El jueves Alaníz Martínez Darwin, de nacionalidad uruguaya, violó el perímetro del barrio privado Santa Bárbara, en Troncos del Talar, partido de Tigre, por debajo de un primer cerco sobre la calle Bancalari. El siguiente paso fue cortar un segundo alambrado que le permitió ingresar al selecto barrio y circular por sus calles con total impunidad. Estuvo cerca de 26 horas sin ser advertido por el personal de seguridad.
El ladrón extranjero estuvo casi 24 horas haciendo inteligencia y recién entre las 20:30 y las 22:30 del viernes, atacó la propiedad elegida: una casa que creyó estaba sin moradores. Por el mismo lugar por el que había ingresado se escapó con un botín que incluía: dos relojes, zapatillas, remeras, un arma de fuego, $40.000 y US$40. Sin embargo, fue detenido a minutos después fuera del predio del barrio elegido por famosos, políticos y deportistas, y se logró recuperar casi todo lo sustraído a excepción del arma de fuego.
Cuando la propietaria ingresó a su domicilio, encontró todo revuelto y notó que las aberturas habían sido forzadas con un destornillador que fue encontrado entre las pertenencias del ladrón. Inmediatamente, dio aviso al personal de seguridad del barrio, pero antes de la llamada de la víctima, el uruguayo ya había sido detenido fuera del barrio, según aseguraron.
Previo a la llamada de la víctima alertando el robo, el personal de seguridad del barrio realizaba su ronda habitual cuando advirtió la presencia de un individuo con actitud sospechosa caminando por las calles del country. Al iluminarlo con linternas para identificarlo, el hombre salió corriendo, se escabulló en un lote en construcción donde momentáneamente se le perdió el rastro. Sin embargo, una oficial de la patrulla municipal—que puso a disposición el partido tras reportarse varias denuncias por robos— detectó cómo el ladrón abandonaba el predio a través de un sector no autorizado, por el mismo alambrado mediante el cual había entrado previamente, y alertó a los efectivos policiales.
Poco después, el individuo fue detenido circulando por la zona. Entre sus pertenencias no solo llevaba los objetos sustraídos de la casa, sino que se encontraba vestido con las zapatillas y una remera de uno de los hijos de la víctima.
Según fuentes judiciales, en diálogo con LA NACION, Alaníz Martínez Darwin se encuentra detenido acusado de robo agravado por infracción. “Se dictó el trámite especial y rápido de flagrancia, ya que fue detenido inmediatamente después del robo. En este momento, la Fiscalía de Flagrancia se encuentra a cargo de la audiencia y allí, seguramente, se solicitará la prisión preventiva y la elevación a juicio”, detallaron las fuentes consultadas.
Al ser indagado por la fiscal Karina Bianchi, a cargo de la investigación, el detenido declaró una versión extraña de lo sucedido. Sostuvo que poseía “antecedentes en Uruguay por robo” y que “al haber sido detenido fuera del barrio cerrado no tenía nada que ver, y que las cosas que le encontraron no eran suyas”.
Según fuentes judiciales, el robo “fue al voleo”. Explicaron que el delincuente que irrumpió en Santa Bárbara eligió robar en una casa que tenía las luces apagadas y que aparentaba estar sin sus moradores. “La familia no estaba de vacaciones, pero no había nadie”, explicó una fuente de la investigación. Esta modalidad delictiva es conocida como escruche.
Según relataron vecinos del barrio, en diálogo con LA NACION, a las 22:30 del viernes, se activó el plan de contingencia luego de advertir la presencia de una persona desconocida en el perímetro. “Gracias a la rápida coordinación, el intruso fue localizado en el perímetro externo y detenido por la policía. Se recuperaron los bienes robados de un lote en el barrio. Actualmente, se está llevando a cabo una investigación bajo secreto de sumario, a cargo de la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI)”, dijo uno de los vecinos del country que le informaron desde la seguridad privada.
En un mensaje enviado a los habitantes tras la detención, la empresa de seguridad informó que fue el viernes a la mañana que se advirtió un alambrado roto y “comenzó un análisis de lo que pudo haber sucedido. Al revisar el sistema de videovigilancia del Plan Integral de Seguridad del barrio se detectó la intrusión en un sector no autorizado por parte de una persona. Ante esta situación, el protocolo de respuesta estratégica fue activado de manera inmediata, lo que incluyó la implementación de un cerco interno dinámico y una serie de procedimientos diseñados para garantizar la seguridad de todos».
Según les detallaron a los vecinos que dialogaron con LA NACIÓN, las acciones implementadas por la empresa se dividieron en dos etapas. En primer lugar, se activó el “despliegue táctico de seguridad” en donde “el personal de vigilancia, en colaboración con las fuerzas policiales, estableció un perímetro de seguridad y realizó un operativo de reconocimiento casa por casa. Los moradores fueron alertados sobre la intrusión y se recopiló información clave para evaluar posibles riesgos adicionales”. El segundo paso continuó mediante la “coordinación con la policía bonaerense”. En dicho contexto, “la notificación inmediata a la policía permitió establecer un anillo externo de seguridad en las inmediaciones del barrio, anticipando posibles amenazas externas o intentos de colaboración con el intruso”.
Un empleado de la empresa de seguridad del barrio cerrado detalló que predominaba el miedo en los vecinos del barrio durante la noche del viernes. “No podemos dar información. Hay demasiada gente importante. La idea es reforzar la seguridad sin cambiar de compañía. Van a dejar que se calmen un poco las aguas”, señalaron.