no doméstica”. En concreto, de una pantera negra.
Los antiguos propietarios del animal vivían en la localidad de Armentières junto a este felino inmortalizado en El Libro de la Selva como un personaje sabio, astuto, silencioso y discreto, pero que en el mundo real se alimenta de mamíferos medianos y puede atacar a los humanos si se siente en peligro.
Según informa el medio local Lille Actu, la presencia de una pantera negra en este pueblo de cerca de 25.000 habitantes se reveló en septiembre de 2019, cuando varios transeúntes alertaron a los servicios de emergencia tras ver al animal en los tejados de las viviendas. Los bomberos establecieron un perímetro de seguridad en la zona y lograron capturarlo en un domicilio. El propietario no se encontraba presente en el momento de los hechos, pero posteriormente se presentó en la comisaría, según relatan los medios locales, afirmando ser el dueño de la pantera y revelando que vivía en su casa.
Sanciones posibles
Los acusados enfrentan penas de hasta tres años de prisión y una multa de 150.000 euros. La asociación de derechos de los animales One Voice, que se ha constituido como parte civil en el caso, espera que el juicio sea un ejemplo para quienes participan en este tipo de tráfico de animales. “Estamos aquí para defender a esta pantera, que no tenía absolutamente nada que hacer en una casa”, declaró Muriel Arnal, presidenta del colectivo, citada por France 3 Hauts-de-France.
Pero la historia no terminó ahí. A finales de septiembre de 2019, la pantera negra fue secuestrada del recinto en el que se encontraba bajo custodia. Finalmente, fue localizada en un santuario animal especializado en felinos en los Países Bajos. Los análisis genéticos confirmaron que se trataba del mismo animal. Según informaron los medios, una pareja había llevado a la pantera a ese lugar en enero de 2020.
En España, tampoco es posible mantener, criar o comercializar ningún gran felino, ya sea una pantera, un leopardo o un jaguar, pues la ley de protección de los derechos y el bienestar de los animales lo prohíbe.